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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

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Por Carla Granda

23 estrellas, una guitarra y esa voz que te pega en el medio del pecho; Amanda Vizén, artista quiteña, inicia su trayectoria musical desde niña, mientras entonaba canciones protesta junto a sus padres.

Son de esos sentimientos sin nombre, como cuando escuchas por primera vez una canción y no te importa escucharla mil veces, seguirá teniendo la misma emoción del principio, así se siente la voz de Amanda Vizén; alguna vez en un bus, en un bar, en una escuela o cantando hacia los ojos grandes de su hijo.

Se estrena una vida llena de canciones, dedicadas al andar, “Pasados Imperfectos y Otras Excusas” es el primer disco de Amanda Vizén.

“El proceso de producción fue algo que fluyó naturalmente en este proyecto, lo más importante para mí era poder transmitir el concepto que creó Amanda y en ese sentido de alguna forma rendir tributo a los artistas que contribuyeron con los temas para el disco. El reinterpretar canciones de gente a quien yo respeto y admiro fue a su vez un reto y también una gran motivación, al final estoy realmente contento con lo que hemos generado”. Comenta Agni Durden, productor musical y arreglista del proyecto.

Vizén: el disco fue un proyecto que buscaba abrir puertas y ventanas para la música ecuatoriana, presentando versiones muy auténticas de canciones de mis bandas y cantautores favoritos. Después de haber crecido con temas de Jaime Guevara como Vestirás mi pantalón o Noviembre de Hugo Idrovo, me parecía un gran honor y reto hacerles un homenaje.

Así mismo Hábleme más suave de Guardarraya, Escopolamíname de Can Can, Marina, la novia del viento de David Bonilla, De mí de Alex Vor y La Hallaré de Igor Icaza son grandes temas de la música contemporánea, además soy gran fan de sus proyectos. Los dos últimos temas son de dos grandes amigos que la música puso en mi camino, Pasado Imperfecto de Byron Carrasco y Que se pare el tiempo de Gabela, jóvenes promesas ecuatorianas.

La producción se realizó en tres estudios, la grabación en Audio Ideas con Nando Vega y una parte en Drop bla bla con Carlos Novoa. La masterización la realizó Daniel Pasquel en La Increible Sociedad, adicionalmente los músicos que participaron en la grabación son, Alex Vor, Ibo K Payne, Pepe Vergara, Felipe Aizaga, Santiago Jiménez y Gabela, todos realmente contribuyeron con su gran talento en cada uno de los temas.

Alex Vor, compositor y musigráfico quiteño, ex vocalista de Alicia Se Tiró Por El Parabrisas, nos cuenta como fue la experiencia de participar en el proyecto de Vizén.

“Pasados Imperfectos” es un álbum cargado de emociones de principio a fin, una seleccion de temas que provocan un drástico ir y venir de sensaciones, el cual claramente deja percibir el interior de una voz cálida, a ratos añorante pero muy dinámica. Fantásticas versiones y arreglos; y si alguien quisiera hacer un cover, este ejemplo debería ser una gran referencia, ya que en ningún momento deja de lado nuestras raices, comenta Alex.

Espero que todos los que tengan la posibilidad de adquirir el disco disfruten escuchándolo tanto como nosotros disfrutamos haciéndolo. Amanda es una persona a quien yo respeto mucho y auguro para ella muchos éxitos en el futuro, este es el comienzo de lo que yo pienso será una gran carrera artística, concluye Agni Durden.

El lanzamiento está por venir nos cuenta Amanda, a principios de mayo esperan tenernos un show lleno de sorpresas y talento.

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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

El primer ecuatoriano en el espacio

Europareport

Por: Juan Fernando Andrade / Publicado en Soho Ecuador

Dos horas antes de que el huracán Sandy llegara a Nueva York, a finales de octubre del año 2012, el cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero salió a pasear en bicicleta. Cuando llegó a Central Park, vio cómo las autoridades evacuaban a la gente y supo que la ciudad había sido declarada en emergencia. Cordero dio media vuelta y regresó al lugar de donde había salido, el Hotel Cassa, en Times Square, el corazón de Manhattan. Subió hasta el piso 17, entró en su habitación y siguió teniendo uno de los peores momentos de su vida.

El hotel, en la calle 45, se había salvado del apagón que oscureció a la Gran Manzana desde la 40 hacia abajo; los cuartos tenían agua caliente, luz eléctrica, y sólo habían perdido el servicio de Internet; algo que, en este siglo, no deja de ser grave. Cordero pensó en aprovechar la crisis para refugiarse en el cine y ponerse al día en la cartelera, pero todas las salas estaban cerradas y lo único que encontró abierto fue una librería Barnes & Noble en la que compró 15 películas en DVD.

Durante su encierro vio, entre otras, Saló, la cinta de Pasolini en la que un grupo de adolescentes es torturado física, mental y sexualmente; y Deep Water, un documental sobre la carrera de yates que, en 1968, convenció a varios hombres de abandonar a sus familias para tratar de darle la vuelta al mundo en una competencia de consecuencias desastrosas. Sus horas de aislamiento se repartían entre películas duras y un diario que había empezado a escribir en su computadora, varias páginas dedicadas a las muertes que le ha tocado ver de cerca: la de su padre, la de su hermano mayor, la de uno de sus mejores amigos; y la más reciente, la de Mónica, su madre, que falleció semanas antes del huracán, el 6 de octubre, tras poco más de un año luchando contra el cáncer. Cordero estuvo en Quito para presenciar su último suspiro y después volvió a Manhattan para seguir trabajando en una cinta de ciencia ficción llamada Europa Report.

La primera vez que abrió el guión de su nuevo proyecto fue en octubre del 2010. Un productor de Los Ángeles lo llamó por teléfono, le preguntó si le interesaría leer algo de bajo presupuesto en lo que tendría espacio para mucha creatividad, y resumió la historia como “pocos personajes en un espacio reducido”. Cordero aceptó enseguida.

Tras el estreno de Crónicas, su segunda película, en el festival de Cannes del 2004, el director parecía haber cumplido la fantasía del joven cineasta latinoamericano: conseguir un agente y escoger su próximo proyecto de entre los guiones escritos en inglés que le llegaban cada semana. Uno de esos fue Manhunt, la historia de los hombres que cazaron al asesino de Abraham Lincoln en 1865. La cinta se hizo un asunto de interés público cuando Harrison Ford, el mismísimo Han Solo de La Guerra de las Galaxias, empezó a figurar como protagonista. La noticia apareció en todos los periódicos, casi siempre acompañada de una aduladora entrevista al director, que estaba a punto de entrar a Hollywood por la puerta grande de la mano de una celebridad. Luego, como dicen los cineastas, “el proyecto se cayó”. Semanas antes de empezar el rodaje, mientras Cordero afinaba los últimos detalles, los productores de Manhunt cancelaron la película. Según él, jamás llegaron a un acuerdo monetario con Han Solo. Sebastián abrió la boca antes de tiempo, un error que nunca se perdonará y que nunca más volverá a cometer.

