Finalmente, alguien le hizo una canción a Jodie Sweetin

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JCalavera

Después de formar los Dwarves guayacos [Potato Head Punks] y una prestigiosa agrupación llamada Semen de Pavo, ¿cuáles serían las siguientes aventuras de Juan José «Cheche» Palacios? [sí, luego de esas bandas vino Stereo Salado, pero esa no cuenta]. Esta vez, luego de algunos meses de inactividad, converso con «Cheche» acerca de su más reciente encarnación: J. Calavera. Sigan leyendo. 

M: «Math rock», «shoegaze» y «lo-fi»: otra etiqueta para música que no entiendo [antes de escuchar tu nuevo proyecto, J. Calavera, por el nombre y el arte, pensé que iba a ser algo como Social Distortion u Oingo Boingo]. Has definido a J. Calavera como lo-fi. ¿Por qué? ¿Haces música con pocos recursos? ¿Do it yourself hasta la muerte? ¿Actitud «We jam econo»

J: En realidad, la ética DIY la he aplicado desde que «aprendí» a hacer música, más que nada inspirado en el punk, que ha sido una ideología con la que me he sentido identificado desde el momento en que la conocí. El lo-fi, lo que estoy haciendo actualmente, está basado en los escasos recursos con los que tuve que trabajar para sacar este material.

Cuando empecé con Potato Head Punks en 1998, fue: «Hey, hagamos una banda… ¿quién sabe tocar algo? Eh… pues entonces cantaré», y sin saber tocar nada, empecé a plasmar mis ideas en una guitarra acústica que tenía en casa desde los 8 años agarrando polvo, haciendo ritmos y luego enseñándoselos al guitarrista, diciéndole «la canción es así», y él la interpretaba tocándola con acordes. Desde siempre fue así la manera de componer, en todas las bandas en las que toqué. Entonces ahora, con J. Calavera, fueron esas ganas de seguir haciendo música las que me llevaron a componer y grabar con lo que tenía a la mano: una guitarra acústica, una eléctrica, tambores de juguete, una radiograbadora y así por el estilo. De ahí la poca fidelidad [low fidelity: lo-fi] que tiene la calidad del producto final.

¿Qué tan diferente eres, es J. Calavera, de las bandas en las que tocabas? 

Potato Head Punks, al igual que Semen de Pavo, fueron nombres que salieron sobre la marcha, básicamente chistes internos. Eran punk y hardcore, más basadas en joda y lo que pensaba en ese momento, por eso las letras no deben ser tomadas muy en serio. De eso, a lo que hago ahora, hubo un gran proceso. Al regreso de vivir en Argentina, formé Stereo Salado. Pasé del punk al post punk revival o algo así, pero seguí con ganas de seguir haciendo música, así sin saber grabar ni nada. Me puse a experimentar con lo que tenía a la mano, y de ahí nace J. Calavera.

No le paré mucha bola a Stereo Salado porque aún seguía esperando el regreso de Potato Head Punks, pero pienso que ese fue el punto de inflexión del punk/hardcore a lo que estás haciendo ahora.

El DIY siempre ha estado presente, y si no lo haces tú mismo, no deberías quedarte cruzado de brazos a que alguien lo haga por ti. Es eso lo que todas mis bandas han tenido en común. La libertad de poder hacer cualquier tipo de música, ya que ahora no estoy encasillado, es increíble. Si un día quiero hacer algo más pesado, va; si sale algo más suave, va. Si va algo hasta spoken word, va. No hay limitantes, excepto lo que solito me quiera imponer.

Habla, Henry Rollins. 

Exactamente. Pero no tanto por ahí, sino por algo más a lo Boyd Rice, aunque ese man está bastante demente y va más por predicar el satanismo, pero igual sus experimentos musicales y con la audiencia son increíbles.

Escuchando J. Calavera, hay algunas canciones que son oscuras, sombrías, como que estuvieras manejando de noche a Quito con Jeffrey Lee Pierce. 

Entonces la entendiste bien. Me gustan ese tipo de bandas que tienen algo oculto, que te hace analizarlas más de lo que te dejan en pequeñas pistas por aquí y por allá. Te mentiría si eso no me ha influenciado. Titán, Jeffrey Lee… «You’re a ghost on the highway!». Lo escucho cuando toca manejar en carreteras oscuras.

