“Me voy a México en 2021 a oxigenarme y buscar nuevos oídos”: Mauro Samaniego habla del disco 2020 y su década en la escena musical ecuatoriana

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Mauro Samaniego

Samaniego estrena nuevo disco, aunque las composiciones pertenecen a un pasado lejano. Hablamos de esto, los tropiezos y levantadas de Da Pawn y su visión de la escena a más de una década montado en ella.

Texto y fotos: Adrián Gusqui 

La Mariano Echeverría es una de las calles que el rock ecuatoriano idealizó en una canción. “Te diera si podría en la subida de la M. Echeverría”, gritaba Sofía Abedrabo en Quito Tennis, una de las mejores canciones del ya extinto grupo ecuatoriano Biorn Borg. Hace un año subía por esa avenida para enredarme en calles laberínticas de edificios departamentales. En uno de ellos estaba Mauro Samaniego, cabeza de bandas del circuito alternativo como Da Pawn y Tripulación de Osos.

Un año después la búsqueda ya no es una subida, es un camino más plano y calmado por una zona callada de la Whimper, en el norte de Quito. En esta calle las únicas historias son que más de una vez he salido mareado de las tantas cervecerías que hay por metro cuadrado.

Vive en el departamento 5B de un edificio en esta zona. Le llamo 10 minutos antes porque le he dejado un mensaje que parecer que nunca lo va a responder. Contesta con una voz dormida y me indica a donde llegar. Me pierdo, es otro laberinto departamental, sólo que ahora no hay esfuerzo. No hay historia concreta.

Encuentro el edificio y también a él, me recibe en chancletas, que tienen una leyenda en amarillo con la bandera de Brasil, el país que encierra la mitad de sus referentes musicales. Está solo, aunque vive acompañado. Se ha independizado. Me pide que me saque los zapatos antes de entrar. Me ofrece té mientras le hablo de la entrevista de la revista digital Ideario, de México. “Dices cosas bastante polémicas”, le digo. Me responde entre risas que “por eso no la compartió”. “Traigo preguntas de esa entrevista”, le cuento, seguro que esta entrevista tampoco la compartirá. Mauro se ríe. Es como hablar con el futuro y otros personajes. Prepara el té con una actitud desenfadada pero aún tensa, una mezcla causada porque no he prendido el micrófono todavía, pero sabe que estoy tomando nota de estos detalles.

Nos sentamos en la sala en completo silencio, con un té hirviendo que sabe a canela. Prendo el micrófono y a Mauro le salen las ideas con presura, correcciones y debates internos. Antes, me dice que el próximo año deja Ecuador y se va a México, “a buscar nuevos oídos”, me dirá al final.

El último disco que ha estrenado se llama 2020. Esta vez es en formato solista. El producto es una mezcla entre canciones del pasado que estaban subidas en su cuenta de SoundCloud y varios intervalos instrumentales que suenan a experimentos musicales suyos.

Mauro: Las canciones que estaban en SoundCloud eran las canciones que yo no había decidido sacar oficialmente, sólo que cuando mis bandas no eran tan grandes en el medio -no quiero decir que sean súper grandes o que mucha gente haya escuchando- yo tenía la libertad de tener un perfil en SoundCloud y subir huevadas.

Esa cuenta era tan personal para el músico que incluso subía sus deberes de la universidad ahí, uno de esos fue la canción Canicas, un deber de la clase de songwriting en cuarto semestre.

Aun así, este lanzamiento no es el trabajo que Mauro Samaniego ha desarrollado durante estos dos últimos años y que verá la luz en 2021. Sobre 2020 dice que “es más un disco de cuarentena”. Es una recopilación de canciones del pasado que no cuadraban en ningún proyecto del músico y se quedaron plantadas. Dice que esas canciones ya no están en SoundCloud. El disco que sí ha trabajado desde hace años tuvo su máster final a inicios de la cuarenta por el COVID-19, sin embargo no lo saca por dos razones, “era un trabajo en el que a los tiempos me había demorado, porque otros discos que he hecho se hicieron muy rápido y porque me costó tanto esfuerzo y dinero que preferí no lanzarlo ahorita”.

El álbum, lanzado el 2 de diciembre, es un regreso a la soledad que vivió en Buenos Aires como estudiante, dice. “Cuando estaba allá sólo era mi guitarra y una computadora”. Recuerda que para grabar estas composiciones usó elementos sonoros poco ortodoxos, como palmadas, golpes al sillón o tazas. Aun así, Samaniego sabe que no podía dar un producto sólo con ‘viejas canciones’.