El guión de Europa Report llegó a su mail como habían llegado antes una docena de posibles proyectos en Estados Unidos que no se concretaron por distintas razones. Empezó a leerlo en la sala de pre embarque del aeropuerto de Cuenca, donde esperaba el vuelo que lo llevaría a recibir el premio que Rabia, su tercera película, había ganado en el festival 0 Latitud de Quito como favorita del público. El avión se retrasó por mal clima y él siguió leyendo, “enganchadazo”. Cuando el capitán recibió autorización para elevarse, el tiempo no había mejorado gran cosa. El vuelo, desde el despegue hasta el aterrizaje, fue una gran turbulencia que duró 45 minutos, una pesadilla que Cordero logró evadir concentrándose en otra historia: seis científicos viajan a bordo de una nave espacial rumbo a Europa, la luna del planeta Júpiter.

ER01Casi un año después, en junio del 2011, mientras estaba en el Instituto Sundance (el rancho de Robert Redford en Utah) como asesor de un taller de guiones, Sebastián Cordero recibió una llamada de su hermana Lorena: su voz estaba destruida y traía malas noticias. Por esos días, Mónica, su madre, tenía prevista una cirugía menor para retirar un pequeño quiste alojado detrás de la lengua; antes de la operación los doctores habían dicho que el tumor era benigno, pero el diagnóstico era equivocado y a la hora de intervenirla descubrieron que se trataba de un cáncer a la tiroides en estado avanzado, inoperable.
Sebastián regresó al Ecuador días más tarde. Para esto ya había estado trabajando en el look de Europa Report con el mexicano Eugenio Caballero, director de arte de Crónicas, Rabia, y ganador de un Oscar por su trabajo en El laberinto del fauno. Tras varios días en Ciudad de México, viendo cómo la nave que llevaría a los astronautas de su nueva película al espacio cobraba vida en bosquejos de papel, Cordero siguió camino a Nueva York, donde presentó esos diseños a los productores de la película, y triunfó: tenía luz verde para rodar en Estados Unidos. Su madre, que siempre estuvo cerca de él y de sus proyectos, que leyó varios de sus guiones antes de que fueran filmados y socorrió emergencias económicas, lo sabía. Por eso cuando Sebastián le dijo que aún podía bajarse de esa película y quedarse cerca mientras durara la enfermedad, ella le dijo: estás loco, ¿cómo vas a perder una oportunidad como esta? Y añadió: ¿acaso sabes algo que yo no sé? Cordero no lo sabía, no tenía forma de saberlo, y volvió a Nueva York para empezar la pre producción.
Europa Report tuvo problemas desde el principio, desde que se propuso llegar donde nunca nadie había llegado, a la luna de Júpiter, con dos millones de dólares por todo presupuesto. Dos millones puede sonar a mucho, pero en cine es poco y en Estados Unidos es casi nada. Eugenio Caballero y Enrique Chediak, el director de fotografía ecuatoriano a quien Cordero llama su hermano creativo, le advirtieron que tratar de hacer la película con esa cantidad de dinero era una locura. Caballero venía de rodar The Impossible, con Naomi Watts y Ewan McGregor, en la que se había dado el lujo de construir todo un set para recrear los efectos del tsunami ocurrido en Tailandia en 2004; y Chediak ya había sido contratado para fotografiar RED 2, con Bruce Willis, John Malcovich y Helen Mirren, una película cuyo presupuesto estimado superaba los 80 millones de dólares.
ER02El dinero no era el único problema. La producción contaba con 19 días para el rodaje, 19 días de doce horas cada uno, y ni un segundo más. Sebastián Cordero tenía que filmar la película más grande de su carrera en tiempo récord.
Uno de los argumentos que utilizó para convencer a los productores de que le dieran el trabajo, fue la promesa de respetar los principios científicos y realistas planteados en el guión. La película sería filmada con ocho cámaras de monitoreo instaladas en el interior de la nave y unas pocas más para exteriores y puntos de vista de los astronautas. Este formato, casi documental, le daría a la misión un tono de fidelidad que aumentaría el drama de sus descubrimientos. Los productores se emocionaron con la idea y lo enviaron al Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena, California, el laboratorio de la NASA donde se construyen los prototipos y las naves que van al espacio. Durante esa visita, Cordero sometió la veracidad de su próxima película a los conocimientos de astronautas de verdad y vio, a través de una ventana, el Curiosity Rover que hoy recorre las carreteras irregulares del planeta Marte. Luego llamó a su mamá para contárselo. Mónica no lo registró del todo y Sebastián le pidió que hablara con el tío Rubén, su hermano menor, un matemático puro que diseña sistemas de seguridad para reactores nucleares en Estados Unidos. “Mami, pregúntele a él qué es, dígale que le diga”, fueron sus palabras.
La producción de Europa Report sucedió entre el 14 de noviembre y el 13 de diciembre del 2011 en un estudio de Brooklyn, Nueva York. Las ocho cámaras de monitoreo fueron colocadas horas antes de la primera toma, cuando Eugenio Caballero terminó de construir los interiores de la nave espacial, que puestos en posición vertical medían lo mismo que una casa de dos pisos. Cordero sabía que tenía el tiempo en contra y para las dos de la tarde del primer día de rodaje ya había despachado todo el trabajo de la jornada. Aquella fue una pequeña victoria que casi enseguida se volvió frustración. No podrían rodar nada más porque nada más estaba listo y la producción no podía permitirse el lujo de pagar horas extra para esperar. Sin importar cuán duro estuviera dispuesto a trabajar, el director ecuatoriano tenía que ir al ritmo de la industria y bailar la que le pusieran.
La industria es Estados Unidos y allá el director es un empleado de los productores, que son los verdaderos dueños del circo. Mientras ajustaba la historia a sus expectativas trabajando con el guionista Philip Gellat, Cordero tuvo que acostumbrarse a algo que en su país no le pasaría jamás: tenía que presentar esos cambios a varios productores divididos a su vez en dos bandos, los de Los Ángeles y los de Nueva York, y responder a memos de más de diez páginas con notas y comentarios que el director estaba en la obligación de atender aunque le parecieran absurdos.
Mientras su hijo daba vueltas en el espacio exterior, Mónica Espinosa recibía prolongadas sesiones de quimioterapia y radioterapia en el Hospital Metropolitano de Quito. Nunca perdió el contacto con ella, aún en los días más intensos del rodaje de Europa Report, hablaban por teléfono con frecuencia y se contaban cosas. Entre visita y visita, Sebastián vio envejecer a su madre de un día para el otro; la vio primero con todo el cabello blanco y después usando una peluca. Y fue durante una de esas visitas, en la que Mónica atravesaba una internación de varios días, que Sebastián la acompañó en el cuarto del hospital, sentado a un lado de la cama. Mientras su mamá dormía él descargaba en su computadora secuencias de la película que duraban minutos –a veces sólo segundos– y traían efectos visuales aún en trámite. En cuanto pudo, Sebastián le mostró a Mónica los primeros 20 minutos de su nuevo trabajo, tratando de explicarle lo que pasaba en cada escena y cómo se vería cuando estuviera terminada. Mónica estaba débil y apenas alcanzó a verlos antes de arrimar la cabeza a un costado de la almohada y seguir durmiendo. Poco después perdió la voz. Las últimas conversaciones que tuvieron fueron por mensaje de texto.
