Baserola1WhomeTodos en el ambiente local de la música sabemos de él. Particularmente y más de cerca quienes tiran por el metal. Digamos que es al rock nacional, el “movimiento”, como él lo llama, lo que el Che Pérez fue al Emelec: un hincha infatigable, un activista empedernido; efímeros y comunes los dos, encausados de espíritu en un amor eterno.

En torno a su apariencia y a su interior se han tejido diversas leyendas. Se lo cree violento y enviciado, y con frecuencia se le aplica prejuicio a la voluntad de tenerlo más de cerca que en las anécdotas del rock y sus torbellinos.

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