El término «banda emergente» se está convirtiendo en una especie de denominación que a pesar de expresar un estado concreto no solo de una banda x, sino de toda nuestra música independiente y si hilamos fino, de toda la «industria» discográfica ecuatoriana, a veces resulta muy opresivo y un poco pesimista. A la final, ¿qué banda ecuatoriana independiente no es emergente incluso después de muchos años de trabajo y varios discos?. Cuál ha sido capaz de crearse un espacio que vaya más allá de sus seguidores naturales, de los melómanos de turno y de los que están atrás de las tendencias. Tal vez ninguna.
Yo había oído de los Alkaloides, pero nunca había escuchado un solo tema de ellos hasta ayer. En vivo. A pesar de contar con un sonido precario y una acústica detestable en el C.A.C. sonaron increíble.
No puedo predecir el futuro de esta banda, que fue capaz de despertar mi instinto auditivo, mis ganas de bailarme una tocada entera, deseo apagado en el cinismo y el escepticismo de oír una y otra vez lo mismo y lo mismo, en una escena musical condenada a repetirse y auto fagocitarse. Pero después de investigar su pasado, basicamente el EP 2011 «La sombra fuera del espacio» me queda claro que es una banda que no deja de mejorar conceptos y formas que ya tenían un rumbo claro y original. En este, no sonaban solidos, aún no había un estilo del todo definido. El vocalista Carlos Espinosa ladraba un poco más de lo coherente en un proyecto que a todas luces empezaba a sonar más sofisticado que esa mezcla de punk rockabilioso que aún era parte de Alkaloides. Pero ya se podía percibir que esta banda (asumo que quiteña, no he podido encontrar mucha data sobre ellos) tenía mucho más techo.
Debo confesar que me volví adicto al single «Ella viene del futuro». Y ya no es común que me suceda eso con una canción. Este tema logró romper mi falta de asombro, irrumpió agradable e inesperadamente en mi sistema. La fórmula es simple. Una buena canción, con melodía cantable, recordable, para nada aburrida y plana (característica nefasta hasta de lo mejor de las bandas locales) riffs trabajaditos, fuertes y claros, que se complementan perfectamente entre las dos guitarras. La base rítmica concisa, simple y contundente, pero no demasiado pesada, bastante bailable, casi funk, que va en función de la canción y por lo tanto de los que la escuchan.
En este single se pueden escuchar cosas de banda madura. Además de ser estructuralmente redondo, tiene quiebres emocionantes, cambios de intensidad perfectamente logrados que hacen que el tema nunca decaiga.
A momentos me recuerdan a los Futureheads en sonido y en el estilo del canto. No me consta que esta sea una influencia directa. Y en el fondo no es muy importante, porque la banda es suficientemente original y bien plantada como para empezar a poner una firma en su sonido, la firma de los Alkaloides.
Ojalá tengamos pronto un larga duración de ellos, y que esté a la altura de «Ella viene del futuro». Y ojalá lo saquen en vinilo también. Mi colección personal va a sentirse honrada si uno o los dos deseos se cumplen. Por lo pronto este single esta para descarga gratuita aquí y viene con su portada y un bonito pack DIY para grabarlo en cd.
En el concierto de ayer el único reproche que encontré, además de la acústica de la sala, es que el vocalista aún podría cantar más y gritar menos. Sin dejar su estilo. El camino de la melodía es el del éxito. La banda alternativa que logre entender eso, va a dejar la denominación de emergente más temprano que tarde.
Alkaloides son:
Carlos Espinosa | Voz y guitarra
Leonardo Morales | Guitarra
José Vergelin | Bajo
Nicolás Meneses | Batería