2020 tiene pequeños fragmentos instrumentales y sampleados, que validan el término de “fotografías de la pandemia”. Son sonidos que trascienden entre la calma, desesperación y extrañeza. Por ejemplo, hay un sample a Ausencia, de Alex Alvear, en el que sólo se escucha la frase “yo sé que la distancia es como un puñal” que, de hecho, es el título de la canción.

Es un disco que expresa los primeros pasos de Mauro y que debía salir ahora y no después del otro trabajo que desarrolló por dos años, “sacar 2020 después del otro disco era retroceder”, comenta Samaniego.  

A: En una entrevista dices que estás canciones son canciones sin resolver, ¿cómo las solucionaste?

M: Yo creo que eran temas sin resolver porque yo empecé a pensarlos de más. Hubo un tiempo en el que a mí me cogió fuerte eso que mucha gente nos escuche. Yo no soy una persona tan mediática ni me siento tan cómodo siendo una persona pública. Entonces, cuando esto me empezó a presionar, sentí que estos temas no entraban, que no sentían lo que yo transmitía como persona. Son temas muy personales ¿cacha? Me hacían sentir más desnudo que otros, aparte de eso los intentaba armar con Da Pawn y cada que metíamos tres guitarras, bajo y batería esos temas perdían esa fuerza del minimalismo que tienen para mí.

Son canciones que se parecen de lleno a Da Pawn pero que nunca cuajaron en grupo. Manejan una intimidad bastante apegada a la personalidad de Mauro, esa de ser un artista que hace música de autor, suave, ‘tostada’ y a veces bailable -muy a veces-.

*

Era 12 de marzo del 2020. Da Pawn estaba a sólo horas de presentar un concierto con arreglos sinfónicos en el Teatro Sánchez Aguilar. Según Mauro esa fecha fue sold out. Había 1000 butacas cubiertas. MIL. La banda abría un nuevo camino al reversionar sus discos Verano en Coma y Pistola de Balín con orquesta en vivo, pero  ese 12 de marzo empezó el confinamiento en Ecuador por el COVID-19. “Nos bajoneó un montón”, dijo Pedro Ortiz (baterista de Da Pawn) para Diario Expreso. Se esperaba que la pausa termine pronto, pero eso no pasó.

M: Teníamos el teatro para nosotros y no podíamos tocar. Esa fue la última vez que tocamos y que nos vimos con Da Pawn. Recién ayer (24/11/2020) nos vimos. Ensayamos y estuvo increíble, porque habían temas que ya nos cabreaban tocar, como Cambio de Tonalidad o Ballenas de Ruido y las primeras dos canciones que quisimos tocar fueron esas. Tocamos un rato y festejamos. Estuvo muy bacán.

A: ¿Hasta cuándo soportaste la idea de no tocar? Porque igual no he visto un concierto tuyo en línea.

M: Hice un par, pero algo no me resultaba bien con eso, me parecía que no era el momento para tocar. Ni siquiera con Da Pawn lo hicimos. Siento que mi proyecto desde siempre fue una propuesta para experimentar música en vivo, con una mente abierta, para escuchar música nueva.

A: Tu caso es extraño, porque tuviste o tienes éxito con dos bandas del circuito y aun así quieres desapegarte de eso y ser solista.

M: Yo tengo algunas opiniones sobre lo que pasa ahorita y sobre por qué la cosa está frenada independientemente del COVID. Es porque no están saliendo cosas nuevas, y no porque no haya, sino porque la gente… Siento que hay muchas bandas que tienen muchos fans o mucho hype.

A: ¿Cómo cuál?

M: Lolabum.

A: Como en su tiempo también lo fue Da Pawn, La Maquina…

M: Sí, también nosotros, no es una crítica a las bandas que tienen fans, eso es lo que me gustaría que pase para muchas bandas. Por ejemplo, Nuevo Bravo sacó nuevo disco y de lo que he hablado con ellos no se ha movido mucho. Siento que necesitamos abrir este espectro de qué hay más y eso es algo que he intentado incentivar desde donde puedo, por eso mismo hicimos el sello. Siento que nuestras bandas están en una etapa de limbo en el que la gente le gusta nuestra música pero ya no le gusta vernos, una vez más, en un nuevo lineup y es un loop que nos hace mal como escena, porque creo que son bandas que ya han hecho todo el proceso y deberían darse cuenta de que esto es una comunidad, entonces tenemos que aportar a que la cosa se reinvente y se oxigene, que no sean los mismos ahí. Yo sé que eso me va a hacer bien a la larga, porque también a la gente le cabrea verme a mí una vez más en cada tocada.

