MIEL, la banda que cree en el minimal y la muerte de los géneros

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Miel

Son amigos por coincidencia. Damián y Martín tienen historia antes de nacer, pero buscan hacer la suya en medio de críticas y música para “hacer el amor”.

Texto: Adrián Gusqui

Flies y Segovia son apellidos mayúsculos en nuestra música, que conjugan una historia que todavía vive. Ivis Flies (La Grupa) y Paul Segovia (+) (Sal y Mileto) son los padres de ambos músicos que se juntaron para lanzar MIEL, una banda que crece entre una propuesta envidiable por su equipo e infraestructura, que ha generado críticas por su veloz adaptación al circuito alternativo. 

Damián Segovia es el mayor del dúo, con 24 años y Martín Flies, 21. La edad es importante para entender cómo se conocieron en la parte trasera del recorrido de su colegio, “yo era culo y calzón con ese man”, dice Martín.

Miel

Martín Flies y Damián Segovia. Foto por Saul Endara.

Damián: Nos conocimos en el asiento de atrás del bus hablando de música. Él ya tocaba con algunas bandas y luego con La Máquina Camaleón. En ese momento no pensábamos en hacer música juntos, sólo éramos amigos que tripeábamos la música y nos fuimos volviendo muy cercanos.

Martín: Tengo la teoría que nos conocimos de niños.

Damián: De ley, por nuestros padres. Eran vecinos.

Martín: Simón, ellos vivían en San Juan (Quito), así que de ley nos conocimos en algún momento, pero nunca lo sabremos.

Adrián: ¿Ustedes son mejores amigos?

Martín: Sí, pero no sé si soy el suyo.

Damián: No. Mentira, jaja. De hecho, creo que tenemos algo incluso mucho más familiar de por medio.

Adrián: ¿Es un bromance?

Damián: Pero de los más densos que vas a ver en tu vida.

Teóricamente el proyecto es de Segovia, quien tenía muy bien guardadas sus composiciones como demos, sin nada de producción y mostrarlos a alguien más no estaba entre sus planes. “Me daba un poco de recelo, sobre todo porque Martín tenía más carrera que yo. Pero él quiso hacerlo. De hecho, nació así, como mi proyecto”, dice Damián; rescata que con Flies se creó una suerte de energías contrarias que resultaron en que la banda funcione, “siempre uso esta analogía de que el Martín y yo somos opuestos, como el aire y la tierra, yo soy una persona muy volátil, tengo muchas ideas y todo el tiempo estoy creando. El Martin es el que quiere llevar todas estas cosas a un lugar firme y certero. En ese momento hubo una realización, más allá de armar un proyecto sólo con mis cosas sino de hacerlo junto a Martín”.

Así nace el proyecto, llamado de esta forma por las propiedades de la miel: dorada, dulce y viscosa. Se iba a llamar ‘NO’ pero no cuadró.

Los dos tienen bastante claro que el juicio exterior sobre ellos está basado en su posición económica para conseguir estas oportunidades, a lo cual responden.

Martín: También piensan que somos ricos, eso es buenazo.

Damián: ¡De ley! Jaja

Martín: Creo que sólo es la suerte que hemos tenido.

Damián: Sí, creo que sólo es la suerte de por medio.

Martín: Igual fue full coincidencia que mi mamá sea productora y sea muy apegada al arte.

Damián: De hecho, más que padrinazgo fue el ser socios, eso fue el trato desde el principio, no es que los manes nos acolitaban así nada más. Para mí siempre lo más importante es la música, puedes tener toda la propaganda que puedas, pero si tu música no es buena no vas a llegar a ningún lado. Y sí, es una suerte de por sí que Martín tenga trayectoria y justo hayan estado estas personas, pero creo que la música tiene que ver primero antes que hablar huevadas.

Adrián: Pero por sus reacciones puedo suponer que ustedes ya han escuchado estos comentarios.

Martín: ¡Sí! ya hemos escuchado estas huevadas y es como…

Damián: Sí, loco.

Martín: De hecho, todo es hecho con una compu y un interfaz de mierda.

Damián: Salía gente a decir que tenemos full plata y que el video de ‘Camelias’ es la huevada más cara de la vida.

Martín: Nos costó como $400, creo.

 

Damián: Menos. Toda la ropa del video la conseguimos de un lugar de segunda mano, alquilando, buscando con la gente del crew, que parte de esa gente estaba trabajando con nosotros a través de canje. A veces estos comentarios vienen de gente que no está acostumbrada a ver que los proyectos independientes se esfuercen por hacer algo muy profesional. Pesa más el apoyo de las bandas que quieren unirse. Criticar la manera en que una banda intenta hacer sus negocios es estúpido. Al final quiero vivir y llegar lejos con esto.

