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Llega la 2da edición del festival de música electrónica Marsatac en Quito

Llega la 2da edición del festival de música electrónica Marsatac en Quito

marsatacheaderEste sábado 28 de noviembre en la Alianza Francesa se realizará la segunda edición del festival de música electrónica Marsatac en Quito. Los músicos que participarán en esta edición serán los franceses Aufgang, el aclamado acto argentino Chancha Vía Circuito y los artistas ecuatorianos Quixosis, Fidel Eljuri y Evha.

Luego de una exitosa primera edición en Quito, Marsatac, uno de los festivales europeos más reconocidos de música electrónica, regresa a la capital del Ecuador con una programación ambiciosa y heterogénea.

Los músicos ecuatorianos que formarán parte de este festival serán: Evha, banda de etno electrónica que explora los sonidos y el misticismo andinos con música contemporánea y Quixosis, proyecto de música electrónica análoga quién participará junto al artista visual Fidel ElJuri.

Adicionalmente, los invitados internacionales de esta edición de Marsatac Quito están conformados por la banda francesa de pop futurista integrada por Rami Khalife y Aymeric Westrich, Aufgang, junto al aclamado proyecto argentino que mixtura el folkore y la música originaria latinoamericana con electrónico, Chancha vía Circuito.

Este festival  que se realiza en el marco de las fiestas de Quito 2015, tendrá lugar en los parqueaderos  de la Alianza Francesa de Quito desde las 19h30.

FESTIVAL ELECTRÓNICO MARSATAC ECUADOR, 2da EDICIÓN.

Bandas: Aufgang (Francia), Chancha vía Circuito (Argentina), Quixosis, Fidel Eljuri y Evha.
Lugar: 
Parqueaderos Alianza Francesa Quito (Eloy Alfaro N32-468 y Rusia)
Fecha: Sábado 28 de noviembre 2015
Hora: 19h30
Entrada libre

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Festival de música electrónica Marsatac | Quito

panteros666El próximo sábado 29 de noviembre se realizará el festival de música electrónico MARSATAC en los parqueaderos de la Alianza Francesa Quito. 

MARSATAC es uno de los festivales de música electrónica y urbana más importantes de Francia. Este festival que en el  2013 celebró su 15 aniversario forma parte de la Fédération De Concert! red de festivales independientes que agrupa a treinta y un festivales de música contemporánea.

En su edición en Quito, Marsatac presentará a: Nesser, trio electro/rock de Marsella; Panteros666, DJ francés miembro del colectivo de música electrónica Club Cheval; Mitú, proyecto electro colombiano liderado por Julián Salazar (Bomba Estéreo);  y Funkee Bom, una de las propuestas más frescas de la electrónica local.

El evento tendrá lugar en los parqueaderos de la Alianza Francesa Quito desde las 20h00 a las 02h00. Entrada libre.

MARSATAC QUITO

Bandas: Nesser (Francia), Panteros666 (Francia), Mitú (Colombia) y Funkee Bom (Ecuador)
Lugar: 
Parqueaderos Alianza Francesa Quito (Eloy Alfaro N32-468 y Rusia)
Fecha: Sábado 29 de noviembre 2014
Hora: 2oh00
Entrada libre

Más información: Facebook | Marsatac Festival Electro

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Llega la 2da edición del festival de música electrónica Marsatac en Quito

Rock en Seine

rockenseine

Fotos y Texto: Santiago Rosero

– París, 2013

Viernes 23 de agosto. Son las últimas horas del verano, las chicas siguen vistiendo ligero y hacia las siete de la tarde en el parque Saint Cloud, en las afueras de París, hay unas 30 mil personas enfiestadas -con cordura-. El lugar fue concebido en el siglo XVII por el paisajista de Luis XIV y está clasificado como monumento histórico por la belleza de su vegetación, quizás por eso la fiesta mantiene una compostura soberana.

En el escenario principal, Tame Impala está en la mitad de su show. Hay mil capas de sonidos etéreos condensadas en la única canción que puedo escuchar. El sonido, nítido, alcanza como para un estadio. La introducción, que parece no acabará nunca, salta de pronto a un traqueteo dance y, entre el público, lo que era un mausoleo contemplativo se convierte en una pista de baile. Los comentarios dirán más tarde que a los muchachos les queda bien la etiqueta de nuevos prodigios de la psicodelia.

Hay que moverse, en la tarima llamada La Cascade, Alt-J está por empezar. Para llegar allí hay que atravesar 500 metros de puestos de cerveza, kioskos de comidas del mundo, jardines de descanso, salas de atracciones: un campamento vacacional para hipsters.

