La suerte y lo moderno, así habla Mora y los Metegoles de su nuevo disco

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Texto: Adrián Gusqui con apoyo de Roxana Landívar | Fotos: Cortesía de MYLM

La banda de La Plata (Argentina) presenta su nuevo disco. Hablamos con Mora, tocaya de la banda y lideresa de este grupo que, estamos seguros, algún día aparecerá en tu algoritmo de Spotify. Conócelos más de cerca. 

Es una banda tocada por la suerte. Hacen música de garaje, de lágrimas curiosas o para el soundtrack de una película sudamericana con crímenes adolescentes. Mora y los Metegoles no cree en el destino aunque este los acompaña para cruzar cualquier calle. Su música, que inició como un golpe a nuestras cabezas desde el low-fi y evolucionó a canciones mejor obradas, ahora está ante un gran desafío con “Mundo Moderno”, un disco en el que la madurez de la banda aún sabe cómo explotar la diversión de sus impulsos y pretende ser una respuesta contundente a que los hits no se detienen en el tiempo, sino continúan. 

“La idea fue armar un espacio donde puedan aparecer los mensajes que sean necesarios”, dice Mora Palvi, frontwoman de este grupo argentino, también conformado por los metegoles Marcos Cikes (guitarra), Joaquín Millón (bajo), Lautaro Osácar (batería) y Aziz Asse (producción y mezcla). La argentina refuerza la idea de las historias del disco con que las leyes no fueron tan estrictas, “no hacemos la música desde buscar un resultado, creo que es lo opuesto. En vez de fijar un objetivo e ir hacia allá, medio lo que hacemos es disfrutar el camino y ver que aparece ahí. Entonces siento que no es algo que yo pueda manejar o controlar tanto antes de hacer una canción o un disco, que es lo que voy a decir, cómo va a ser leído o interpretado…dejo que suceda y eso también es una manera de conocerme a mí mismo y entre nosotros”.

Conocidos –mundialmente– por canciones como “Gran remera” o “Falkor”, el grupo surgió antes de la pandemia y sobrevivió a ella con el impulso de sus integrantes, logrando que en la actualidad cuenten con un EP, tres álbumes y varias colaboraciones desde 2019. “Mundo Moderno” viene a ser algo así como una pequeña graduación después de grandes honores o el viaje a la playa después de egresar; la risa, las inquietudes y la tristeza aún viven en sus canciones, pero consiguen en este disco un sonido más limpio y notablemente preocupado en sonar con más orden. —¿Esto fue pensado?—, pregunto. —No, yo creo que fue apareciendo también a lo largo del tiempo. Si ves la curva musical de la banda, arrancamos súper crudos, low-fi, después hicimos algo pasado de reverb y grandilocuente y después eso fue como decantando. Yo creo que la dupla de nuestros productores también fueron puliendo nuestro sonido. Muchas veces eso significa sacar elementos. A veces menos es más. Siento que cada cosa está pensada para estar en su lugar—.

—Su música es como un viaje de amigos, descubriendo cosas. En “Mundo Moderno” me dio una vibra de un roadtrip viajando por varias ciudades teniendo historias en ellas…—, Mora responde a esta visión con felicidad —tiene muchos microrrelatos. Siento que es como una película en la que vas pasando por un montón de estados, además como está ordenando el disco hace que estés todo el tiempo entrando y saliendo de emociones o situaciones. No lo hicimos de una manera lineal, es casi como si pudieras doblarla al medio y fuera simétricamente dispar. Era un poco la idea que te revuelva la cabeza, bueno, ya desde la tapa desarrollamos la idea de un sentimiento propio y hacer una reinterpretación de las cosas, así haya dado un significado literal, como bueno, encontrar un criterio propio. Creo que va un poco por ahí. Están todas estas ideas y hay miles de maneras de desarmarlas e interpretarlas. Creo que eso hace que lo quieras volver a escuchar y tenga cositas que vas descubriendo a medida que lo haces—.

Al hablar de descubrimientos con Mora, topamos el tema de “Gran remera”, una canción que navegó por el algoritmo de Spotify como lo desearía cualquier banda indie de Sudamérica y que ya superó el millón de escuchas. Este hit del grupo argentino está en las radios que Spotify te recomienda cuando estás escuchando pop trash, punk ligero o sólo descubrimientos de la región, como si cada nota de su desarrollo estuviese pensada para que decenas de marketeros la pongan en nuestro radar. Mora dice que fue suerte, culpa a lo holístico con vehemencia. “Es inesperado, es un fenómeno igual de internet…que no te paga el alquiler, pero es lindo saberlo. Por ejemplo, “Gran Remera” llegó a los países más recónditos del mundo y nada, es muy loco, nos abre un montón de puertas. Pero también soy consciente de ello, no se traduce a una cuestión material de que cambie nuestro día a día, sólo es una canción que se hizo medio viral en internet”, —Después de esta suerte, ¿cambió su percepción con temas como el marketing musical?—, —Nunca hicimos nada para que el algoritmo nos favoreciera. La canción más escuchada es la canción menos radial. Para mí es como una maqueta que yo la grabé en una habitación, le agregamos unas palmas y la subimos. Es llamativo eso. Es el antimarketing. Pero se ve que hay unos vacíos legales en el algoritmo que a veces favorecen—.