El 13 de septiembre del 2012, en un centro comercial de Paramus, Nueva Jersey, 300 personas que ese día andaban de compras vieron en el cine una versión –un prototipo, digamos– de Europa Report. El experimento es común en Estados Unidos y su propósito es conocer las reacciones del norteamericano promedio. La cinta se proyectó sin que los efectos visuales estuviesen terminados y con música de referencia tomada de otras películas de ciencia ficción. Al final de la función, los asistentes respondieron a una serie de preguntas y dejaron, entre muchos otros, los siguientes comentarios: “la película es pobre”, “una pérdida de tiempo”, “no se la recomendaría a nadie, nunca”, “sobre todo, aburrida”. Sebastián Cordero estaba en la sala de incógnito, y tras evaluar los resultados de las encuestas, los productores le dijeron que su nueva película había sacado los puntajes más bajos que hubieran visto en todos su años de experiencia.
Los días siguientes fueron terribles. Cordero viajó a Quito a principios de octubre, encontró a su madre ya inconsciente, la acompañó hacia la muerte y se quedó con su familia hasta poco después del entierro. En algún momento, su tío Rubén, el matemático puro, le contó que sí, había logrado explicarle a su madre el privilegio que significaba una visita al laboratorio de la NASA, y sí, ella lo había entendido perfectamente y se había puesto muy contenta.
De vuelta en Nueva York, Europa Report agonizaba. Sebastián había trabajado en el montaje con tres editores distintos y ni él ni los productores estaban contentos con el resultado. La película aún no definía su identidad, era, a medias, un thriller de horror en clave de ciencia ficción y una cinta realista sobre la exploración espacial. Los productores de Los Ángeles empujaban hacia el thriller y los de Nueva York hacia la ciencia; Cordero también luchaba por defender el propósito explorador de la misión, pero no tenía la última palabra ni mucho menos.
En un intento por salvar a la película de lo que ellos pensaban sería un fracaso, la gente de Hollywood contrató a Craig McKay, veterano editor de El silencio de los inocentes Filadelfia, para que se hiciera cargo y “arreglara” la cinta. Sebastián tenía prohibido entrar a la sala de edición mientras McKay estuviera trabajando y gastaba las horas en otro cuarto, dentro de la misma oficina, editando por su cuenta secuencias que por lo menos en su cabeza estaban claras: una forma de lamerse las heridas. Era como ver a la mujer que amas acostándose con otro y poder, apenas, acariciarle las plantas de los pies. La frustración que sintió en ese momento no la había sentido nunca antes, Cordero, amo y señor de sus películas, no pudo relacionarse con el vacío de la distancia y un día,  en horas de la tarde, explotó. Desesperado, pensando que el proyecto se le había escapado de las manos y que la película ya no era suya, ese día enfrentó a uno de los productores y le dijo “¿si no me dejan trabajar entonces qué estoy haciendo aquí?” Éste, más bien calmado y con tono de burócrata, como quien dice hace frío o ya mismo llueve, le respondió que ya había cumplido con su trabajo como director y mucho más, que si quería, podía irse. Fue entonces cuando el huracán Sandy llegó a Nueva York.
La rutina de Sebastián Cordero en el hotel Cassa de Times Square era, por así decirlo, deprimente: veía películas duras, escribía entradas en su diario de la muerte, se asomaba a la ventana, observaba a Manhattan partida entre los que tenían luz y los que no. Pero quizás lo más doloroso era lo que ocurría al menos una vez al día cuando llamaba a Ben Browning, productor financiero de Europa Report, y hablaban sobre el destino incierto de la película asumiendo la derrota como una posibilidad cada vez más cercana. Los cajones de Hollywood están llenos de películas que nunca fueron, y en ellos siempre, siempre, habrá espacio para más: según la lógica de la industria, es preferible desaparecer una cinta a estrenarla y perder aún más dinero que el invertido en su producción. En algún momento,Europa Report flotó en el espacio como un astronauta que viaja sin rumbo y sin remedio hacia el silencio del infinito.
El editor Craig McKay había dicho que podría “arreglarla” si le daban seis semanas para hacerlo, pero el presupuesto, que había aumentando de dos a ocho millones de dólares en el proceso, no daba para tanto y apenas pudo trabajar durante quince días que, según Cordero, ayudaron pero no hicieron la diferencia. La luz se hizo con una idea del productor Browning y llegó recién después del huracán. Él propuso editar la película una vez más, pero de manera no lineal, es decir, desordenar la cronología de la historia para aumentar la intensidad del relato, y apoyar el peso de la aventura en las ambiciones científicas que la tripulación lleva a cabo contra toda recomendación. Cambiar el orden de los factores no altera el producto, pero puede transformar una ecuación matemática en un espectáculo majestuoso. Sebastián y su asistente de edición, Alex Kopit, terminaron de montar la película por sí solos, con libertades enmarcadas en el acuerdo previo y finalmente la encontraron: debajo de capas y capas de dudas y derrotas, en el núcleo del sacrificio irracional, había vida.
ER01En julio pasado, en el auditorio principal del Comic Con de San Diego, California, Sebastián Cordero y parte del equipo presentaron avances de la cinta ante más de 6.000 personas que esperaron horas para verlos. El Comic Con es algo así como un encuentro mundial de fantasía y ciencia ficción que reúne a los fanáticos más exigentes y a los nerds más ilustrados. La presentación se llamó “La ciencia detrás de Europa Report” y fue un éxito absoluto en el que estuvieron presentes los científicos de la NASA que asesoraron el proyecto. La película se estrenó oficialmente días después, primero en Internet bajo el sistema video on demand (con un éxito inesperado que sorprendió a todos los involucrados) y luego comercialmente el 2 de agosto de este año en las principales ciudades de Estados Unidos. No llegó a ningún festival grande, no estuvo en Cannes o Venecia, donde Cordero había estrenado anteriormente, pero las críticas la han convertido en la cinta mejor recibida de su carrera. Esto quiere decir, por ejemplo, que el New York Times la escogió como recomendación durante su semana de estreno y que en Manhattan la gente hizo una larga fila que dobló la esquina de la cuadra alrededor del cine donde la estrenaron.
El cineasta ecuatoriano ya no escribe el diario de las muertes que le ha tocado ver de cerca, la de su padre, la de su hermano mayor, la de uno de sus mejores amigos; y la de Mónica, su madre. Ya no lo escribe o por lo menos ya no habla del tema. Sólo dice que su vida comenzó el día de la primera muerte, cuando su padre tuvo un accidente en el que dejó de ser lo que antes era y se transformó en parte de la nada. Esto ocurrió cuando Sebastián tenía nueve años y desde entonces, dice, sabe que no puede perder ni un segundo, que el tiempo es lo único que tiene y que en el tamaño de la eternidad su existencia es poca cosa. Lo sabe. Lo dice. Y vive bajo esas reglas.
Cuando visitó el laboratorio de la NASA supo de misiones espaciales que planean llegar a Marte en un futuro cercano, misiones que, por ahora, no contemplan la posibilidad de un regreso. Cordero les preguntó a los astronautas si había alguno dispuesto a embarcarse en algo así, y todos respondieron que serían capaces de irse mañana mismo. Él no. No sería capaz de volar al espacio sabiendo que nunca va a volver, pero ha sido capaz de abandonar el planeta por filmar, lo que quizás no sea tan distinto si nos ponemos a pensar en ello. Es así, trabajando, como ha escogido hacer lo que hacemos todos de distintas maneras, huir de la muerte, sobre todo de la propia.
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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

