En exclusiva, el cineasta español conversó con Plan Arteria, a propósito de la proyección de su cinta ‘Amateurs’ dentro de la programación del Séptimo Festival de Cine Cero Latitud 2009.
Hace un mes le solicité a Gabriel Velázquez que sea mi amigo en Facebook y todavía no me ‘acepta’. Supongo que la búsqueda de locaciones y actores para su próxima cinta no le deja tiempo para aceptar mis invitaciones o para responder el test de ¿Qué X-Men eres?
Tal vez la falta de su ‘confirmación de amistad’ también se deba a que ser uno de los nuevos referentes del cine español no le permite caer en la tentación de perder tiempo en el cara-libro. Pero esa es una suposición un tanto prejuiciosa.
Es fácil pensar que este director nacido en Salamanca (España), que inició como cortometrajista en 1995 y que diez años después presentó su primer largometraje ‘Sud Express’ (coescrito y codirigido por Chema de la Peña, su amigo y antiguo colaborador), no responde mails ni chatea con desconocidos. Mucho más si se toma en cuenta que su segunda película (‘Amateurs’) participó en la edición 56 del Festival de San Sebastián y recibió el favor de la crítica y el público.
Se presumiría que primero hay que pasar ‘sobre el cadáver’ de algún agente, distribuidor, etc…para contactarlo. Sin embargo, para Velázquez hablar de cine- de su cine- es hablar sobre sí mismo, sobre algo que conoce a profundidad y sobre lo que no le cuesta responder. Las palabras inician en el recuerdo, en ‘Sud Express’, su primera producción.
Según su sinopsis oficial, esta película muestra seis historias de gente anónima cuya vida se ve afectada por el paso del tren que va desde París hasta Lisboa. En principio Chema y yo quisimos hacerla como un documental, pero luego se transformó en una película con un espíritu libre y arriesgado Nosotros éramos los productores y esa libertad te permite arriesgar al tope. Salió bien y eso marcó mi estilo.
Su estilo explora las posibilidades del cine neorrealista, caracterizado por mostrar la frustración, la desesperanza y otros cambios sentimentales que se generan cuando se alteran las condiciones de vida. De hecho, una preocupación constante en su filmografía es la soledad.
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Julio Nieves y Blanca son los protagonistas de ‘Amateurs’. Él tiene 65 años, vive solo y no se resigna a jubilarse. Ya no escucha bien y eso interfiere en su desempeño como capataz de construcción. Ella tiene 16, es aficionada a correr y acaba de perder a su madre. Tras este suceso, Blanca decide buscar a su progenitor y se encuentra con Nieves.
En 86 minutos, Velázquez se pregunta y se responde ¿hasta dónde podemos llegar para no estar solos?
Empecé a escribir Amateurs hace 6 años junto con Blanca Torres, antes de rodar Sud Express. El rodaje de esta última me marcó tanto, que decidí modificar la historia. ‘Amateurs’ pasó de ser una comedia coral a ser un drama humano.
Esta variación también se produjo a medida que reflexionaba acerca de su arte. Concibo el cine como algo muy vivo y personal. Quería reflejar que las emociones y la vida misma cambian a diario. Me sucede hasta con el rodaje y el casting; a veces el mismo día o mientras ruedo encuentro un actor o una locación y eso me hace variar la historia.
En ‘Amateurs’, por ejemplo, trabajó con actores no profesionales. El protagónico de Nieves le fue confiado a Paco Luque, un jubilado al que encontró jugando cartas en un parque de Vallecas (España).
Me encanta trabajar con personas de la vida real y que sean ellos mismos. No quiero forzar a que se expresen como yo he pensado antes escribiendo, porque cada persona es y habla de una manera diferente y eso es lo que quiero, que sean ellos mismos.
Al principio-reconoce- eso fue un reto, pero no era el único. Además de ello, el enfrentar sus ‘propios demonios’ fue ambiguo.
Amateurs es un poco el reflejo de lo que me pasa a mí o a muchísima gente a mi alrededor. Las familias son más diferentes y las personas estamos cada vez más solas. Yo vivo solo y muchos momentos me siento como Nieves, aunque tengo cerca mi familia y amigos.
Incluso, en una entrevista para un medio electrónico, Velázquez afirmó que “la soledad es la gran enfermedad del siglo 21”. Lo sea o no, lo cierto es que este cineasta sólo se “deja llevar”, seguro de que, como sea, siempre llegará a algún lado.
Cada vez más me gusta incluir cosas personales, experiencias, recuerdos, me es más fácil encontrar las respuestas a los personajes y no me tengo que inventar nada.
Así le sucedió con ‘Iceberg’, su próxima producción.
Esta es la vuelta a mi infancia-adolescencia en la ciudad donde nací. Una historia salvajemente bella de unos chavales en torno a un río turbulento rodeado de naturalezas muertas. Sucederán muchas cosas, bastantes basadas en mis recuerdos, aunque no será autobiográfica. Quiero conseguir una atmósfera y tiempo que te envuelvan, con unos personajes que te atrapen, independientemente de lo que pase. Es la historia que más me ha apetecido contar hasta ahora.
Hace una semana ‘solicité’ su amistad de nuevo. Es mi último intento. Con la suya, tengo cuatro solicitudes pendientes. Mi meta es llegar a tener 200 amigos virtuales, cuatro amigos presenciales y un amigo imaginario.
Por: Óscar Molina / Fotos: cortesía Artimaña producciones y www.kane3.es