—Volviendo al roadtrip del disco que proponen, ¿qué quisieran que quienes lo escuchamos imaginemos o soñemos al escucharlo?—, —A mi me encantaría que el mundo flasheé lo que quiera, que ya sucede de por sí. Yo muchas veces pienso que soy muy literal y que digo las cosas con mucha claridad y mis amigos me dicen vos pensás que sos literal porque sabes de lo que estás hablando, el resto no interpreta para nada lo que estás diciendo y me parece divertido que vayan apareciendo esos sentidos. Es un gran ejercicio también. El sueño es que la gente haga el ejercicio de pensar a que hace referencia la canción—, concluye Mora, que atiende esta entrevista mientras los metegoles la esperan en el patio de casa. 

Antes de terminar le comentó a Mora que Roxana Landívar, una fan del grupo, tiene algunas preguntas para ellos, estas fueron enviadas en audios de Instagram. Mora se ríe y acepta. Esta es una mezcla de lo que el grupo representa y las dudas que recorren hacia ellos fuera de lo que se ve. 

Roxana: ¿Por qué todos los varones en la banda tienen mullets? 

M: Creo que porque son vagos al no pensar en un peinado propio. Igual y el baterista tiene el mismo corte de pelo desde que lo conozco hace diez años. Los otros dos, Juanko y Markitos, son sospechosamente parecidos, de hecho Markos, el guitarrista, empezó a tocar con nosotros hace dos años y cuando lo vi le dije a Juanko que ese era su hijo. 

Roxana: ¿Qué creen que cambió en el sonido de “Suerte” para que se haya movido mejor que sus primeros discos?

M: Te soy sincera…no tengo mucha idea qué pasó ahí, yo creo que siempre que hay una ampliación de público o de llegada, tiene que ver con la perseverancia o los años de trabajo encima y tal vez hay una cuestión que se empezó a rescatar más la particularidad de cada canción, que eso fue de suerte también. El disco es corto y todas las canciones son muy diferentes, como que hay una particularidad ahí que te saca mucho del nicho. Nos abrió la puerta a un público de todas las edades, por ahí vienen a los recitales padres con sus hijos pequeños y son más fanáticos los padres que los niños y no sé bien que es, pero es algo que atraviesa generaciones. 

Adrián: La tristeza de la banda es para un niño tanto como para un anciano…

M: Claro, tiene una cuestión de cómo una tristeza al hablar de cosas como la muerte con gracia. A un niño eso le puede causar sorna y el adulto se puede sentir identificado con eso de igual forma. 

Roxana: ¿Cómo fue pensada la colaboración con Dum Chica, fue en el contexto de Milei?

M: La escribí antes de que Milei asumiera la presidencia. La canción viene de algo que sucedía antes y que Milei ganara las elecciones es un suceso que culmina una etapa que continúa el horror. Yo creo que es resultado de esta policía de la moral y sobre el tema de la colaboración…generalmente los temas de protestas me salen más de tirón. Esa me acuerdo que la escribí entera, le puse unos acordes, la canté y era una canción bien punk cuando la empecé a maquetar. Pensé que este podría ser un tema de Dum Chica más que mío y dije como bueno, yo me lo re imaginaba cantado por Dum Chica. En un principio era que los chicos tocaran también y finalmente vino Lucy y puso la voz. Al final quedó muy bien y fue re bien, porque es la primera vez que yo también dije que esta canción debía tocarla esta persona, porque no me suele pasar, soy medio reservada o celosa con mi música. 

Roxana: ¿El indie ha muerto? 

M: No, yo creo que el indie está más ligado a lo low-fi, DIY, hacer con los recursos que tenés, yo creo que la curiosidad de hacer algo con pocos recursos no va a morir. Creo que va mutando de sonidos por ahí, pero no va a morir nunca, en algún sentido se parece al punk. Voy a hacer una canción aunque no sepa hacer una canción. En el indie con dos acordes podés hacer una carrera si querés jaja. Y está bien. Después el sonido con el que se presente irá cambiando ojalá y está bueno que el sonido cambie también. Es como cuando preguntan si el rock murió. Son cosas que ya existen en nuestro imaginario. No van a morir nunca, ya es parte de nuestra historia. De nuestra cultura. 

A Mora y los Metegoles el Ecuador todavía no les ha llegado, pero aprovechamos esta entrevista para recomendar tres artistas del momento en el país: Estamos Perdidos, Chloé Silva y Lolabum. Esperamos que Mora los haya escuchado. 

Conoce a Mora y los Metegoles en Instagram

Escúchalos aquí abajo: 

 

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