La manivela de la nostalgia envuelve a Da Pawn

Reseña de Dibujo por Hoy, nuevo video de Da Pawn

Por Polo Damián Rodríguez

Rodar una secuencia de imágenes vintage es un recurso sólido si deseas construir una historia gráfica directa, para después simplemente hacerla esfumar.

Es que una canción tan análoga con una letra divertida merece un video simple; simple en concepto, nada más, ya que la realización del mismo fue como desarmar un cassette de cinta y encajar cada una de sus partes cuadro por cuadro bajo una estructura simétrica, con ritmo, sin perder el espíritu de la diversión como caballito de batalla.

El juguete con el cual se grabó este primer video oficial de la banda Da Pawn se llama Lomokino Scope que es conocido precisamente como un juguete fílmico, tiene la particularidad de filmar en 35 mm, usa carrete y se acciona con manivela. Es nostalgia pura como las estaciones sonoras que engendra Dibujo Por Hoy.

Salir de lo urbano para confudirte en los paisajes que se desvanecen puede ser una premisa interesante y hasta un placer visual combinado con colores profundos, psicodelia, sonrisas y máscaras, así se concibe la secuencia de un viaje a la mente de Da Pawn que dura un poco más de 4 minutos.

Que una supuesta simplesa jamás nos confunda ya que es precisamente este minimalismo lo más difícil de conseguir, sobre todo el mantener su estado esencial.

La corriente indie tiene esa capacidad de explorar en el baúl de los juguetes antiguos con todo el desenfado; es que aún quedan cosas que debieron tener mejores futuros antes que la tecnología las aplastara. Así parece que lo entienden Andrés Cornejo y Gabriel Pérez, director y post productor, respectivamente, de esta producción fílmica que ensambla una cinta con otra para darle vida a través del recurso movimiento Stop Motion de las manos de Bernarda Cornejo, otra pieza clave en el trabajo final.

Y ahora que por fin puedo llevar el ritmo tengo que regresar… Así quedará para la historia de la música indiepentiente del país: Da Pawn estrena su primer video oficial un 10 de noviembre con tanta expectativa como naturalidad; con esa inercia con las que suelen cobijarse las producciones más transcendentes. En dos años Da Pawn ya tiene su Ep listo y el video que abre la ruta está tendido y armado en alguna mesa creativa de una ciudad que no deja de sorprender.

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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

The Sex Pistols: Reflexiones sobre el nihilismo punk

The Sex Pistolsinside¡DIOS SALVE A LA REINA..!

Por Santiago Silva Cordero

“Odio a los hippies y todo lo que significó su pelo largo. Odio también a todos los músicos de rock tradicionales. Quiero que sólo hayan muchos grupos como nosotros.”

“La idea básica del punk es volver a los chicos en contra de sus padres”
Johnny Rotten
1976

“Yo sólo estuve enamorado de una botella de cerveza y del espejo…No entiendo por qué la gente piensa que es difícil aprender a tocar la guitarra: basta pellizcar las cuerdas, hacer wang-wang y ya está la música”
Sid Vicious
Diario “The Sun”
1976

“Son el único grupo formado sobre la base de odiarse unos a los otros pero detestando aún más a todos los demás”
Malcolm McLaren

DISCOS MÁS IMPORTANTES:

Never Mind The Bollocks Here’s The Sex Pistols (1977)

Al regresar de América en 1975, tras haber sido mánager de los New York Dolls, Malcolm Mc Laren conoce en su boutique de Londres a John Lyndon, un muchacho que toca la guitarra en un grupo llamado The Swankers (Los Masturbadores). A él lo acompañan Paul Cook (batería), Gleen Matlock (bajo), Steve Jones (guitarra) y un tal Wally Nightingale que pronto los abandonaría. Mc Laren y Lyndon se reconocen mutuamente como necesarios y toman tres decisiones trascendentales: Que el mánager de la banda será Mc Laren; que el nuevo cantante de la banda debe ser Johnny pero cambiando su apellido Lyndon por Rotten (tenía los dientes podridos); y, cambiar el nombre de la banda. En ese momento nace The Sex Pistols, banda que se dedicaría tenazmente a provocar el escándalo en la conservadora sociedad británica.

GROSE02727.JPGANARQUÍA EN EL REINO UNIDO

Como no consiguen trabajo para tocar en pubs, se introducen en los bailes de los colegios diciendo que son banda telonera o de relleno. Luego de meses consiguen tocar en el Marquee Club, donde son sancionados por hacer ingresar sobre el escenario chicas completamente desnudas y agredirlas con los instrumentos, práctica que pronto abandonarían. Sus presentaciones generalmente terminarían en desmanes, detenciones, batallas campales con la audiencia, con miembros de otras bandas y con la policía, siendo mucho más el escándalo que su música el que ocuparía un lugar de privilegio en su repertorio. La palabra punk y el nombre The Sex Pistols empiezan a leerse bastante en la prensa de rock y en las secciones de crónica roja de los diarios.

Luego de meses como vocalista de la banda, Johnny Rotten parece haber desarrollado una presencia escénica que gana personalidad, sorprendiendo con el desentierro de fragmentos oscuros y podridos de su mente. A ello se suma su aspecto de muerto viviente, su piel pálida y sus canciones tan duras como los mundos y situaciones que describe en ellas.

