Una historia breve de Elia Ezker, el primer músico ecuatoriano que se presentó en KEXP

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Papá y músico, en ese orden. La historia reconoce a Elia Ezker. Así regresa la nueva era de uno de los primeros latinos en presentarse en KEXP.

Texto: Adrián Gusqui / Fotos: Rachel Bennett 

El sueño de Elia Ezker era ser piloto. Causal de su vida. Aunque no vuela aviones en la parte delantera de una nave aérea, su viaje trasciende de otra manera. Su abuelo, Jorge, le convenció de esto. El italiano Elia Liut es la pieza definitoria en sus ansias.

Su nombre es Ignacio Izquierdo, hijo de un diplomático, condición que lo llevó a temprana edad a convertirse en un nómada contemporáneo. Ubicó su vida en países como: Estados Unidos, Italia o Ecuador. Dice que “ha crecido en más de 10 hogares”. Me explica que en 2021 cumple una década de vivir en Estados Unidos.

Esta entrevista nace de una conversación, vía Zoom, que tenemos en septiembre del 2020, en el pico de la pandemia por el COVID-19 en Ecuador y Estados Unidos. El caos es compartido. Me anticipa que tiene migrañas. “Desde los 15 años que las tengo, debe ser todo esto. La pandemia, el trabajo en casa, los incendios o la paternidad…”, comenta. La mala vibra es ausente y engaña al dolor. Nos hemos visto dos veces cara a cara, la primera en Cuenca, con un micrófono en mano pregunté si ya fue al barrio Elia Liut, que está en la ciudad austral. Que iría apenas tenga tiempo, respondió. La segunda vez le confirmé que “tiene un aire a Spinetta”.

En este septiembre le comento que lo que quería decir era que su música tiene una intensión ‘chochera’, en el concepto de intimidad y amor familiar con quien la escucha. Se ríe y lo admite de alguna forma, me explica que sus trabajos Sentir (2014) y Futuro Humano (2016), se juntan a una confianza hacia sus cercanos, en este caso, a sus hijos. “Mi misión de vida es hacer música en base a mis experiencias. Sentir nace a raíz de esta necesidad de hacer música desde lejos y no sentirse menospreciado y acabado fuera del país. Futuro Humano nace tras el fallecimiento de mi hija Amelia. Y Flora en gran parte está influenciada por mi hija Mila Flora, porque nos ha traído mucha dicha. Ella me ha dado la energía para seguir haciendo música. Estoy pensando que el siguiente disco será influenciado por mi hijo Luca. Me imagino que será una sonoridad folk, pero no sé qué sentiré ese momento”. Agrega que todo esto de la música es un regalo directo a sus hijos, por eso la omnipresencia.

-¿Tus hijos ya escucharon la nueva música que estás haciendo? ¿Qué dicen?

Ignacio: La Mila es fan, ya se sabe toda la letra. Toma en cuenta que cuando viví en Los Angeles yo estaba muy dedicado a ser papá a tiempo completo y también a la música. Mila es fan pero Luca es mucho más. Él escucha desde lejos, camina y empieza a bailar súper alegre.

Aunque el éxito toca la puerta de Ignacio por la carrera que ha armado sin mucho ruido, menciona que, para los músicos, “nuestro objetivo es siempre incrementar nuestra audiencia. Pero al final del día tus familiares y tus mejores amigos van a ser tus mejores fans, los más fieles a tu proyecto, y lo hago por ellos”.

Ignacio, quien sumó a su pseudónimo ‘Elia’ la terminación Ezker (‘izquierdo’ en idioma vasco), tiene la ventaja de ser el primer ecuatoriano en presentarse en una sesión en vivo de KEXP, una estación de radio pública situada en Seattle (Washington) reconocida en el continente y fuera de él. Por sus sesiones han pasado Mac DeMarco, Weyes Blood, Juice o Marilina Bertoldi, por mencionar algunos pocos. Además, ELIA consta como el décimo artista, y el primer latino, en presentarse en el spot donde se realiza la grabación.

 

Aunque esta historia empezó con una negativa de Ignacio a Dj Chilly. “Yo en mí dije ‘quiero tocar en KEXP y lo voy a hacer’. Mucho de esto debo agradecerle al Dj Chilly”, una de las caras más reconocidas en ‘El Sonido’, un espacio de la radio estadounidense que busca nueva música latinoamericana. Willy, su verdadero nombre, es productor y presentador de este programa. “Yo le escribí sobre mi proyecto, que quería conocerlo y hablar. Nos reunimos e hicimos amigos. La forma en que se dio fue muy natural. Él me dijo que ‘cuando saques el disco hagamos una live session’. A lo que yo le respondí que no estaba listo todavía, porque no tenía banda, estaba grabando todavía Sentir. Le dije que quería hacerlo cuando esté listo. De eso pasó un año”, cuenta Izquierdo.

La manera en que todo llegó a la grabación es digna de una película de suspenso y comedia al mismo tiempo. Conoció a su productor porque era el rommie de una compañera del trabajo, con quien coincidió en una amistad por sus gustos musicales. Ese roomie era Steven Aguilar, un ávido productor musical, compositor, ingeniero y editor musical. Entre su actividad figuran trabajos con Billie Eilish, Macklemore, Red Hot Chili Peppers, Bad Suns o David Bazan, por mencionar algunos. Además, tiene su proyecto musical, llamado Heatmaps.

