Por: Polo Damián Rodriíguez
Los rumores de una visita han sido constantes, sistematizados; cada vez que se anunciaron tours sudamericanos Ecuador quedó relegado. Se ha especulado de todo, desde que no hay infraestructura en el país pasando por la desidia de los integrantes hasta que no hay público para grandes conciertos. La banda de San Francisco genera pasiones desmedidas y el tan solo anuncio de su vista remueve estructuras musicales, culturales, de comunicación, sociales y hasta políticas… ¿Por qué?.
En agosto pasado al departamento creativo de Camaleón Diseño Visual, la agencia publicitaria en la cual laboro, llegó el incierto de que se preparaba un gran show de rock, el mejor de todos. Antes este informante nos había lanzado el dato de Ozzy Osbourne, y anteriormente sobre Guns n’ Roses; pero esto era algo más grande e importante, ya que ni Guns ni Ozzy en estas épocas –y talvez, ni los dos juntos- podrían convocar un público tan inmenso y mover más los cimientos de esta under sociedad local.
La fecha tentativa era diciembre, pero era desquiciado pensar que en tan poco tiempo se concrete algo que en 30 años ha quedado como una utopía. En todo caso, no desatendimos ese dato a esperas que un nuevo indicio cierre el círculo y permita confirmar la mega visita; así fue que no despegamos los ojos de Metallica.
El anunciado concierto de Metallica en la Antártida fue el detonante. El pasado 8 de diciembre la banda viajó más de seis días hasta llegar a la parte habitable más austral del continente y realizar una memorable presentación a favor de la naturaleza y en contra de todas las formas de agresión hacia la fauna y flora del planeta. Con el auspicio de una marca de bebidas, fueron 145 personas las elegidas para acompañarles en esta presentación transmitida al mundo en directo, y que los asistentes solo pudieron escucharla a través de audífonos, precisamente para respetar el medio ambiente evitando el ruido que altere este valioso ecosistema.
Entre los afortunados estaba un amigo del movimiento rockero latinoamericano y de la casa Ultramotora / Plan Arteria, el querido Alfredo Lewin a quien lo recordamos como el presentador de HeadBangers MTV, el espacio más informativo metalero de la década noventera.
Fue el mismísimo Lewin quien pilló a uno de los integrantes grabando saludos para los países que estarían en el Tour Latinoamérica 2014; en un papel aparecía las que serían las fechas para la gira que ubicaba a Quito para el 18 de marzo, luego de visitar Bogotá el 16 y antes de viajar hacia Lima el 20 de marzo, Sao Paulo 22, Asunción 24, Santiago 27 y Buenos Aires en dos días: 29 y 30.
Posteriormente, un concejal del Distrito Metropolitano de Quito comete un acto propio del más emocionado fanático del rock y comenta por su twitter personal que la empresa organizadora del evento visitó el Municipio para solicitar los permisos pertinentes para el show de la banda de San Francisco; fue tal su pasión por la noticia que el Concejal omitió una letra, la L, cuando emitió su mensaje. Estoy seguro que nunca antes él había cometido un error tan garrafal, sobre todo para un fanático de Metallica. El rumor parecía ser una realidad y las redes se movían al ritmo del metal rock, aunque faltaba el dato oficial.
No pudo haber un mejor día para que la duda se despeje totalmente y fue precisamente el viernes 13 de diciembre, cuando la página oficial www.metallica.com ubica al Parque Bicentenario de Quito como el lugar para recibir a James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammet y Robert Trujillo; y a su equipo de producción de al menos 45 personas.
Al fin redoblan las campanas
Era fácil escuchar a muchos rockeros locales decir que jamás tendrían la oportunidad de ver a la banda más influyente del metal mundial en Ecuador; y es que muchas veces se había escuchado que había una posibilidad de presentar a Metallica en el país. Por eso, sin exageraciones, ahora todos hablan de Metallica como un sueño cumplido.
Luego de 30 años de vida musical Metallica les ha dado todo a sus fans, tanto como les ha quitado. Para unos vienen en su momento de más decadencia, algunos creen que el motivo para que esta banda incluya a Ecuador en su tour es un tema económico, otros aseguran que ésta será la última gira antes de su retiro y hay otros tantos que no creen que se presenten; pero todos tienen algo en común: por nada del mundo se perderían el show de Metallica en Ecuador.
Esta banda convoca no solo al personal más metalero, mueve la memoria de amantes de la música en todas sus formas. Desde gerentes de un negocio, altos mandos en la administración laboral, operadores, jornaleros, secretarias, curiosos y noveleros; ya han marcado en su calendario el 18 de marzo como un día para dejarlo todo y rockear.
Precisamente, el pasado mes los fanáticos tuvimos una nueva probada de Metallica en 3D con la película Never the Through, lo que calentó aún más los motores para proyectarnos a vivir un En Vivo de este mega grupo y sus shows.
Es que Metallica ya no es tan solo una banda de rock, es una institución de la música; y aunque sus últimos trabajos discográficos han pasado casi totalmente desapercibidos, seguirá siendo la banda que no puede dejarse a un lado a la hora de emprender un viaje a la introspección colectiva.
Por medio de Plan Arteria y Ultramotora Radionline presenteremos un ciclo de especiales sobre Metallica, con la compañía de especialistas en música, en metal, en comunicación con el único objetivo de vivir la aventura de ser parte del Tour Latinoamérica Metallica 2014. A través de este espacio daremos noticias fidedignas, nos conectaremos con colegas rockeros de latinoamérica y podrás escuchar las voces de quienes ya vieron en vivo a Metallica; quizás este ambiente pueda elevar más la temperatura.
Si hay que dejar algo claro sobre Metallica en Ecuador es que este evento sin precedentes abrirá una puerta y muchas mentalidades, para que más conciertos y eventos de gran magnitud tengan como escala Ecuador; ya lo hizo antes en Sudamérica en países vecinos, así que aunque no sea una fórmula tan original ha resultado ser muy efectiva.
¡Sí señores! Al fin doblan las campanas.