En octubre de 1976 la banda firma un contrato con el sello EMI para grabar su sencillo Anarchy in U.K.

El 10 de diciembre de 1976 son enviados a una entrevista en el show de televisión Today, en el cual el presentador los confronta con preguntas provocativas, a lo cual responden con insultos y violencia. La emisión es cortada y su presencia en cámara dura sólo dos minutos.

El anunciado “Anarchy Tour” por el Reino Unido se canceló en vista que la mayoría de municipios no concedieron los permisos para su presentación. Días después y luego de una corta gira por Europa, nuevo e inaudito escándalo de los Sex Pistols en el aeropuerto de Amsterdam: Son acusados de vomitar sobre una mujer de edad (una testigo dice que no puede repetir lo que vió).

Sid Vicious (nombre de nacimiento John Simon Ritchie / Beverley), quien inventó y puso de moda en el 100 Club bailar pogo [1] y que además es el baterista de la banda The Banshees, ferviente admirador de los Sex Pistols y amigo de Johnny Rotten, entra a formar parte de la banda en febrero de 1977 como bajista en reemplazo de Matlock, a quien se dice que una de las razones para echarlo, fue que escuchaba música de los Beatles.

EMI sacó de circulación el single Anarchy in UK y anuló unilateralmente el contrato con la banda, por lo cual pagó con gusto 25.000 libras de indemnización. En marzo de 1977 firmaron contrato con A&M Records, pero a los pocos días la firma discográfica los despide, con los discos de God Save The Queen listos para ser distribuidos. La razón: Agresión sexual a dos secretarias y destrucción de los lavabos del edificio de la compañía [2]. En mayo firmaron con Virgin Records y finalmente el single God Save The Queen se distribuye para su venta, pero todos los discos de los Sex Pistols tienen la prohibición de ser anunciados y difundidos por radio y televisión, prohibición existente también para presentaciones en vivo, por lo que son contadas sus apariciones fuera de estudio. Sin embargo, se dieron modos para hacer un gig (concierto) en una lancha de alquiler llamada irónicamente Queen Elizabeth, que se convertiría en una de las presentaciones más importantes de la historia del rock: Durante la fiesta mayor del jubileo de plata, la carroza real que lleva a la Reina Isabel II, se traslada junto con su corte del Palacio de Buckingham a la iglesia de Saint Paul. A la par del desfile, los Sex Pistols -que tienen prohibición de tocar sobre “suelo” británico- navegan por el río Támesis tocando su versión de God Save The Queen, un himno de nihilismo furioso, mordaz e irreverente. Sin abundar en más detalles, el incidente termina con Mc Laren arrestado, Cook hospitalizado y los demás golpeados. The Sex Pistols es silenciado por decreto en las radios y en las tiendas de discos, pero su tema God Save The Queen ya es un inmortal de la música rock.

Sex Pistols3insideSalen nuevamente de gira por Europa, lo que sirve para confirmar que el punk-rock es un fenómeno básicamente inglés. Los jóvenes europeos se visten, piensan y reaccionan a la manera punk simplemente porque es la moda, pero es muy difícil que puedan producir fenómenos de punk nacionales o locales con características originales.

En octubre de 1977 lanzan su primer, y a la postre su único álbum discográfico -el resto de grabaciones son recopilaciones de singles- Never Mind The Bollocks Here’s The Sex Pistols, uno de los álbumes más esperados en la historia del rock inglés y que a pesar de todas las prohibiciones e inconvenientes, llegaría en ese mismo año a la posición número uno en los charts del Reino Unido. Su primer corte es Holidays in the Sun, tema que inicia solemnemente con la marcha de un pelotón militar, para enseguida entrar con rabia la guitarra de Jones, el cual demuestra en esta canción y en el riff de Pretty Vacant que no son pocas sus habilidades con ese instrumento [3]. Anarchy in the U.K es la que nos enseña de mejor manera el sonido crudo y venenoso del punk, la feroz Bodies calienta aún más el álbum con su temática abortista, EMI es una explosión de odio hacia esa casa discográfica; mientras que God Save The Queen es un gran insulto a la realeza, tanto en su letra como musicalmente, pues aunque no es una versión del himno del Reino Unido de la Gran Bretaña, se lo considera como un sarcasmo de él.

Poco después, el inestable Sid Vicious intenta suicidarse lanzándose por la ventana de un hotel, pero es detenido por su novia y groupie Nancy Spungen, a quien los restantes miembros de la banda culpan de su estado avanzado de drogadicción y quieren que Sid deje el grupo, a pesar que en menos de un año, Vicious mostró ser el único con el mismo caudal de carisma, personalidad y publicidad que Rotten.

Inician su primera gira por los Estados Unidos -en la que son seguidos muy de cerca por el FBI y la CIA- con una pugna creciente entre Vicious y Rotten por ser los líderes del grupo. La gira termina abruptamente cuando Rotten anuncia el 19 de enero de 1978 la disolución del grupo. Vicious junto con Cook y otro músico siguen haciendo música bajo el nombre de la banda. El 12 de octubre de 1978 es asesinada su novia Nancy, siendo Vicious procesado como el principal sospechoso. Muere por sobredosis de heroína y otras drogas a los 21 años de edad en New York, un día después de su excarcelación bajo fianza, en el baño de la casa de un amigo que hacía una fiesta.

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Nancy y Sid

REFLEXIONES SOBRE EL NIHILISMO PUNK

En 1976 la crisis económica provocada por el aumento brutal del precio del petróleo después de la guerra árabe-israelí de 1973, es un duro golpe para los países occidentales. Gran Bretaña mira decaer gravemente los bastiones de su economía. Los precios suben, los sueldos se congelan, el desempleo aumenta dramáticamente y la sociedad británica debe hacer frente a una ola de desesperanza colectiva.

En este estado de cosas, para los jóvenes no queda nada más que una indemnización de desempleo y pequeños trabajos. En el seno de esta juventud desocupada, inculta, violenta y desesperada, es donde la respuesta a todo el complejo y confuso panorama, va a nacer y crecer.

Sería demasiado generoso hablar de un pensamiento o una filosofía punk. El movimiento punk fue únicamente un fenómeno contracultural con una propuesta ideológica de ruptura, al que se lo caracteriza por su abierta incitación a la revuelta, agrupó a los elementos más jóvenes de entre los marginados de los grandes monstruos urbanos llamados ciudades, que tuvieron una visión del mundo pesimista y llena de negaciones, sin proponer nada sustitutivo. No al futuro, quemar el presente, ser punk: La muerte joven. El paso del tiempo es el antídoto contra el movimiento punk.

