“Silencio largo durante dos semáforos. Primera lección: conocer un poco de economía básica antes de ‘atacar’ a la economía interna de un país, en especial de Argentina”.
Jorge Renza no es homofóbico. Lo descubrió cuando vio los partidos del primer campeonato gay de fútbol que se jugó hace un año en el Parque Sarmiento, en Buenos Aires. Nunca se sentó en los graderíos a ver los cotejos. Sólo los miraba a través los rombos de la alambrada. Es que le daba miedo que lo hicieran parte de los festejos. Cuando uno de los equipos metía un gol, todos celebraban en trencito y bueno, vos sabés che… mejor de lejitos, ¿no? Aunque hay que respetar los gustos de cada quien.