A: Pero lo tienes muy consciente eso de que la gente está “cansada” de ti.

M: No creo que esa es la palabra, porque cada vez que saco algo siento mucho cariño de la gente, pero al último concierto en el Ananké no fue casi nadie, ya ni mis panas fueron y sé que no es porque “qué pereza”, sino porque hago un análisis de…por ejemplo: veo a The Strokes cada mes por 8 años en algún punto va a ser “ya vi”. Por eso también viene mi decisión de salir un rato de Ecuador y sentir que mi música es nueva para otros oídos. No siento que es un cansancio sino que creo que no ha habido nuevas camadas de bandas como nuestra escena, como nuestra camada, que de repente a mucha gente le gustó y quisiera que esto pase otra vez, porque es lo que nos va a salvar.

A: Te escucho y pienso un poco en que “ya fue tiempo de estas bandas”, ¿qué viene luego para ustedes?

M: Mi objetivo es tocar, siento que soy un músico que siempre va estar buscando sacar música interesante. Siento que para que de nuevo a la gente le parezca una novedad ver a La Máquina Camaleón o a Da Pawn en un festival tienen que pasar dos o tres años con música bacansísima en la mitad. Hay una responsabilidad de la audiencia enterarse de que más hay y si la audiencia no busca más, esto es un loop. Es complejo.

A: Yo hablaba con alguien sobre la pausa de Da Pawn, no se sintió la reinvención. Nunca se reinventó. ¿Tú crees? Tenía todo para ser una gran banda pop.

M: Ese fue el problema, Da Pawn es una banda bien reservada pero adentro pasaron muchas cosas. Yo siento que Da Pawn empezó como una banda de amigos y que a la gente le gustó orgánicamente y pensamos “esto puede ser” y puede llegar a mucha gente. Ahí siento que nos alejamos de nuestra esencia, como músicos, como personas. Empezamos a hacer cosas que no nos gustaban, el hecho de querer ser más mainstream te exige ser más mediático, te exige poner cara bonita cuando no tienes ganas de poner una cara bonita, ir a la televisión, tratar con un montón de gente que no quieres tratar y ahí nos peleamos, nos decepcionamos, nos desmotivamos. No fue tanto por “a mí no me gusta el pop”. Creo que el estilo de vida y como se manejó la banda en ese sentido fue algo que nos desmotivó. Yo me di cuenta de que no es la clase de artista que quiero ser. Y ahí es donde estoy de acuerdo contigo, se perdió conexión, creo yo. Porque hay una parte de Da Pawn que si es extraña, en la que no se sabe bien que queremos hacer, estamos intentando encontrarnos a nosotros mismos de nuevo, porque hicimos Verano en Coma y eso no nos gustó, entonces fue algo como “si no somos Verano en Coma, ¿qué somos?” Pistola de Balín fue un intento muy apresurado de mi parte por responder esa pregunta. Porque justo nos íbamos a ir al FIMPRO y yo dije “ni vergas nos vamos con Verano en Coma”, necesitamos ser otra banda y como que quizás puse mucho de lo que intentaba hacer con mi proyecto solista, algo más oscuro, más denso y eso no es Da Pawn. Siento que ahora que nos hemos dado una pausa obligada por el COVID hemos podido respirar de este amor por la banda. Y todo lo que hemos ido trabajando son temas livianitos, buen trip.

A: ¿Y ahora con qué mensaje? ¿Entre ustedes qué mensaje tiene esta nueva música?

M: No lo pensamos así. De lo que estamos de acuerdo es que siempre hemos sido una banda que, al menos para nosotros, hace canciones que la gente lleva consigo, que no pones en una fiesta, que te recuerda a algo. Esa es la esencia de Da Pawn. Sobre todo es una banda de amistad, independientemente de que no nos escuchen igual que en Verano en Coma, nosotros estamos buscando una realidad, de que no quisimos ir por ese camino súper pop, nos tropezamos y ahora caímos acá juntos, como panas y eso me hace pensar que somos una banda invencible porque se pudo haber acabado, fácilmente, y creo que eso pasó por la cabeza de todos, de los 6, como bueno: ya fue. Pero no se acabó y creo que quedan full cosas por hacer y van a estar buenas.

A: Dices que el circuito es una moda, ¿crees que esto (tus proyectos musicales) sigue seduciendo a la gente?