Por otro lado, tienes una canción que se llama «Jodie Sweetin». Lo digo porque es lo opuesto: canciones oscuras y otra que tiene el nombre de una actriz infantil. Aunque es una actriz que se hizo verga, entonces todo tiene sentido. 
Exacto. Lo que sucede con «Jodie Sweetin», sucede con muchas otras canciones. La cosa es que la que saqué ahorita es una versión instrumental, cuando saque la versión completa se revelará el secreto aún más; obvio, sin explicarlo todo. Que lo descifren o saquen sus interpretaciones.

Todo tiene algún sentido oculto: desde los títulos, hasta las emociones que tratan de provocar. Te pongo un ejemplo, también hay una canción spoken word, que se llama «Tony Ridge Blues». El mensaje que cuenta, el título de la canción y el precio del disco tienen relación. Hasta ahí te puedo revelar. La gente quiere todo mascado y eso me molesta mucho.

Todo esto que me dices suena a que has pensado bastante el concepto de J. Calavera. ¿Crees que la gente entienda todo esto? ¿Hay una escena en Guayaquil para tu música? ¿Está el Ecuador preparado para ti? 

De verdad sí, me lo he pensado bastante. Me gusta escribir mucho; tengo historias, letras de canciones que nunca compuse y que todas representan algo, algún momento en el tiempo, entre otras cosas. No están puestos así por ponerlos. ¿Hay una escena? Pues no sabría qué decirte. Puede que sí, puede que no. Actualmente, cuando voy a conciertos y festivales de arte, siempre me topo con lo mismo. Con esto no quiero insultar a nadie, que cada uno escuche lo que quiera escuchar, pero hay muy poco que me deslumbre. Obvio, la gente ha de decir lo mismo de lo que estoy haciendo yo, así que el tiempo lo dirá.

Ahora, hay algunas bandas que tienen la misma idea que yo de sacar todo el material que puedan, sin perder el tiempo, sin decir «…estamos componiendo un álbum que saldrá el próximo año», sino que son más inmediatos. Con ellos me siento muy identificado, porque están en la misma corriente que lo que quiero hacer. Todo esto comenzó inspirado en un documental que vi de Jay Reatard, en el que él compartía su filosofía de hacer música, más por amor a la música que por amor a los fans, el reconocimiento o que perciban su música como algo cool. Era el hacer todo lo que puedas con lo que tienes en el momento, no esperar a la oportunidad de crear algo y plasmarlo, sino simplemente hacerlo. Eso me gustó mucho y me inspiró a retomar lo que estaba dejando que se cubra de polvo.

¿Tienes ese documental? Préstamelo. Lo he querido ver hace tiempo. 
Me lo compré, porque lo busqué para verlo en todos lados y nunca lo encontré. Es inspirador, no te voy a mentir. En un momento dice algo así como «algunas personas piensan que es un cierto número de canciones buenas que uno tiene para componer y que luego te quedas sin gasolina. Para mí, tiene algo que ver más con el tiempo: me tiraron a este planeta y seguramente me botarán en cualquier momento. Lo que creas en ese tiempo es lo que vale». Fui a la juguetería a comprar tambores, saqué la guitarra de palo y empecé a componer. A quién le importa cómo suene, necesitaba volver a crear y eso es lo que estoy haciendo. Sí, va a sonar como el culo, pero eso es mejor que nada [mensaje: así se llama el primer disco]

Hasta me metí en clases de guitarra para poder componer más y crear de otra forma a la que estaba acostumbrado, a ver qué nuevas cosas se le pueden aportar al proyecto. Y la idea es componer de todo, así que quién sabe, mañana sale un disco country de J. Calavera, basado en desamores, al mejor estilo Requiem for an Almost Lady, de Lee Hazlewood. Espero para entonces ya saber tocar bien, y sino, pues lo haré mal, pero lo haré.

Y de verdad lo botaron en cualquier momento. RIP Jay.

Bandcamp: http://jcalavera.bandcamp.com/

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