Como parte de Sonidos de la Nit, nuevo espacio de Plan Arteria, el cual hace eco de las propuestas musicales más interesantes de España y Cataluña, presentamos una entrevista a la banda española, El Columpio Asesino, realizada días después de su interrumpida presentación en Razzmatazz.
Como si se tratará de una postal turística enviada desde un sitio en crisis, El Columpio Asesino presentó este año su quinto y más oscuro trabajo de estudio: Ballenas Muertas en San Sebastián. Con la intención de conocer más sobre este álbum, la situación de la escena musical de España, así como la relación de El Columpio con Latinoamérica, conversamos con Álvaro Arizaleta, voz y batería de la agrupación de Pamplona.
¿Cuándo inició la relación de El Columpio Asesino con el público de Latinoamérica?
Empezamos a ir a México desde el 2005, ya que desde nuestro primer disco tuvimos la suerte de ser editados gracias a un abogado y escritor que vive en el DF que era muy fan de las bandas de nuestra anterior discográfica llamada Astro. Luego de eso, hemos ido de a poco, haciendo un trabajo de pequeños pasitos pero sólidos. A la final también hemos estado en otros países como Salvador y Argentina, pero nuestra trayectoria seria ha sido en DF, adonde hemos ido como 5 veces. La última vez ha sido con este disco (Ballenas Muertas en San Sebastián). Estuvimos tocando en Monterrey y DF, donde hicimos sold out.
¿Qué diferencias encuentras entre los públicos de España y México?
La gran diferencia que encuentro entre los dos públicos es que en México el público es más abierto en cuanto a gustos musicales, no es tan sectario. En España somos más de tribus, por decirlo de alguna manera. La gente que escucha indie no se acerca a otros tipos de música.
Para quienes no conozcan lo que pasa en España, ¿cuál sería tu diagnóstico de la escena independiente del país?
Es complicado realizar este tipo de análisis, pero siento que se está polarizando un poco la música, en el sentido que las bandas que se están consolidando les va muy bien. Y el resto de bandas lo tienen muy difícil por no decir imposible el poder vivir de la música. Creo que en la música está pasando lo que sucede ahora mismo en este país: que está desapareciendo la clase media. Mientras unos se están haciendo muy grandes, el resto se están haciendo más pequeños. Por otra parte entre la piratería, la situación del país y el aumento del IVA al 21%, nos ha hecho que tengamos que tocar más para ganar menos.
Empecemos a hablar sobre la banda, ¿cómo vivieron el período post Diamantes? ¿cómo asimilaron el éxito de la canción Toro?
Diamantes ya era nuestro cuarto disco y a la hora de grabarlo no teníamos la sensación de que estábamos haciendo nuestro trabajo más accesible, sino todo lo contrario. Estábamos expectantes de la respuesta del público porque a nuestra anterior discográfica no le gusto nada el disco, y por eso decidimos dejarla. En ese sentido fue una sorpresa ver como nuestro público se multiplicó por tres y por cuatro, sobre todo, gracias al fenómeno de Toro, una canción que no pensamos que iba a tener la repercusión que tuvo, porque si bien tiene gancho, no es una canción que responde al perfil de hit convencional.
Después de Diamantes éramos consientes que un fenómeno como Toro era muy difícil de repetir, ya que Toro no se lo buscó, fue una canción que apareció. Por ese motivo, no quisimos obsesionarnos con ese fenómeno y nos centramos en hacer el disco que queríamos, que era Ballenas Muertas en San Sebastián. Un trabajo totalmente condicionado por la situación que está atravesando el país. Pensábamos que nuestro deber como músicos y artistas era reflejar el momento que estábamos viviendo. Todo el disco gira en torno a esa idea. Nos centramos en hacer un disco duro, oscuro, aún sabiendo que mucho de nuestro público se iba a sorprender. Pero nosotros entendemos así a la música. Sin riesgo no tiene sentido.
En algunas declaraciones que han realizado se menciona que además de la crisis externa del país, también hubo un efecto interno dentro de la banda al momento de grabar Ballenas Muertas en San Sebastián…
Si, Ballenas muertas refleja dos niveles de crisis. La crisis del exterior, la crisis del sistema, del país y la crisis del interior. La que nosotros hemos pasado como banda y que seguimos pasando por nuestra relación que tenemos con la música. La crisis de replantearnos todo después de cada trabajo. Cada disco pensamos que es el último. Esos son los dos niveles de crisis en torno a los que gira el disco.
¿Qué tienen planeado para los próximos meses?
Ahora vamos a empezar la gira de invierno que es todo lo que está afuera de los festivales, tenemos un montón de conciertos por España. Lo que queremos es estirar la gira lo más que se pueda y una vez que se acabe nos daremos un tiempo más para pensar que haremos con nuestras vidas.
¿Tienen programada una futura fecha para Barcelona?
Volveremos a repetir un concierto en Razzmatazz porque la sala quedo en deuda tanto con el público como con nosotros. El problema que tuvimos ahí no fue un error humano sino un problema con un equipo. Pero volveremos a Razzmatazz y a otra sala. Yo creo que lo haremos a inicios del año que viene.
Por: Darío Granja | @darioxgranja / Fotos: elcolumpioasesino.com