‘KÉDATE’, una canción que Derian Diorian y CRUS escondieron en su corazón

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Texto y fotos: Adrián Gusqui

Los dos músicos ecuatorianos se encontraron en una canción, a pesar de que sus aventuras tienen diferente destino. ¿El resultado? Una obra para los tiempos que el amor prohíbe.

Sentados en una mesa.

Dos contra uno.

Apenas con la consciencia tranquila.

El jardín es el único testigo de esta conversación con Derian Diorian y José Crus, quienes celebran con cautela que hace poco lanzaron una canción juntos: KÉDATE.

Son las siete de la noche, pero bien podrían ser las nueve de la mañana de un domingo, momento donde las ideas se revuelven y si no son atrapadas, se escapan. Una de ellas fue adoptada por ambos músicos que, tras un encuentro de Dorian, se les ocurrió que la aventura no podía morir en una noche.

La canción habla de una cita en la que Dorian fue afectado por las distancias quiteñas. “Yo estaba con una chica en el Centro de Quito y nos quedamos hasta muy de noche. Ella vivía en Cumbayá y le daba mucho miedo regresar sola en UBER, entonces le propuse si quería ir a mi casa, no a dormir juntos, sino a ver cómo lo solucionábamos”. El problema, dice Derian, no fue que ella haya aceptado, sino que a su cita sus padres la tenían vigilada. “A la siguiente semana fui a la casa de Crus muy hypeado por lo que había pasado” y así es como inició esta colaboración con él, quien sólo puso una orden para iniciar la producción: “hacer algo con tempo”.

Si algo sale mal, tranqui,
yo sé cómo hablar con tus papás
kédate una noche.

  • De KÉDATE

Derian Diorian y CRUS

El tempo en la canción es la manito para caminar todo el viaje. La energía se divide entre el ruego y la alta energía, como un punki reggaetonero que no sabe explicarse del todo. Ambos en la entrevista ríen sobre la forma tan orgánica en que todo sucedió, “nos demoramos un día en armarla”, dice Crus, Dorian agrega que también recibió ayuda en uno de los versos de otro amigo músico: José Rosero.

“Un día nos reunimos a sesionar y Crus tenía una prueba. Me dejó solo en la casa, estuve una hora ahí y no se me ocurrió nada. Entró Rosero como en sitcom y le conté que estaba valiendo verga, él me dijo: ‘tranqui’ cerró la sesión y armamos otra canción. Ese rato empezamos a hacer algo en otro beat y salieron ideas”, cuenta Dorian, quien también confirma su confianza en Crus, que lo orilló a un sonido más “clean”, alejado del relajo que él mismo reconoce en su música.

Esta canción, que es rápida y reciclable para cualquier relación complicada, es un interesante movimiento de ambos músicos, que, a pesar de sus formaciones y estilos diferentes, pueden presumir que conectaron con buena química. Calmos y con la astucia de dos amigos interesados en la autenticidad, el resultado es una obra sencilla y sin arrebatos de ser algo que no son. Es adolescencia que se escapa, amor fatídico y el bloqueo siempre desbaratado entre parejas.

Es una carta de dos, escrita por uno, perfumada por el otro y recibida por nadie -por ahora-. La portada fue diseñada por Guido Flores.

Escucha KÉDATE

 

Escucha aquí el trabajo de Derian Diorian y acá el de CRUS.

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