Av. Figueroa Alcorta, Bs. As. Argentina. Un niño de ojos azules, con su pie derecho ligeramente torcido, camina hacia la iglesia del barrio para tocar la guitarra en el coro. Sueña con ser, aunque sea por un instante infinito, uno de los Beatles.
El aprender a tocar guitarra le trae un problema: es zurdo, las guitarras de la iglesia son para diestros. Pero la chica que le gusta, escucha King Crimson. No hay alternativa: hay que ser rockero y tocar la guitarra como sea.
E.T., Koala, Savage, Vozarrón son los nombre de bandas que arma en su adolescencia. Cada vez está más cómodo con la guitarra y emula sonidos que provienen del otro extremo del Atlántico. Está por terminar la escuela secundaria, su padre le dice que tiene que hacer algo en su vida.
Vender medicinas, ser visitador médico viene bien para ganarse unos pesos, pero sobre todo para no estar sentado atrás de un escritorio. Ahora es un hombre alto, con sus rizos muy afros que llaman la atención. Continúa caminando por las calles del barrio de Núñez, con un maletín lleno de medicinas y con su obsesión de ser estrella del rock.
Ingresa a la universidad. Lo más relacionado con su mente creativa es alguna carrera que permita desarrollar su facilidad con que inventa frases. No se da cuenta que son disparos de poesía. Entra a estudiar publicidad y conoce a Z, la última letra del abecedario que tiene el apellido de Bosio. Con Zeta deciden crear un grupo sin imaginar que van a ser la banda más influyente del rock latino de todos los tiempos. ver más…