Reseña del video Cambio de Tonalidad, de Da Pawn.
En un país tan diverso en naturaleza, los paisajes vienen a ser escenarios naturales impresionantes, sin embargo pocos han sabido explotar este gran recurso. Está bien, hemos visto en fotografías que los parajes locales son ideales, pero ¿en videos musicales? -en otros lugares del mundo deben crear de cero los paisajes-, reflexión primera a los 30 segundos del video oficial.
Ana Cristina Barragán toma este reto como propio. La joven cineasta explora junto a Mauro –vocalista de Da Pawn- las tonalidades de la reserva ecológica de El Ángel, una localidad incrustada en el norte del Ecuador.
‘Sal de tu cama y mueve tus piernas’ es una frase que enmarca el viaje introspectivo de un vocalista que aunque no es actor se vuelve uno con el entorno. Mi segunda reflexión es: debe cagarse de frío; y de inmediato la definitiva: este video tiene una muy buena fotografía.
Le pregunto a Mauro, ¿mucho frío? Sí, es densamente helado.
¿Tenías en mente que sería así el video? Yo me dejé llevar, lo imaginaba de manera diferente, el tema siempre me olió a whisky, cigarrillos, lo hubiera hecho en un cabaret (risas) para mí es así de crudo. Pero la intuición femenina le llevó a otra cosa interesante.
¿Te veías como actor principal? Me mentalicé antes y cuando ya estuve ahí sí me lo creí.
Los paisajes se vuelven recurrentes en la gráfica Da Pawn… No es algo intencional, es más como la gente que trabaja con nosotros lo percibe. Para mí lo que somos sería más psicodélico, pero es difícil que se comprenda el concepto. Quizás esa es la razón por la cual no disfrutamos del todo tocar el tema Casi Siempre, porque quisimos hacer música que sea un viaje en canciones pegajosas como en los 60’s pero la gente lo asoció siempre con algo súper sobrio y dulce.
¿El video anterior Dibujo Por Hoy, llenó sus expectativas? Las superó, porque no teníamos expectativas, solo salimos a jugar con la cámara de Andrés Cornejo y salió algo genial. Este nuevo video Cambio de Tonalidad es un punto de vista muy válido de nuestra canción, es otra cosa y eso es lo bueno de trabajar con otros artistas, así puedes ver qué tienen para expresar sobre lo que hacemos.
La música de Da Pawn logra que sean los mismos artistas visuales quienes se ponen al hombro el proyecto de dirigir un video musical. Y esto nos lleva a conversar directamente con la directora, quien en este año estrena su primer largometraje llamado Alba.
¿Por qué escogiste la reserva ecológica de El Ángel?
Quería explorar una narrativa sencilla que contara con tres elementos claves: un personaje, un lugar y una sensación. Al ser pocos elementos, el lugar tenía que tener una fuerza visual suficiente. Buscamos varias opciones, pero cuando llegamos con el equipo al bosque de Frailejones (al que nunca había ido) el lugar nos impresionó. Desde arriba te sientes en un cuento de hadas entre todos esos árboles pequeños que no terminan. Me pareció fuerte el contraste entre un personaje masculino, afectado, frío y un lugar de colores pasteles, con textura de orejas de conejo.
Con Mauro y con la banda, siempre quisimos que el video te dejara algo como perturbado y hermoso a la vez y ambos lugares tenían ese contraste con la narrativa y entre sí.
Estás por sacar Alba, la película, ¿qué te motivó a dirigir un video musical?
Nunca había dirigido un video musical y siempre había tenido ganas de hacerlo; me parece que como director puedes aprovechar un formato así de distinto para probar otras cosas. Te da la libertad de olvidarte de tener que contar una historia y enfocar tu energía a otras cosas. Pero principalmente fue la canción. Esa canción tiene algo muy potente, supongo que el instinto con el que fue creada y estuvo dándome vueltas mucho tiempo.
Cuando los chicos me contaron que iban a rodar su segundo video, y que viajaban Mauro y Pedro, me imaginé una historia de dos personajes -veo que Pedro está en la asistencia producción- ¿Hay alguna motivación para quedar solo un principal?
La canción tiene varios niveles de interpretación y queríamos que el video los potenciara, no al revés. Para eso necesitábamos alejarnos de la historia de amor, no porque no fuera válida, pero podía ser limitante. Al tener un solo personaje el lenguaje se volvía como más introspectivo y abría otras puertas. Buscamos algo cíclico, una emoción nostálgica, entre dos personajes hubiese sido diferente, menos “íntimo” quizás.
Más allá de ser el vocalista de la banda, intuía que el Mauro era perfecto para el personaje y tenía potencial. Hicimos algunos ensayos, conversamos mucho sobre las bases de la actuación y creo que hizo un gran trabajo.
El Pedro nos ayudó en todo, de hecho fue una muy buena energía en el rodaje y en general apoyó mucho en arte, a Claudia Hidalgo y en producción a Martin Guerrero. El resto de la banda nos ayudó también desde Quito y en la preproducción, no fueron porque no podíamos ir tantos.
Me gustó la fotografía -buen, muy buen ojo- dicen que para realizar videos hay dos vías: cuentas lo que dice la letra o te vas por la tangente y experimentas…
Nos interesaba experimentar un lenguaje más sugerente que narrativo. En la edición del video, con Andrés Cornejo, fuimos depurando todo aquello que estaba de más, como para volver a la idea primaria y a intentar dejarte huellas de algo que no ves, pero imaginas.
Estoy de acuerdo contigo en que la fotografía es muy sólida, estoy orgullosa del trabajo de Tomás Astudillo. Hemos trabajado juntos algunas veces, somos muy amigos, pero esta es la primera vez que compartimos un proyecto como director de foto y directora. Creo que hubo gran sinergia en el proceso de conceptualización y en el rodaje, rodamos de manera bastante impulsiva, contando con planos muy cerrados casi asfixiantes a planos abiertos, más largos y fijos. Intentamos elegir minuciosamente las texturas y los paisajes del espacio que tuvieran relación con el mundo interior del personaje.
Cuando las nubes se estremecen, es precisamente éste personaje quien de manera cíclica, en cámara lenta, vuelve a recostarse en su cama traída de los cuentos de Tolkien, en medio del bosque densamente helado; esperando a que alguien lo vuelva a resucitar.