«Fitter, happier…»
Odié la primera vez que vi en MTV el video de ‘Paranoid Android’, en realidad ni lo vi detenidamente, tan solo supuse que era de alguna banda de esas que se querían dar de ‘originales’ con conceptos extraños. Tampoco sabía que se trataba de Radiohead, aquellos ‘inglesitos’ con traza de ‘gruncheros’ que sonaron años atrás con su tema de fogata ‘Creep’ (1993).
Pero en una de esas repetitivas tardes de mi adolescencia, como tantas otras en las que me quedaba ‘rucazo’ después de llegar del colegio (tenía 15 años), me desperté con esta canción mientras sonaba en la televisión. Supongo que fue algo subliminal, no lo sé, pero a partir de ese momento se convirtió en algo que no podía dejar de escuchar, un tema que necesitaba entender y con el cual volaba entre pensamientos inverosímiles y épicos.
“Raindown, come on raindown on me, from a great height…” esa estrofa, que es la entrada a una dimensión etérea donde no importa nada más, me volvió adicto a ‘Paranoid Android’. Yo no era más que un ‘junkie’ ansioso por los acordes que salían de la guitarra de Jonny Greenwood, por la voz irónica de Thom Yorke y por lo que hacía el resto de los integrantes de la banda, de quienes no tenía idea porque en 1997 el Internet era un maldito lujo fuera del presupuesto familiar.
«more productive…»
Así conocí al ‘Ok Computer’, el tercer disco de Radiohead. Una obra maestra y una producción que se publicó por primera vez hace 20 años, en Japón, un 21 de mayo.
¿Qué diablos hacía una banda británica estrenando su disco en Japón? Escarbando un poco en Google, encontré que su antiguo sello discográfico Capitol Records dudaba del éxito de un disco tan pesado, complejo y musicalmente poco comercial.
Por suerte se equivocaron y el álbum fue un tremendo éxito, definitivamente los consagró como una banda innovadora, comprometida y fiel a sí misma; propia de llegar hasta los cielos de la fama y las giras mundiales incansables que casi hacen que Thom Yorke y los demás integrantes se autodestruyan.
«not drinking too much…»
Diseccioné el ‘Ok Computer’ entre 12 ilustraciones, en el orden como están dispuestas en el álbum.
Airbag
Abre el disco con unas guitarras distorsionadas para luego llegar a un solo de bajo atípico. Un tema que salva vidas y vaticina guerras mundiales.
Paranoid Android
Son tres canciones en una, algo así como la Santísima Trinidad manifestada en un sencillo de 6 minutos y 24 segundos.
Subterranean Homesick Alien
Contiene una de las letras más bonitas del álbum. Habla de objetos voladores y encontrar el significado de la vida, todo esto mezclado con la nostalgia de extrañar el hogar.
Exit Music (For A Film)
Sale durante los créditos de la versión cinematográfica más posmoderna que han hecho de ‘Romeo y Julieta’. La canción cierra con un lapidante “we hope that you choke”.
Let Down
Evoca cientos de imágenes con cada frase que pronuncia Thom Yorke, mientras tres guitarras se complementan entre tiempos distintos. Al final hay un climax tan liberador que se vuelve épico.
Karma Police
El verdugo es juez y parte en una serie de situaciones sin final feliz. Perderse a sí mismo es lo único que nos queda.
Fitter Happier
Siempre me recuerda a ‘Trainspotting’. Es el reflejo de una época, de un estilo de vida institucionalizado de fin del siglo XX.
Electioneering
La canción más rockera del álbum advierte sobre cómo los políticos, las corporaciones, el FMI y el Banco Mundial siempre nos tendrán con la soga al cuello.
Climbing Up The Walls
El desgarrador grito final satura y es la salida ante una desesperada canción que podría tener miles de significados, para mí nunca hubo uno claro.
No Surprises
El cansancio y el miedo a salirse de la rutina se manifiesta en esta melodía que parece sacada de un inocente repertorio infantil. “El Gobierno no habla por nosotros” es una frase que guarda mucho resentimiento lacónicamente expresado.
Lucky
El deseo va más allá de la realidad. Repetirse constantemente que todo va a estar bien y que la vida puede mejorar, si uno se da cuenta de las señales correctas, se funde ante la desesperanza de la incertidumbre. Un avión es el protagonista.
The Tourist
Tiene matices jazzeros que van ‘in crescendo’ hasta ahogarse entre guitarras eléctricas distorcionadas y desesperados gritos de alguien que ya quiere parar. Un tema que podría considerarse maniacodepresivo y que cierra el disco.