Y en la parte musical, para los jóvenes también murió el rock, entendido como la sociedad elitista de la industria del rock, desentendida de las realidades del pueblo y conformada por un puñado de estrellas mundiales que hicieron del rock su club privado, por lo que también habrá que destruir el orden establecido del rock. Autodestrucción, automutilación, motines, anarquía y ruido infernal alimentados por la prensa y la industria del rock fueron el espectáculo que llenó los bolsillos de los periódicos y de las casas discográficas mientras la juventud más vulnerable se consumía en el establishment [4]. Ha llegado nuevamente el momento de la blank generation (generación vacía) presente en diversos momentos de la existencia del rock (ejemplo: El hippismo, el grunge), para según la visión punk, sacarlo del hueco en el que se encontraba.

Esa juventud ignorante, predelincuente y ociosa por obligación, será la que tenga la capacidad de producir la primera revolución musical rock auténticamente blanca, puesto que la música punk es autónoma de la música negra que creó el rock [5], ya que no está regida ni siquiera remotamente, por la estructura armónica de tres acordes que el rock había tomado hasta ese entonces del blues. La música punk está mucho más cerca de las baladas inglesas y de las cantilenas escocesas. Cuatro años de tormenta punk bastaron para terminar con el dominio del rock clásico, al menos por un corto tiempo.

El sonido de los punks era muy duro, crudo, rápido y saturado, en ese sentido similar al hard rock, lo cual podría considerarse como su única concesión al rock clásico. Tocaban con un equipo mínimo, usualmente barato, pocos arreglos, coros simples, formas de cantar más expresivas y compulsivas que de calidad. Es más una actitud que una música. Sólamente algunos grupos punks lograrían evolucionar hacia una pericia musical mayor (The Clash, Joy Division, The Damned) pero ninguno en su estado puro sobreviviría más allá de 1979. Todos los punks de los orígenes se convirtieron a la “new wave”, abandonaron la lucha o se disolvieron, haciendo realidad de cierta manera, una profecía de Andy Warhol: “En el futuro todos serán famosos quince minutos”.

Lo que nadie pudo ni podrá quitarle al movimiento punk en general, y a las bandas punks en particular -en especial a The Sex Pistols- es su total autenticidad, obtuvieron desde un inicio la credibilidad del público ya que su tormento era real, basado en sus experiencias de vida.

La música punk influyó de manera determinante -y lo sigue haciendo- en el desarrollo de la música rock: En los 80’s especialmente en la música new wave y post punk, en los 90’s y en el siglo 21, en la conformación de un montón de bandas con buena parte punk en su repertorio (Green Day, The Offspring, Sum 41, The Hives, Blink 182, NOFX, No Doubt, Yeah Yeah Yeahs, entre algunas de las más conocidas) y también en el sonido de muchas bandas grunge, en especial Nirvana.

[1] POGO: Baile que consiste en dar pequeños saltitos sucesivos empujando a los que están alrededor hasta que una parte de la pista se cae al suelo y la otra comienza con los juegos de manos.
[2] Se supo con certeza que otros artistas del sello A&M encabezados por Rick Wakeman (YES), Karen Carpenter y Peter Frampton, hicieron una petición amenazante: “O nosotros o ellos”.
[3] Para la revista Rolling Stone “Holidays in the Sun” es la canción # 43 entre las 100 mejores canciones de guitarra, mientras que “Anarchy in the U.K.” y “God Save the Queen” se ubican en los puestos 53 y 173 respectivamente, de entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
[4] ESTABLISHMENT: El estado de cosas que se vive. Lacoyuntura en un momento determinado. El sistema vigente.
[5] En un inicio, los punks rechazaron el término punk-rock, por su inmenso odio al rock clásico.

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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

Rock en Seine

rockenseine

Fotos y Texto: Santiago Rosero

– París, 2013

Viernes 23 de agosto. Son las últimas horas del verano, las chicas siguen vistiendo ligero y hacia las siete de la tarde en el parque Saint Cloud, en las afueras de París, hay unas 30 mil personas enfiestadas -con cordura-. El lugar fue concebido en el siglo XVII por el paisajista de Luis XIV y está clasificado como monumento histórico por la belleza de su vegetación, quizás por eso la fiesta mantiene una compostura soberana.

En el escenario principal, Tame Impala está en la mitad de su show. Hay mil capas de sonidos etéreos condensadas en la única canción que puedo escuchar. El sonido, nítido, alcanza como para un estadio. La introducción, que parece no acabará nunca, salta de pronto a un traqueteo dance y, entre el público, lo que era un mausoleo contemplativo se convierte en una pista de baile. Los comentarios dirán más tarde que a los muchachos les queda bien la etiqueta de nuevos prodigios de la psicodelia.

Hay que moverse, en la tarima llamada La Cascade, Alt-J está por empezar. Para llegar allí hay que atravesar 500 metros de puestos de cerveza, kioskos de comidas del mundo, jardines de descanso, salas de atracciones: un campamento vacacional para hipsters.

RES05A las 19h45 aparece el grupo, manos arriba el teclista para formar con índice y pulgar el triángulo de su logo. El concierto empieza como el disco, con los tres primeros temas: Intro, Interlude y Tessellate. El público, compuesto mayoritariamente por jóvenes que apenas superan los veinte años, desata el entusiasmo desde el primer acorde, pero el entusiasmo se estanca hacia el quinto tema porque a pesar de no haber continuado con el orden del disco –el haberlo hecho hubiera condenado el concierto al sopor-, el sonido permanece tan limpio y calculado como si saliera de un reproductor. Las armonías vocales son perfectas; la batería, sin un solo platillo, lleva el beat con la caja y alterna con una campana y una pandereta. Los dos toms suenan enormes, el bombo se siente en el estómago. Todo bien, salvo que si no fuera porque el teclista ensaya para el público un par de frases en francés y porque el bajista, con su copete casi albino y sus estirones culebreros, recuerda a un Thom Yorke juvenil, aquello parecería un concierto de cámara.

En vivo se esperan versiones distintas, arreglos variados, medleys, remixes, aullidos, pero los ingleses, a pesar de que ellos también apenas superan los veinte, se esfuerzan por mantenerse austeros. Pero el público aguanta, el público no exige. Y por ahí no faltará la bandera de México. Montado en los hombros de otro, el güey sacude su tricolor intentando sacarle una sonrisa al cantante, pero éste, adusto y ensimismado, ganado unos años con su barba colorada de dos meses, ni lo regresa a ver y sigue, eso sí, templado con su magnífica voz constipada. Alt-J toca perfecto, pero la perfección le anula el feeling.