M: Siento que hay un factor que fue…ahora es chévere ser hipster, ahora es chévere ir a ver conciertos…

A: Creo que eso fue cuando salió La Máquina Camaleón y Da Pawn, ahora creo que el circuito es algo más social.

M: Claro, ahora cambió. Esto no viene de un lado hater, viene de hacer una reflexión como que fui parte de esto, aporté a que esto crezca exponencialmente cuando yo entré. Amo a la música, este país y siento que hay que ver más allá de una banda, o los discos, hay que ver que esta sigue siendo una oportunidad para que nuestro país sea más cultural. Y ese es mi intento de darme cuenta qué pasó, porque antes a la gente le gustaba ir a conciertos y ahora a la gente le gustan otras cosas, cierto es que no pueden estar en un sitio toda la vida. Siento que hay que darnos cuenta de eso, como audiencia también. Si es que eres fan de la “escena” de alguna forma…

A: Todos los músicos que entrevisto le ponen comillas a “escena”, parece que no se enorgullecen de algo que existe hace mucho tiempo.

M: Es por esto, creo yo. Lo he conversado, tienes toda la razón. La escena se convirtió en un meme y creo que a la mayoría no nos gusta eso, porque muchos le ponemos trabajo para que esto sea más positivo para el lugar donde vivimos. También eso tuvo que ver con que no queríamos tocar en línea. Es algo que pasó con las canciones de la Tripulación de Osos, que sacamos temas que hablan de una comunidad como es el de la gente discapacitada, que muchos no conocemos su realidad, como viven, como lidian. Fuimos a ver cómo vivían, conversamos con ellos  y todo. Al haber hecho un disco sobre eso nos pareció algo súper importante y cuando lo intentamos presentar en línea fue: “el porro virtual”, “ya toquen”, “Robormiga” y es como: brother, sí hay una desconexión con el trabajo serio que los artistas intentamos hacer muchas veces. Entonces yo creo que eso ha hecho que toda la gente diga como que, ¿qué chucha está pasando?

A: Igual y se debe a que haces música para contemporáneos y tu audiencia es, en su mayoría, adolescentes.

M: Y tienen otro lenguaje. Si siento que hay una desconexión porque hay cosas que yo no entiendo y tienen mucho que ver con el cambio generacional.

A: Próximo año en México, ¿te piensas quedar ahí?

M: No, jaja. La idea es oxigenarme un poco y presentar mi música a nuevos oídos.

A: Siento que tu sueño es ser una persona que sólo toca con su guitarra para los demás y listo.

M: Mi sueño es poder vivir tranquilo de esto, loco. Siento que me ha costado, como que he sido una persona súper sensible con un montón de temas que no tienen que ver mucho con la música. Antes no me hubiese podido dedicar a tocar y ya. Ahora como que tengo que manejar mi banda y promocionarme y ser un personaje de red social, que quizás yo no me apunté a todo esto, pero el amor que le tengo a la música me han hecho dar las paces con este tipo de cosas. Siento que hice las paces porque me di cuenta que lo que quiero hacer es tocar. Tampoco es que mi interesa ser un tipo súper gigante, sólo quiero vivir, viajar y tocar.

A: En conclusión: quieres entretener.

M: Más allá de entretener quisiera ser un artista como Nick Cave, Tim Bernardes, Caetano, como Jack White, como artistas multifacéticos que siempre están, que han podido generar un interés en el público. Sin duda mi audiencia son fanáticos de la música, melómanos, gente que busca otro tipo de música a través de la música. De ahí que mensaje quiero decir. A mi edad me he dado cuenta que cada persona es tan individual que sólo quiero hablar de lo que nos conecta, temas que sin importar tu estrato social o tu edad te conectan sólo por estar vivo.

*

Paro la grabación y me enseña el estudio donde pasa gran parte del día. Mi libertad aporta que no esté de acuerdo en muchas cosas de las que hablamos en esa conversación sin grabadora. Banalidades o no, las respuestas no pueden ganarse gustos instantáneos.

Nos despedimos de puño, su tensión y la mía se acaba con el off del micro y una foto de fan que le pido. Samaniego se va a México en 2021. Es un plan muy serio y que no se sale de las líneas en su carrera. Que vendrá para tocadas, me cuenta. El futuro de sus bandas se decide con que La Tri tendrá un EP dentro de poco, el próximo año hay un nuevo disco de Da Pawn y  próximamente agregará a su sello Clvb de Pesca a uno de sus estudiantes de guitarra, sigue el camino con más determinación e ubicación que hace un año, sin subidas precipitadas pero todavía en un gran laberinto.

Escucha 2020 de Mauro Samaniego:

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