Juan Pablo Meneses es uno de esos tipos cuya vida produce envidia. Al menos a mí, me pasa. Este chileno es el ejemplo clarísimo del conocido periodista ‘free lance’ que en una misma semana puede estar en Tucumán y en Tijuana. Viaja tanto como el mismísimo Freddy Ehlers en sus tiempos mozos y le pagan por contar lo que ve. Así de bajito, sus crónicas se publican en medio de las semidesnudas modelos de Soho y los reportajes semipolíticos de Gatopardo y Etiqueta Negra.
Justo en la página web de ésta última (Etiquenegra.pe) me topé con su blog. Es del tipo de bitácora que pega rápido. Textos breves, inteligentes, de un man que no está ni en la izquierda, ni en la derecha, ni en el centro. Está nomás. Se nota que es de los que comen y dejan comer en paz. Por eso es entretenido visitarle de vez en cuando. Sobre todo porque su caso nos anima a los bloggers amateurs a seguir escribiendo. Y lo que es más importante, a hacerlo sin esperar muchos comentarios. Porque a diferencia de la cubana Yoanni Sánchez que recibe la misma cantidad de comentarios en su blog (GeneraciónY.com), que la de denuncias en la PJ del Litoral, al Meneses apenas le comentan un par de gatos.
Lo cual no significa para nada que no vale la pena lo que dice. Al contrario, ¿será por qué a muy pocos les gusta que las cosas se digan cómo son? En tal caso, sería bueno que les entré la curiosidad (propia de los gatos) y lean este diario virtual de este pana mochilero-posmoderno-cague de risa.
Ahí tienen el link: http://etiquetanegra.com.pe/blog/periodismoportatil/
Ángel Dimitri