abril 20, 2011

GUSTAVO CERATI: Cuando compongo, muchas veces no lo hago a partir de la verdad, sino de la mentira*

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Av. Figueroa Alcorta, Bs. As. Argentina. Un niño de ojos azules, con su pie derecho ligeramente torcido, camina hacia la iglesia del barrio para tocar la guitarra en el coro. Sueña con ser, aunque sea por un instante infinito, uno de los Beatles.

El aprender a tocar guitarra le trae un problema: es zurdo, las guitarras de la iglesia son para diestros. Pero la chica que le gusta, escucha King Crimson. No hay alternativa: hay que ser rockero y tocar la guitarra como sea.

E.T., Koala, Savage, Vozarrón son los nombre de bandas que arma en su adolescencia. Cada vez está más cómodo con la guitarra y emula sonidos que provienen del otro extremo del Atlántico. Está por terminar la escuela secundaria, su padre le dice que tiene que hacer algo en su vida.

Vender medicinas, ser visitador médico viene bien para ganarse unos pesos, pero sobre todo para no estar sentado atrás de un escritorio. Ahora es un hombre alto, con sus rizos muy afros que llaman la atención. Continúa caminando por las calles del barrio de Núñez, con un maletín lleno de medicinas y con su obsesión de ser estrella del rock.

Ingresa a la universidad. Lo más relacionado con su mente creativa es alguna carrera que permita desarrollar su facilidad con que inventa frases. No se da cuenta que son disparos de poesía. Entra a estudiar publicidad y conoce a Z, la última letra del abecedario que tiene el apellido de Bosio. Con Zeta deciden crear un grupo sin imaginar que van a ser la banda más influyente del rock latino de todos los tiempos.

gustavocerati1Pinceladas británicas

Luego de 15 discos que definirían al rock latino Soda Stereo se separa. Su líder absoluto queda al libre albedrío.
Como un adolescente en busca de su destino recorre varios países. Trae la añoranza de haber sido uno de los grandes y el vértigo de uno de los que empiezan. Su talento hace que los abismos sean fáciles de sortear.

Con todo lo que significa ser un ex-Soda, logra realizar ciertos sueños de su juventud: graba el tema Tráeme la noche con Andy Summers, guitarrista de The Police. Se entusiasma más con el sonido británico y acude a los estudios de Abbey Road en Londres, el mismo donde grabaron los Beatles. Graba Verbo carne, una ópera con sabor a otro británico: John Barry, famoso por crear los soundtracks de las películas de James Bond.

Llegamos al tercer milenio y Cerati sigue con sus “gustitos” ingleses. Graba con Roger Waters creador de la ópera-rock The Wall. En el 2006 lanza Ahí vamos, disco que es flojo en letras y sonido pero que gusta a la mayoría de gente. Ojalá el Crimen de su canción no lo hallen culpable. En este material colabora el ingeniero que ha trabajado con Pete Townshend, David Bowie, Lou Reed, entre otros. El mismo que colabora en su último material: Fuerza Natural.

Para culminar con las pinceladas británicas: el apellido materno de Gustavo es Clark. ¿Sospechan de donde es su abuelo?

Tomando la ruta

La primera vez que vi a Soda Stereo fue en el año de 1987 en La Chorrera de Quito. Esa era la primera vez que un grupo de rock latino se presentaba en Ecuador. No había amplificación que aguante. La infraestructura del país no estaba preparada para albergar ese tipo de espectáculos. Por suerte el fervor de los fans aplacó la falencia de equipos. A los 6 meses Soda vuelve por pedido de la fanaticada. Pasarían 20 años para que el temblor vuelva a sacudir tierras ecuatorianas.

Habiendo crecido con semejante influencia mi vida transcurrió con el soundtrack sodero hasta que en 1997 Soda Stereo se separa. Vendiendo hasta el violín de mi niñez logré viajar a Venezuela para estar en uno los conciertos de despedida del grupo. Coincidencias de la vida tuve un ángel que sin pensarlo me llevó hasta los pies desalineados de Cerati. Sylvia, prima venezolana de mi amigo de colegio, organizaba ese concierto. Mi primer encuentro frente a frente con él fue en el Hilton de Caracas, sentado en el lobby del hotel lo vi entrar. Con ambas manos llenas de compras él estaba dirigiéndose al ascensor por lo que dudé en acercarme y lo dejé ir. Entonces me di cuenta de la pequeña torcedura de su pie derecho. La “falla trágica” que según los griegos impulsa al reto para alcanzar grandes destinos.

La siguiente oportunidad fue en México D.F. en el teatro Metropolitan, en 1999. Cerati se estrenaba como solista presentando el disco Bocanada. A mi lado, una Julieta Venegas a la que nadie prestaba atención. Mi tercer encuentro fue en Quito. Luego de su rueda de prensa logré sortear a las personas de seguridad y me le acerqué. Mientras me firmaba su autógrafo, me animé a decirle que lo había seguido en toda su carrera. ¿En serio che? —me respondió. Por fin sonreí tranquilo.

Es así como llegamos al 2007, después de 10 años, Soda se reúne y organizan una gira por las tres Américas. Rompiendo varios records de asistencia llenan el estadio de River Plate seis noches consecutivas. El 21 de diciembre de ese año, al ver a Gustavo tocando las legendarias canciones con Soda fue como ver a un viejo amigo. Ese día fue la última vez que Soda Stereo daba un concierto.

Crónica de un coma

Son ya 11 meses que Cerati lleva en estado de coma. Lo peor sucedió el 16 de mayo del pasado año, luego de una presentación en Venezuela cuando Gustavo se descompensó a tal punto que no pudo seguir en pie.

Desde allí, el cuadro clínico no tiene ninguna variación. El hermetismo asumido por la familia al inició provocó un sinfín de rumores sobre su muerte o posible mala praxis en la atención médica venezolana. Pero poco después todo fue negado por su madre y hermanas, quienes constantemente acompañan al cantante en la sala de recuperación, junto a su ex esposa, sus hijos y su novia.

Desde octubre pasado que Cerati fue llevado a Buenos Aires para ser internado en la clínica Alcla, ha sufrido recaídas y recuperaciones, la más fuerte fue un proceso serio de neumonía. “Su situación es estable, pero no sabemos cómo va a reaccionar a todo esto”, fue uno de los últimos partes médicos.

Las palabras más sentidas las ha dicho Lilian Clarck, madre del cantante: “Gustavo la está peleando, es un león”, al tiempo que cuenta “se emociona muchísimo cuando van a cantarle. Cuando vino (el veterano músico argentino Luis Alberto) Spinetta, él hizo movimientos. Cuando va Ricardo Mollo (líder de la banda de rock argentina Divididos) y le toca la guitarra, yo noto movimientos. Mueve la boca o le suben las pulsaciones».

Por: Javier Oñate / Fotos: Prensa Cerati

* Texto originalmente publicado en Revista Indiependiente N 2. www.indiependiente.com


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