La agrupación que participó en esa grabación también tiene su historia. Empecemos con el baterista. “Yo siempre he sido fan de esta banda local que se llama Telekinesis, que es de Michael Lerner, un baterista que canta. Es una de mis bandas favoritas, siempre me he sentido influenciado por él (…) Conocí a Michael en esa época, en una tienda de música que se llama American Music, donde Nirvana compraba sus instrumentos. Yo salía del lugar y lo vi. Le dije a mi esposa por el celular: ‘está Michael Lerner adentro, quiero tomarme una foto con él’. Me hice el loco y volví al carro. Mi esposa me dice: ‘no seas tonto, te vas a arrepentir, sal del carro, regresa a la tienda y dile hola’. Regresé a American Music, súper rojo y le dije ‘¿qué tal? Soy de Ecuador, quiero que sepas que me encanta tu música y me influencias mucho’. Hablamos como media hora. Me tomé la foto y luego lo agregué a Facebook. Qué diablos, no pierdo nada. Me agregó y nació una amistad. Pasan unos meses, le conozco a Steven y ya estábamos grabando Sentir. Steven me dice: ‘oye loco, conozco a alguien que podría grabar las baterías para el EP’. Le dije que ‘de una’ y después pregunté quién era. ‘Es Michael Lerner, de Telekinesis’, me responde. Me quedé con la boca abierta. Los dioses y las estrellas se han alineado. Steven le llamó y vino. Hablamos otra vez e imagínate loco…grabar con las personas que más admiras estando lejos de todo el mundo. Fue increíble”.

Luego Lerner grabaría las baterías de Sentir en cuatro horas.

La historia del bajista que aparece en la sesión de KEXP es más simple, “es un amigo de muchos años porque es el hermano menor de una compañera de mi esposa”, recuerda. Sobre el guitarrista la condición vuelve a ser extraña y una señal de que todo alineaba bien, dice que: “quien toca la guitarra es mi mejor amigo de Seattle. A él lo conocí dos semanas antes de la sesión. Para él ha sido todo un sueño tocar en KEXP, le propuse y se animó de una. Si tú ves las grabaciones, el guitarrista que está sonriendo es porque, literalmente, está feliz de estar en ese momento”.

Con esa alineación se confabuló la sesión histórica de Elia en 2016, que hasta ahora reúne 19.951 reproducciones, un número bajo en comparación a otras sesiones, pero bastante cómodo para un artista que, literalmente, era la primera vez que tocaba en vivo en Seattle. Empezó con un KEXP, nada mal.

Ignacio tiene sus tiempos para lanzar música, él mismo lo sabe, “me tomo pausas, saco un disco, me tomo pausas y saco un disco”, aún así admite que “siempre que regreso a sacar discos me siento súper halagado con el tipo de mensajes que me pasan”. Es un artista con un sonido bastante fresco, pero de esa frescura que no apaña a una experimentación electrónica-popera y pretensiones extravagantes. Tiene un viaje demasiado catchy, que se mezcla con la profundidad de las letras, que se aferran a un viaje entre la libertad interna y externa. Como si su deseo de aviación trascendiera de un deseo difícil de cumplir a sonidos fáciles de entender.

Flora tiene un concepto más avanzado en la música de Ignacio, que sienta una reinvención adecuada para toda la nueva estructura que ha montado con Clvb de Pesca, sello discográfico que maneja con otras personas. Si bien las texturas se componen de algo menos indie y apelan a un pop más energético, la clave que ha encontrado este músico sin fronteras es espectacular. En condición vulnerable, Flora es un sencillo que levanta cualquier desazón y la desaparece. Aunque Ignacio admite que este trabajo “no se inspira completamente en su hija”, si tiene una inspiración inconsciente de ella. Esta conclusión se apega a la idea de que este nuevo disco sea un destello directo a su familia.

Su último sencillo, Cada Cosa, se percata de una visión más pesada, como si volviera a esa relajación íntima de Sentir. Propone una idea de reencuentro con todo lo que se fue, sin caer en el cliché de juntarse después del fin, sino que atrapa a los oyentes en una reproducción bastante aguda de la historia de Ignacio como persona: sus caídas y formas de levantarse.

Condena el amor a quien lo escucha con esta frase: “para la gente que sí me ha seguido y que me estima o me escribe, estoy infinitamente agradecido, son mi motor”. Dice que el disco próximo tendrá nueve canciones, incluido un –aún no confirmado- extracto de 30 segundos de su hija, “donde dice frases muy mágicas y sabias para su edad”, en palabras de Ignacio.

Podemos estar ante la sensación de un aviador. Que hoy viene y mañana se va. Esta idea siempre ha recorrido la carrera de Ignacio Izquierdo, como Elia Liut y sus demos en inglés, como ELIA y su progresión más fructífera de música y el ahora Elia Ezker, que expresa una idea final del personaje que busca: una mezcla entre sus deseos de niño y su realidad de adulto.

Escucha a Elia Ezker aquí abajo.

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