Los dos músicos quiteños entregan una oferta musical interesante, es difícil determinar su género, idea que no preocupa al grupo, porque lo que menos quieren es atascarse en uno. Damián dice que “el menos es más” conceptualiza a la banda, que quieren adherirse al minimalismo dentro de lo que hacen.

Adrián: A veces en las reseñas “el menos es más” no es suficiente, ¿cómo justificarlo?

Martín: Creo que es por la sensación que se puede crear, con la simpleza se puede crear sonidos…porque tienes más espacios.

Damián: Eso es un reto, porque a veces es muy fácil llenar todo de muchas cosas y armar capas grandes de sonidos, cuando haces cosas simples en realidad es mucho más difícil (…) algo muy importante para nosotros es cómo comunicamos la música en algo simple. Hacemos algo que se pueda sentir más que descifrar.

Martín: Es como ser recursivos…hay tanta información de música que a veces la gente al escuchar cosas muy complejas también se les hace difícil, es como…antes podías escuchar una obra de Led Zeppelin de siete minutos, que hoy en día si alguien la lanza tal vez nadie se acordaría.

Damián: También es parte de la evolución de la música.

Martín: Sí, la época es full minimal.

Damián: En este punto de los 20s oficialmente los géneros se fueron a la mierda. Esa frontera entre ellos se ha disueltos un poco y hay esta hermosa libertad de usar lo que más te gusta.

Están trabajando en el primer disco de la banda, al que lo compone una fuerza importante por semejarse a las texturas. Segovia dice que el disco tiene un concepto particularmente centrado en las flores.

Adrián: ¿Por qué?

Damián: Me gustan mucho.

Adrián: Martín dice que estás loco.

Damián: Jaja, sí estoy un poco loco, pero es que me obsesionan. Estaba muy metido en esto de las flores porque me maravillan lo simétricas que son. Para mi simboliza la perfección, la vida florar, por eso me parece increíble lo de la miel y las abejas, cómo son polinizadoras para que ambas puedan sobrevivir. Son súper importantes las texturas. Cuando tienes menos cosas debes conseguir que esas pocas cosas tengan personalidad. Eso define nuestro camello artístico.

El disco en el que están trabajando busca no atascarse en un solo género, por ejemplo: ‘Centro’ es algo muy house, hecho definitivamente para fiestas. “hay un tema acústico, a guitarra y voz, como una baladita, otro rebailable y otro oscuro y pesado, para mí, independiente del sonido o de la cualidad de una canción, lo que le junta es el concepto del todo y eso es lo que intentamos trabajar”, agrega Damián.

Martín Flies

Martín también ha integrado bandas como 3VOL, Alkaloides, Les Petit Batards, entre otras.

Ambos artistas se refieren a su carrera de músicos como una experiencia particular, dispuestos a descomponerse de etiquetas pasadas dentro de su propia historia musical, Martín dice que ser la cara y abandonar la parte trasera de los escenarios es lo que más le llama: “Me parecía full bacán no tocar batería, la he tocado desde los siete años, con todo mundo, todos los géneros y toda la huevada. Hasta ya me parecía un poco aburrido. De hecho, hoy en día no toco la batería excepto con Alkaloides. Y eso, la batería es un instrumento que va perdiéndose, entonces es como, ¿qué más hacer? Tocar teclados, aprender a producir, porque creo que ya no es tiempo de ser instrumentista, pesa más la producción”.

Segovia, por su parte, tras una experiencia no tan grata en la universidad, busca más allá del rock, como mucha gente esperaba en él: “Yo siempre tuve un conflicto con la música porque antes en mi vida tenía mucho peso mi viejo en la música, la gente tendía mucho a compararme y esperar eso de mí. Yo por mucho tiempo de mi vida quise hacer rock, pero me di cuenta que lo más subversivo que podía hacer es pop. Descubrí que me encantaban los sintetizadores, las texturas y me metí bastante en eso. Luego me metí en esto de escribir y más que todo, fue algo que me ayudaba a sentirme bien conmigo mismo.

El dúo es joven…muy joven. Sin embargo, cuentan con una experiencia importante, no sólo en la música sino en la propuesta visual. Las expectativas que rodean al grupo son intensas. Su propuesta aún es emergente, pero es posible que la historia cambie tras su primer disco.

Martín: Lanzamos un próximo single en un mes o más.

Damián: Va a ser el último single antes del disco, se llama ‘Centro’ y es un temazo.

Martín: Creemos que ese es el tema que nos va a sacar del hambre.

Escucha aquí abajo a Miel, una banda sin fecha de expiración.

 

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