A.N.I.M.A.L fue sin lugar a duda el referente del metal de los noventa en Latinoamérica. Andrés Giménez, la cabeza principal detrás de esta banda.
Después de haber editado siete discos, girar por toda Latinoamérica, participar en más de veinte copilados y tener colaboraciones de los principales exponentes de su género: Max Cavalera, Robert Trujillo, Joao Gordo entre otros. Un día todo se detuvo. En diciembre del 2005, a través de un comunicado, AcosadosxNuestrosxIndiosxMurieronxAlxLuchar había anunciado su separación definitiva. Luego del luto, Andrés decide comenzar un capitulo distinto, de una historia que lleva por nombre D-Mente (Devil-Mente). Agrupación en la que deja atrás todo el concepto indigenista y el metal noventero de su anterior proyecto. Sus líricas ahora abordan temas más globales; aunque las adicciones, vicios y el descontrol al parecer son los más reiterativos de su disco homónimo editado a finales del 2006. Su sonido, ahora se vuelve más rockero, influenciado por Queen of The Stone Age, The Stooges o Turbonegro.
En su paso por Ecuador para producir el nuevo disco de Muscaria, Andrés nos habla de este nuevo proyecto y afirma que la historia de A.N.I.M.A.L pueda que todavía no tenga punto final.
Andrés Giménez esta recostado en un sillón dentro del cuarto de estudio “Si Sostenido”. Luce cansado. Son alrededor de las 7:30 PM, y todo indica que lleva trabajando desde la mañana junto a Muscaria en la mezcla del disco “Perdura”, la cuarta placa de la agrupación hardcore quiteña. Se toma su tiempo descansando. Se levanta y ejerce su tarea de productor. Tiende a llevarse constantemente sus manos a la cabeza y desordenar su cabello. Su compartimiento es indescifrable: en un momento puede estar relajado, hablando tranquilamente; en otro instante, bajarse sus pantalones deportivos hasta las rodillas o golpearse amistosamente con el vocalista de Muscaria. Luego de acabar la mezcla de voces, llega el momento de receso. Dejando por un momento su labor, nos concede la entrevista.
En el disco ANIMAL 666, en la contraportada del booklet ya aparece escrita la palabra Demente. ¿Desde ahí ya te interesaba ese nombre para bautizar a tu nuevo proyecto?
No en realidad. Demente a mí me decían en A.N.I.M.A.L. De hecho “Corvata” (Marcelo Corvalán, actual Carajo) fue quien me puso ese apodo, porque me decía que siempre vivía pensando en la banda. Cuando decidimos con A.N.I.M.A.L parar, empecé a generar otra cosa nueva, que se fue haciendo realidad a partir de conocer a los tres compañeros que hoy tengo: Lizardo (guitarra), Marcelo (batería) y Gula (bajo). Cuando decidimos ponerle un nombre a la banda, ellos vieron en el disco ANIMAL 666 y en mis amplificadores, que decía siempre demente. Me preguntaron por qué y les conté. Ellos dijeron: “porque no le ponemos ese nombre a la banda”. Y quedo buenísimo. Pero no fue nada premeditado, las cosas se dieron naturalmente.
Con D-mente te has abierta musicalmente a otra propuesta. Líricamente no topas los mismos temas que antes eran recurrentes con A.N.I.M.A.L ¿Por qué decidiste dar ese giro, tanto en las letras como en la música?
Yo creo que si seguía con una banda como A.N.I.M.A.L, llamada de otra forma iba a ser como una formula reiterativa. No me gusta tomar los caminos fáciles, sino nuevos, y caminos que uno descubre a la medida que va avanzando. No soy una persona cerrada, de escuchar solamente metal y nada más. No me importa que por eso me llamen vendido. Me importa más lo espiritual dentro de la música y los intercambios musicales que se puedan realizar. Con D-mente paso eso. Es una banda que tiene un espíritu totalmente renovado. Es una agrupación más roquera que A.N.I.M.A.L. D-mente practica un metal gestado en los años setenta, o sesenta. Es más vintage, de la época de Iggy Pop y The Stooges, de los primeros discos de Black Sabbath, que hoy se puede ver como herencia en agrupaciones como Queen of The Stone Age o HIM. Agrupaciones que involucran todo ese rock and roll denso y pesado.
Las letras de D-mente si varían. En A.N.I.M.A.L, ya desde el nombre teníamos un compromiso con lo indigenista, que no fue forzado, sino que era de vida real. Con D-mente no se pierde lo que es el compromiso, yo sigo pensando de la misma forma en que pensé toda la vida. La diferencia es que las letras son más en primera persona. Las podes captar tanto vos como cualquier persona y sentirlas como propias. Las letras son de cosas que uno vivió. No son cuentos, ni sueños, ni dibujitos animados.
Vuelves a tocar en una escena más pequeña, en lugares no tan multitudinarios como antes lo hacías con tu anterior agrupación. ¿Cómo estás tomando esa idea de volver a empezar? ¿Qué camino estas tomando?
Los caminos que tomamos son los de siempre. Los caminos de luchar por lo que uno quiere y seguir para adelante, haciendo lo que uno hace: música. En realidad no pretendo, ni pretendí el día que comencé D-mente que sea lo mismo que fue A.N.I.M.A.L. Al finalizar A.N.I.M.A.L ya era una banda consagrada, entonces sería ilógico de mi parte pensar que por salir de una banda consagrada, todo va a ser más fácil. Todo lo contrario, muchas veces se hace más difícil porque uno tiene que seguir demostrando que puede hacer cosas interesantes y verdaderas. D-mente es una banda que tiene todo por hacer, es empezar con algo nuevo. Creo que esta buenísimo, son experiencias y sensaciones nuevas que uno va adquiriendo. Son cosas que le van rejuveneciendo a uno.
