Fausta tiene una papa en su vagina para evitar que cualquier terrorista la viole. Cuando ella nació, “nació el terrorismo”, dice su tío. Es por eso que vive con miedo a los otros, sobre todo a los hombres. Su timidez es hiperbólica. Es un síntoma propio de la ‘Teta Asustada’, una enfermedad que, según la creencia popular, las madres transmitieron a sus hijos a través de la leche, durante la época del terrorismo en Perú.
Al igual que en su primer largometraje Madeinusa, Claudia Llosa confió el rol protagónico a la actriz Magaly Solier, quien en esta ocasión expone de nuevo su faceta como cantante. Precisamente, la música es uno de los tantos símbolos que hilan esta cinta ganadora del Oso de Oro en la edición 59 de la Berlinale.
El segundo largometraje de Llosa es “un viaje del miedo a la libertad”. Una nueva fotografía instantánea sobre América Latina. Una grata sorpresa dentro del cine latinoamericano de este año.
Por: Ángel Dimitri