“Motozen expresa el hecho de caminar sobre una navaja. Es el punto de quiebre entre el riesgo absoluto y el equilibrio. Refleja el acto de meditar con los ojos cerrados, montado en una moto”. De esta forma Raúl Arias (bajista) define el nombre de la banda de indie rock capitalino que con un demo de siete temas, menos de diez conciertos realizados y un sitio myspace, se ha convertido en el nuevo descubrimiento musical que muchos estaban buscando. El bajista después de una pausa retoma la idea “Si bien la metáfora no es la mejor del mundo, expresaba lo que queríamos: hacer las cosas metódicamente, pero asumiendo los riesgos del caso, tratando de hacer la música más arriesgada posible para nosotros”
Era diciembre de 2006, cuando dos integrantes de Motozen compartieron por primera vez la idea de formar una banda. “El inicio no musical sino como idea fue cuando le conocí a Alejandro Tobar (batería). Yo venía de Tulcán, lugar donde viví muchos años. Cuando llegué a Quito se dio que deje el anuncio en Tocadas.com. Luego me contacto Alejandro. Si bien en ese momento no cuadrábamos en lo musical, porque vine con la idea de hacer algo un poco más fuerte, si teníamos los mismos objetivos. Durante el mes de enero le ayude a armar su estudio, lugar donde trabajamos con la banda. Desde febrero, empezamos a trabajar más en la música. Luego de un tiempo llego Raúl y nos empezamos a acoplar más.” Relata el guitarrista Alejandro Naranjo. Conformados como un trío en guitarra, bajo y batería, empezó la búsqueda de vocalista. Probaron a mucha gente: desde una vocalista jonkie, hasta por un tipo con timbre e influencias heavy metal. “Le conocimos a Ignacio Izquierdo (voz y guitarra) de casualidad en una tienda de música. Lo llamamos, el vino, nos gusto la onda, la propuesta, el timbre, nos aportó muchísimo para la banda en la onda compositiva y se quedo con nosotros. Eso fue por agosto o septiembre del 2007” recuerda Raúl.
La entrevista se concreta en el cuarto de ensayo de Motozen situado en el subsuelo de un edificio ubicado en una de las zonas con mayor actividad nocturna de la capital. El espacio es pequeño, no hay entradas de luz. En el piso se ubica un ventilador, cables entrecruzados y una lámpara ubicada en el centro de los cuatro integrantes. Un lugar de ensayo común para una banda independiente local. En el instante en que Motozen inicia su repertorio, que incluye hasta este momento un total de once temas, es inminente remitirse a las influencias de la banda. Amantes de la escena de los ochenta y afines al indie rock actual especialmente europeo y canadiense. En si, al preguntar ¿qué escucha la banda?, el resultado puede ser diverso: desde agrupaciones de finales de los setenta como Gang of Four, Joy Division; pasando por New Order o The Smiths hasta terminar con bandas contemporáneas como Arcade Fire, Editors, Cansei de ser sexy o Broken social scene. Agrupaciones no tan conocidas en nuestro medio a pesar del gran movimiento indie que se está gestando a nivel mundial. “Yo creo que la música indie rock, que es comprometida consigo mismo y que tiene ese tipo de sonoridad – hablamos de un rock alternativo- siempre ha estado. Ahora simplemente lo que hay es una especie de levantar las sabanas y descubrir un montón de cosas que han estado pasando hace décadas. Si ahora hay un auge es precisamente por internet y todas las facilidades que implica. Además, porque la gente llego a cansarse de los extremos”. Dice Raúl. “Algo interesante es que ahora todos como que retoman un poco la esencia de géneros antiguos que tal vez no han sido tomados muy en cuenta en el país, no porque no se han escuchado, sino simplemente porque no se han abierto espacios para realmente apreciarlos. El asunto es desarrollar este tipo de géneros para impulsar a la gente a escuchar algo diferente, alternativo, novedoso. Que se amplíe el abanico de posibilidades, que no sean dos géneros los que predominen, sino que haya muchas cosas para oír” concluye Ignacio.
Al momento de tratar definir “indie” ese género-calificativo-modo-de-trabajo actualmente tan generalizado, la banda tiene varios puntos de vista. “Si vamos por definir al indie como independiente, creo que todas las bandas ecuatorianas son indie. Estamos viviendo una época en la industria musical en la que toda la música se está independizando. Nosotros somos indie a raja tabla, en el hecho de que vamos a mantener siempre nuestra independencia en nuestra manera de componer. Por otro lado pienso que además somos lo suficientemente pop y tenemos la mentalidad abierta como para estar dispuestos a que la gente nos escuche”. Comenta Arias. Pero todavía resulta un término que a simple vista, no define las proyecciones musicales que la banda intenta buscar. “Actualmente estamos terminando de definir una etapa sonora, porque más que ser una copia o intentar sonar como alguna banda, nuestro trabajo ha sido básicamente tocar sin necesidad de complicarnos. Nuestra música es sencilla, pero llevada por nuestra sensibilidad particular, y nuestros gustos musicales”, dice Alejandro Tobar. Además agrega el objetivo que tiene Motozen como una banda emergente “buscamos más que la fama, llegar a difundir un trade mark de música ecuatoriana, se busca reivindicar lo que es la música ecuatoriana en el sentido que es música nueva, joven, descomplicada y más que todo sincera”.
En la actualidad el cuarteto capitalino prepara su primer disco. Como toda banda ecuatoriana, concretar ese hecho no resulta nada fácil, pero la visión que tiene Raúl Arias sobre este asunto es bastante convincente y realista “yo tengo muy clara la película, a raíz de mi experiencia personal, me he dado cuenta que en Quito, si tu quieres sacar un disco, lo sacas, si quieres hacer una película, la haces. En este país todavía se tiene el chance de que eres medio pionero en lo que haces. Por otro lado hay un límite, aquí lastimosamente el techo es bastante bajo, llegas a un punto y ya lo topas, pero pienso que se está expandiendo”. Sobre la grabación y edición del disco comenta “Estamos buscando plata debajo de las piedras. Para grabar primero hubo la propuesta de hacerlo en Argentina, era una propuesta muy buena desde el punto de vista económico y técnico pero vimos que era irreal por cuestión de dinero; entonces decidimos buscar la opción que más nos guste desde el punto de vista humano y de sonido para grabar aquí. No sabemos todavía, pero planeamos grabar por septiembre. Nuestro objetivo es terminar con el disco este año.”
Por: Darío Granja / Fotos: www.myspace.com/motozen