RES05A las 19h45 aparece el grupo, manos arriba el teclista para formar con índice y pulgar el triángulo de su logo. El concierto empieza como el disco, con los tres primeros temas: Intro, Interlude y Tessellate. El público, compuesto mayoritariamente por jóvenes que apenas superan los veinte años, desata el entusiasmo desde el primer acorde, pero el entusiasmo se estanca hacia el quinto tema porque a pesar de no haber continuado con el orden del disco –el haberlo hecho hubiera condenado el concierto al sopor-, el sonido permanece tan limpio y calculado como si saliera de un reproductor. Las armonías vocales son perfectas; la batería, sin un solo platillo, lleva el beat con la caja y alterna con una campana y una pandereta. Los dos toms suenan enormes, el bombo se siente en el estómago. Todo bien, salvo que si no fuera porque el teclista ensaya para el público un par de frases en francés y porque el bajista, con su copete casi albino y sus estirones culebreros, recuerda a un Thom Yorke juvenil, aquello parecería un concierto de cámara.

En vivo se esperan versiones distintas, arreglos variados, medleys, remixes, aullidos, pero los ingleses, a pesar de que ellos también apenas superan los veinte, se esfuerzan por mantenerse austeros. Pero el público aguanta, el público no exige. Y por ahí no faltará la bandera de México. Montado en los hombros de otro, el güey sacude su tricolor intentando sacarle una sonrisa al cantante, pero éste, adusto y ensimismado, ganado unos años con su barba colorada de dos meses, ni lo regresa a ver y sigue, eso sí, templado con su magnífica voz constipada. Alt-J toca perfecto, pero la perfección le anula el feeling.

En el escenario principal, desde las 20h45, cuando la noche ha caído y las luces ya son escenografía, está Franz Ferdinand. Han revivido. Sus riffs pueden sonar gastados, pero suenan duro. Una hora y veinte minutos de concierto, hit tras hit, alargando los finales para alargar el deleite. Si Joe Newman, el pelirrojo inglés cantante de Alt-J se mantuvo en su burbuja, el pelirrojo escocés de Franz Ferdinand juega al borde de la demagogia. This is fire, Take me out, The dark of the matinée y más éxitos, uno tras otro en un popurrí sin cortes, sirven para manejar al público a su antojo, haciéndolo corear –eeeo, eeeo– y explotar cuando las luces y las distorsiones de la guitarra de Nick McCarthy también explotan. Franz Ferdinand maneja un show de 220 voltios, puro rock and roll en la cancha. Al final, sobre Outsiders, los cuatro miembros, baquetas en mano, le atacan a la batería como en una pieza de stomp demente. Se merecen la ovación.

RES07Al escenario llamado Industrie, intermedio en tamaño y en potencia de sonido entre el principal y el de la Cascade, el decorado del entorno le da un garbo ceremonial: hay estatuas renacentistas y una pileta majestuosa con caídas de agua que alguna vez sirvieron para el disfrute de los reyes. Sobre la tarima, Hanni El Khatib, con sus tatuajes californianos y su penacho rockabilly, pone el contraste sin saberlo. Su ascendencia palestina y filipina le han dado buena prensa, así como la buena recepción de su reciente disco Head and the dirt, producido por Dan Auerbach de los Black Keys: carrasposo y denso, puro rock and roll y garage. El Khatib está en el epicentro de lo movida. Sus canciones se usan en publicidades de grandes empresas y antes de dedicarse por entero a la música era el director artístico de HUF, marca de ropa venerada por skaters. En vivo, sin embargo, donde se da la cara, su sonido es pequeño, su guitarra, su voz y su banda suenan genéricas, anodinas. La música no supera la propaganda. La buena actitud no parece suficiente.

El cierre. Llevando al extremo su alemanismo, Paul Kalkbrenner empieza antes de la hora señalada. En el escenario principal hay 20 mil personas con el ánimo agotado. El Dj tiene el beat seguro, pero es siempre el mismo: 125 bpm (+-) en un tecno sin mayores sorpresas. En las pantallas hay cohetes, lluvia de estrellas, una galaxia de luces pixeladas, pero será quizás la hora de la noche o que la gente está sobria, pero la fiesta no cuaja. El espíritu de Berlin calling no emociona en París. Paul Kalkbrenner, sin embargo, camiseta del Bayern Munich con el 10 y su apellido en la espalda, está hecho una fiesta.

La primera jornada del Rock en Seine 2013 termina sin convencer del todo, pero la locación, las comodidades del festival y la vibra veraniega que se goza hacen que el desenlace se sienta bien. La gente camina con orden y disciplina hacia el tren. Parece que saliera del teatro.

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