El disco debut de D-mente salió bajo un sello independiente. Luego de haber trabajado durante toda tu carrera con disqueras multinacionales ¿cuál ha sido la principal diferencia que has encontrado?
Trabajar con un sello independiente estuvo buenísimo ya que nos dio una libertad mucho mayor, que por ahí una multinacional no nos hubiese dado.
El disco se lo saco bajo un sello independiente que se llama Líder music en Argentina y se lo edito en otros países como México, Perú, Chile y Venezuela con distintos sellos independientes de cada lugar.
Hablo del tema de las multinacionales, ya que con A.N.I.M.A.L hubo un problema cuando quisieron sacar su álbum en vivo, la disquera que edito sus primeros discos nunca cedió los derechos para poder realizarlo…
Si fueron cosas de las multinacionales, nunca pudimos realizar un disco en vivo, porque las compañías multinacionales así son, muy cuidadosas de lo que graban, de lo que hacen y te ponen mil impedimentos. Nunca se pudo llevar a cabo, y al final queda en la nada. Pero ahora en el disco de D-mente, igual grabe en vivo ‘El nuevo camino del hombre’, y esta bueno porque me saque la gana de por lo menos poder sacar una canción en vivo.
¿En los shows de D-mente tocas temas de A.N.I.M.A.L?
Si tocamos covers de A.N.I.M.A.L, pero distintos, con un toque mas rockero. En realidad los tocamos no porque sean de A.N.I.M.A.L, sino porque a los chicos de la banda les gusta A.N.I.M.A.L. Como tocamos en vivo canciones de A.N.I.M.A.L, también tocamos covers de Ozzy, Ramones, Megadeth, Iggy Pop… hacemos un poco de todo.
En el disco homónimo D-mente, hay varios invitados entre los cuales están León Gieco, Gustavo Cerati o Juanse. ¿Por qué decidiste invitarlo?
En realidad cuando terminamos de hacer el disco, no íbamos a invitar nadie. Luego sentimos que había canciones que si las interpretaba en partes otra persona, iban a enriquecerlas. Fue así que cuando hicimos la versión acústica de ‘Sueño en gotas’, yo pensé en una estrofa y dije por dentro mío: “qué bueno que seria que cante esta parte Gustavo”, que es un amigo mío desde hace muchos años, más allá de los estilos de música. Le llame, vino y canto increíble. Lo mismo paso con León Gieco, con la canción ‘Ojos del cielo’, yo le decía al resto: “si esto lo cantaría León quedaría extraordinario”. Juanse que es de Ratones Paranoicos está en la canción que se llama “Tentación”. Me paso exactamente lo mismo, hay una estrofa de la canción que para mi simbolizaba lo que es Juanse. Todo se dio a raíz de encontrar esas personas que podrían enriquecer a la canción, no fue pensado de una forma comercial o por decir que tengo invitados de lujo.
¿A.N.I.M.A.L ya es una historia cerrada?, ó ¿todavía existe la posibilidad de que vuelvan?
Yo luche toda la vida por una banda que amo y la seguiré amando por el resto de mi vida que fue A.N.I.M.A.L. Pero cuando las energías de las personas que tenemos a lado no están puestas en un mismo lugar y se dispersan, no se hace efectivo ni verdadero lo que uno toca, lo que uno transmite. No todos en la banda tenían las mismas ganas y el mismo sentimiento de involucrarse ciento por ciento como lo tuve yo toda la vida. Es por eso que no seguimos adelante, no por otra cosa. No es un punto final, pero hay que darle un tiempo de maduración lógica, quizás por ahí pueda volver en un momento de la vida, porque es una banda que a mi me va a seguir encantando hasta el día en que me muera, de la cual soy parte y me siento súper orgulloso. Creo que si volvemos en algún momento tiene que ser de una forma natural, y con ganas de hacer lo que hacemos.
¿Volverías a trabajar junto a Marcelo Corvalán?
Con “Corvata” todo está más que bien, hace rato que venimos hablando bien. Nos juntamos y tomamos mate. Todo se ha resuelto muy bien. “Corvata” es una persona que quiero mucho y nunca voy a dejar de quererla, porque vivimos mucho con la banda y porque viví muchas cosas hermosas con él. Creo que uno de los factores para que vuelva A.N.I.M.A.L, tendría que ser porque volvamos con Corvata los dos juntos. Fue una fórmula que en muchos países por ahí no se vio y que fue la que más adrenalina dio por la banda. Si esta la posibilidad abierta, ojala que algún día se pueda dar. Si no se da, seguramente vamos a hacer algo con Marcelo en algún momento de la vida, porque los dos más allá de diferencias que podamos haber tenido en algún momento, nos queremos mucho y sabemos cada uno lo que dio por el otro.
¿Has podido escuchar algunas bandas ecuatorianas?
Si he escuchado algunas bandas. Están buenas. El rock latinoamericano es muy bueno, lo que pasa es que a veces entre los mismos latinos tenemos prejuicios, que no deberíamos de tener. Un ejemplo es cuando una banda gringa viene a algún país de Latinoamérica, nosotros le entregamos el alma y se le perdona todo; pero cuando es una banda latina siempre le buscamos algo, no se le perdona. Cuando tiene éxito porque tiene éxito, y cuando no tiene éxito porque no tiene éxito. Eso es una pena porque se pierde un montón de energía que podría ayudar a que el movimiento latino surja cada vez más. A veces tendríamos que valorarnos un poco más entre los mismos latinoamericanos.
Por: Darío Granja