En el escenario principal, desde las 20h45, cuando la noche ha caído y las luces ya son escenografía, está Franz Ferdinand. Han revivido. Sus riffs pueden sonar gastados, pero suenan duro. Una hora y veinte minutos de concierto, hit tras hit, alargando los finales para alargar el deleite. Si Joe Newman, el pelirrojo inglés cantante de Alt-J se mantuvo en su burbuja, el pelirrojo escocés de Franz Ferdinand juega al borde de la demagogia. This is fire, Take me out, The dark of the matinée y más éxitos, uno tras otro en un popurrí sin cortes, sirven para manejar al público a su antojo, haciéndolo corear –eeeo, eeeo– y explotar cuando las luces y las distorsiones de la guitarra de Nick McCarthy también explotan. Franz Ferdinand maneja un show de 220 voltios, puro rock and roll en la cancha. Al final, sobre Outsiders, los cuatro miembros, baquetas en mano, le atacan a la batería como en una pieza de stomp demente. Se merecen la ovación.

RES07Al escenario llamado Industrie, intermedio en tamaño y en potencia de sonido entre el principal y el de la Cascade, el decorado del entorno le da un garbo ceremonial: hay estatuas renacentistas y una pileta majestuosa con caídas de agua que alguna vez sirvieron para el disfrute de los reyes. Sobre la tarima, Hanni El Khatib, con sus tatuajes californianos y su penacho rockabilly, pone el contraste sin saberlo. Su ascendencia palestina y filipina le han dado buena prensa, así como la buena recepción de su reciente disco Head and the dirt, producido por Dan Auerbach de los Black Keys: carrasposo y denso, puro rock and roll y garage. El Khatib está en el epicentro de lo movida. Sus canciones se usan en publicidades de grandes empresas y antes de dedicarse por entero a la música era el director artístico de HUF, marca de ropa venerada por skaters. En vivo, sin embargo, donde se da la cara, su sonido es pequeño, su guitarra, su voz y su banda suenan genéricas, anodinas. La música no supera la propaganda. La buena actitud no parece suficiente.

El cierre. Llevando al extremo su alemanismo, Paul Kalkbrenner empieza antes de la hora señalada. En el escenario principal hay 20 mil personas con el ánimo agotado. El Dj tiene el beat seguro, pero es siempre el mismo: 125 bpm (+-) en un tecno sin mayores sorpresas. En las pantallas hay cohetes, lluvia de estrellas, una galaxia de luces pixeladas, pero será quizás la hora de la noche o que la gente está sobria, pero la fiesta no cuaja. El espíritu de Berlin calling no emociona en París. Paul Kalkbrenner, sin embargo, camiseta del Bayern Munich con el 10 y su apellido en la espalda, está hecho una fiesta.

La primera jornada del Rock en Seine 2013 termina sin convencer del todo, pero la locación, las comodidades del festival y la vibra veraniega que se goza hacen que el desenlace se sienta bien. La gente camina con orden y disciplina hacia el tren. Parece que saliera del teatro.

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El Pasado Imperfecto de Amanda Vizén

Talking Heads, la música muchas veces no necesita ser entendida

talking-heads_insideIdeas musicales vanguardistas y evolución creativa desde el “Art Rock” hasta la “World Music”  

Por: Santiago Endara 

”La música muchas veces no necesita ser entendida, simplemente te afecta, sin saber por qué” – David Byrne

”Nosotros no hacemos música, la música nos hace” – David Byrne

 

Mejores Discos

Talking Heads: 77 (1977)

More Songs About Buildings and Food (1978)

Fear of Music (1979)

Remain in Light (1980)

 

Chico raro… adulto raro.

Cuando era niño, David Byrne casi no hablaba con otras personas y era tan retraído que sus conocidos lo describirían como un chico en los límites del autismo y definitivamente dueño de una personalidad bastante enigmática. Cuando tomaba una guitarra o cualquier otro instrumento se sumergía en él por horas y horas ajeno a lo que pasaba a su alrededor y años después, en una entrevista, David diría que al subir al escenario como líder de los Talking Heads, su timidez o cualquier tipo de incomodidad quedaban en el olvido, sea esta una crisis nerviosa o la peor de las gripes.  Cuando vemos los conciertos de los Talking Heads, reparamos enseguida que, en efecto David Byrne nunca dejó de tener una personalidad bastante particular y eso fue un ingrediente adicional que dio incluso más atractivo a uno de los grupos trascendentales de la historia del rock.

 

TalkingHeadsinsideBuscando “dejar una marca”

Justamente, ser uno de los grupos más trascendentes en la historia del rock, o “dejar una marca” es lo que Tina Weymouth, la bajista del grupo, mencionó en una de sus primeras entrevistas cuando le preguntaron qué quería alcanzar con los Talking Heads.

Hoy en día el grupo neoyorkino es en efecto considerado como uno de los más importantes de la historia, tanto por la calidad de sus discos como por la forma creativa y aventurada con la que elaboraron sus trabajos, especialmente aquellas obras que salieron al público entre 1977 y 1980.

La música de los Talking Heads creció de forma orgánica, igual que el grupo.  En el excelente video documental “Chronology”, del año 2012, somos testigos de la evolución de la banda desde un trío con un sonido bastante minimalista hasta un combo de más de 12 integrantes frecuentemente con dos bajos, varios sintetizadores, batería, congas y demás instrumentos y coristas.  Esta evolución fue principalmente fruto de los intereses personales de David Byrne, quien desde un inicio se vio crecientemente atraído por sonidos y ritmos ajenos a los estándares del rock, sean estos afro-americanos, africanos o afro-latinoamericanos, los mismos que encontraron un espacio cada vez más preponderante en los discos del grupo.

Estilo vanguardista y estética “arty”

Los Talking Heads surgieron en una época de explosión creativa en la ciudad de Nueva York.  Desde sus inicios en 1973 hasta el lanzamiento de su primer disco en 1977, la banda vivió en una ciudad que albergó varias explosiones musicales de diferentes estilos.  En el interesante libro de Will Hermes “Love Goes to Buildings on Fire: Five Years in New York That Changed Music Forever”, el autor hace una crónica de todo lo que pasó en varias escenas neoyorkinas, desde la época de oro de la salsa, pasando por el jazz, el disco y la escena del club CBGB.  Los Talking Heads formaron parte precisamente de la camada de grupos que salieron del CBGB en la misma época que Patti Smith, Los Ramones y Television.  A pesar de que los grupos antes mencionados tocaban en el mismo local, su música y estilo diferían mucho.

Debido a que compartían escenario en Nueva York, a alguien se le ocurrió la idea de que la banda liderada por David Byrne podría ser buena compañía de Los Ramones y los embarcaron en el mismo tour por Europa, lo cual solo sirvió para marcar más las diferencias entre ambas agrupaciones. Mientras los Ramones se sentían muy mal en Europa porque extrañaban la comida estadounidense, no había juegos de Baseball y no les gustaba ir a museos, los Talking Heads, como buenos estudiantes de arte, estaban apasionados por los museos e interesados en aprender y experimentar cosas nuevas que poco a poco también fueron incorporando a su música.

Desde un inicio Talking Heads se quiso presentar como un grupo diferente a la norma de su tiempo.  Encerrados en una época donde el punk, el rock progresivo y la música bailable se dividían el mercado musical, la banda liderada por David Byrne se mantuvo alejada de cualquiera de estas escenas.  De hecho, es interesante reparar en la ropa y cortes de pelo de sus integrantes, que resultan bastante inusuales para la época ya que ninguno adopta un look de “estrella de rock” sino que al contrario, se ven de lo más normal.  Tanto así, que el look y la actitud en el escenario de David Byrne fue calificada como “es un tipo con una apariencia tan normal que incluso llega a parecernos un poco anormal” y si se mira en perspectiva, su actitud sobre el escenario nos recuerda a veces a un personaje que por ser totalmente promedio resulta también algo inquietante, más o menos al estilo Sam Lowry del film “Brazil” de Terry Gilliam

La voz de David Byrne fue siempre un punto a destacar, ya que la misma es muy particular y tiene una mezcla de falsete con un aire algo desesperado que no siempre mantiene el tono a la perfección y pone en evidencia que el dueño de la misma es un personaje bastante sui-géneris.  Una mirada entre penetrante y extraviada termina de complementar esa personalidad “rara” que el artista proyectaba sobre el escenario o en los videos.

Los discos de los Talking Heads son todos un escalón evolutivo en una escalera que va desde un sonido mayoritariamente asociado al “art rock” hasta la adopción total de un sonido de combo bailable con influencias africanas y latinoamericanas.

 

Talking+Heads+inside“Talking Heads: 1977” y el inicio de sus grabaciones

El álbum debut “Talking Heads: 1977” empieza con “Uh-Oh, Love Comes To Town” una canción que mezcla un aire funk con la inusual voz de David Byrne y arreglos de xilófonos que nos dan a entender desde un inicio que el grupo desea abordar la nave de la experimentación musical.  Sin embargo, si se puede calificar de alguna forma a este disco, sería un clásico ejemplo de “Art-Punk” o “Art-New Wave”, y definimos el prefijo “art” como un deseo por extender los límites del rock en base a composiciones que incorporen elementos de otros géneros, como en este caso el funk, algo de jazz y un primer asomo de lo que en nuestros días los angloparlantes llaman “World Music” para referirse a música tradicional o étnica.

Otro aspecto que ubica a los Talking Heads dentro del espectro de banda de rock “artística” son sus letras, las mismas, que por ejemplo en la conocida canción “Psycho Killer” incorporan versos en francés, o que por ejemplo en el caso de “I Zimbra” incorporan algunas líneas del poeta Dadaísta alemán Hugo Ball.

En 1978 fue lanzado el disco “More Songs About Buildings and Food” el mismo que empieza ya a adoptar ritmos inusuales e instrumentación y efectos poco ortodoxos para la escena rock. Este sonido particular se logra entre otras razones por el novedoso trabajo de producción ejecutado por Brian Eno.  La fascinación de la banda por ritmos afroamericanos se demuestra entre otras cosas con la adición del cover “Take Me To The River” de Al Green.

Es interesante ver también como la personalidad de David Byrne tanto sobre el escenario como en los videos fue aplomándose para ir desde un inicio como un tipo tímido y retraído en el escenario hasta transformarse en un líder de banda que anima los conciertos con pasos de baile bastante inusuales pero muy divertidos al mismo tiempo.

“Fear of Music” y “Remain in Light”

1979 fue el año de lo que es para muchos, el mejor disco de Talking Heads, “Fear of Music” el mismo que en efecto es una obra maestra del rock contemporáneo.  El disco abre ya de forma franca con una canción de claros tintes africanos y los primeros versos suenan como un canto tribal subsahariano, pero en efecto son, como se mencionó unas líneas atrás, extractos del poema dadaísta “Gadji Beri Bimba”.  El disco “Fear of Music” ha sido analizado de forma muy completa e intensiva en el excelente libro del mismo nombre por el crítico Jonathan Lethem, dentro de la famosa colección de análisis de discos “33 1/3”

Con “Remain in Light” de 1980, los Talking Heads alcanzaron para muchos su cénit creativo y artístico. Este disco de apenas ocho canciones en efecto también se alza como uno de los mejores discos de los ochentas por la consistencia que demuestra en su propuesta artística.  Las canciones se empalman perfectamente la una con la otra en un paisaje musical que nunca pierde ni interés ni frescura.

 


Ultimos discos y separación

Tras “Remain in Light” David Byrne se concentra por algún tiempo en colaboraciones con su productor, Brian Eno y juntos sacan un par de discos de contenido interesante. Entre 1983 y 1988, los Talking Heads sacan 4 discos que tienen una serie de altibajos y demuestran un poco el agotamiento del concepto del grupo, pero que sin duda son también trabajos interesantes, especialmente “Speaking in Tongues” de 1983,

 

talking-headsinsideLos Talking Heads influenciaron a muchos grupos en los ochentas y noventas, donde se destaca Radiohead, grupo que tomó su nombre de una de las canciones del disco “True Stories” (1986).  Asimismo se puede ver a muchos grupos de la escena neoyorkina de principios del S. XXI con una estética muy similar a la de los Talking Heads.

Tras la separación oficial del grupo, David Byrne siguió su proceso de descubrimiento de la “World Music” donde se puede destacar su disco “Rey Momo” (1989) en el cual intenta ritmos como el merengue o la salsa con resultados novedosos pero a los que les falta ese “sabor” que debe tener la buena música caribeña.  Otro proyecto interesante de Byrne es su papel de curador de varias colecciones de música brasileña, como “Brazil Classics”, una colección de canciones de artistas vanguardistas destacados, especialmente relacionados al movimiento “Tropicalia”. Estos discos son un aceptable punto de partida para un neófito mercado anglosajón interesado levemente en la música brasileña, pero podrían ser mejores con un poco más de conocimiento del músico sobre un mayor número de artistas de la escena del MPB (Música Popular Brasileña).

Los Talking Heads fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock en el año 2002 y si bien se reunieron para tocar unos cuantos temas, no hay reunión permanente ni tour en la mira inmediata.  Por el momento Byrne sigue muy activo en el mundo de la música en colaboración con otros artistas y en el año 2012 saco el disco “Love This Giant” con la artista St. Vincent.

¿Cuál es la mejor canción de los Talking Heads, cuál es su mejor disco? Esas son preguntas difíciles de responder, pero no hay mejor forma de decidirlo que tomar sus discos y oírlos con atención.  Sin duda será una actividad muy divertida y en el proceso descubriremos algunas de las mejores canciones de la historia.

 

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