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El rock no te paga con rock si eres mujer

El rock no te paga con rock si eres mujer

janisDías antes de darse a conocer el caso de Polina Cold y Efraaín Granizo (Van Fan Culo), reflexionando sobre el caso Aldana (El Otro Yo), se terminó de escribir esta columna de Vanessa Bonilla sobre cómo el machismo y la violencia de género existen incluso en espacios tan progresistas como el rock. Hoy, hablar de este tema resulta más que necesario #yanonoscallamosmas

Por: Vanessa Bonilla / @isadorabo

Soy bastante ecléctica con la música. Mi vida misma es como un soundtrack amplio, cada acto, cada recuerdo, cada amor, cada amigo, cada decepción, cada locura, todo tiene su canción. Esta semana un amigo me preguntó cuál es mi artista o banda favorita y no pude responderle. En cambio, empecé a contarle cómo la música ha atravesado mi vida: de niña mi casa se llenaba de Jefferson Airplane, Chico Buarque, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Fleetwood Mac, Led Zeppelin y más. Luego, en el intento por encontrar (me) coquetee con el rock, el punk, el hip hop, el hardcore, la música alternativa. La búsqueda vino acompañada de decenas de conciertos, programas de radio, y mi paso por la universidad.

Le di varias vueltas al asunto y le respondí «mi favorita de todas: La Janis, y «Summertime”», esa canción me ahoga en lágrimas de emoción desde siempre, aunque su traducción la supe en la pubertad. Entonces mi curioso amigo me recomendó ver el documental Janis: Little Girl Blue (2015), así que corrí a verlo y me perturbó tanto. Amy Berg se adentra en los recuerdos de Janis usando la voz de Cat Power, habla con su familia, sus amigos, sus bandas, recupera cartas que la cantante intercambiaba con sus padres, conversa con sus amores y desamores. Pero sobre todo, hay una frase que me desconcertó, y que al mismo tiempo explicaba cómo era ser mujer en el escenario musical de los años 60, además de formar parte del movimiento de paz y amor, enganchada a las drogas y en un permanente búsqueda de libertad: “¿Por qué los chicos de la banda se van a casa con esas chicas y yo me voy a casa sola?”, decía Janis.

Más tarde leía en el diario El País que, Charlie, Felicitas y Ariell acusaron de abuso sexual, corrupción de menores y transmisión de enfermedades a Cristian Aldana, de la banda argentina El Otro Yo, vi el desgarrador video de #yanonoscallamosmas y supe que la Cámara Nacional rechazó el pedido de excarcelación que había presentado la defensa de Aldana, quien está detenido desde el 23 de diciembre y que se ordenó su procesamiento con prisión preventiva y embargo de sus bienes. En ese momento recordé los conocidos casos y declaraciones misóginas de los argentinos Juanse, Pappo, Ciro Pertusi, Gustavo Cordera, Miguel Del Pópolo, entre otros.

Y en este caminó rememoré mi propia historia: ser mujer en el rock. A lo largo de este viaje hice amigos, ya que la mayoría de quienes componían el mundo del rock eran hombres, la relación con las mujeres era de 10 a 1. Creo que he ido a conciertos desde los 13 años, sola o acompaña, pagando entrada o retaqueando, ganándome entradas en la radio y más tarde como personal de prensa, realmente nunca me dio miedo estar sola o ser fan de alguna banda, pronto lograba hacer amigos que me quisieron y me cuidaron siempre. Pero también recordé que en el mosh había algún chico que te agarraba las nalgas (para mostrar quién manda ahí) o intentaba algún movimiento cuando ibas al baño. Digamos que casi siempre salí ilesa, aunque un par de veces fui acosada, me intentaron besar sin mi consentimiento; unos personajes del rock (promotores, locutores, músicos) aprovechaban la cercanía y te cercaban, afortunadamente puede manejarlo, pero al mismo tiempo, escuchando estos testimonios sobre Aldana, pienso que alguna no logró zafarse del asunto, que por ahí hay un violento y varias violentadas. Así que este texto también termina siendo un descargo de culpa.

Y sí, el espacio del rock a pesar de ser “liberador – alternativo – contracultural” también reproduce el machismo, el hombre cree que es dueño del cuerpo de la mujer y de sus decisiones, sólo porque es hombre. Cree que al ser un rockstar puede imponer reglas, y si no te gusta, se autocomplace pensando que hay una fila de niñas que están dispuestas a lo que tú te niegas. También hay un intento por construir a la niña débil que necesita un rockero salvador o la femme fatal que decide sobre su cuerpo, que tiene sexo cuándo quiere, con quién quiere y cómo quiere. Después de todo algo me queda muy claro: el sistema patriarcal se come todo, está por encima de todo, que nosotras podemos estar en permanente resistencia, pero las violencias físicas y emocionales permean a cuenta gotas o violentamente, esas resistencias.

Por años imaginé que estas violencias eran aisladas, que me pasaba a mí porque yo lo había provocado, tal vez había dado mucha confianza o enviaba señales confusas, culpándome de algo que descubrí es un fenómeno estructural y que se multiplica en muchos cuerpos femeninos juveniles. Janis en los 60’s construyó un “ser masculino” para poder encajar y destacar con fuerza en un espacio liderado por hombres. Charlie, Felicitas y Ariell se llenaron de fortaleza y lograron romper el círculo de violencia y silencio; y yo, me fortalezco cada día con mujeres como ellas, como mis amigas – hermanas que día a día resisten y rompen el silencio; y también por las mujeres y niñas que mueren víctimas de violencia de género, que son violentadas física, sexual, emocional, psicológica o económicamente, porque sus historias nos han permitido a muchas decir ¡BASTA, NO MÁS!

No quiero caer en la figura de la mujer víctima, incapaz de decidir sobre su cuerpo, o despojado de valentía; pero quiero dejar claro que hay una vulnerabilidad de género, que el hombre rockstar ostenta un lugar de enunciación que le permite dictaminar reglas y abusar del poder que permite este lugar privilegiado, así como también puede construir solidaridades, ser compañero, tener conciencia de género y ser consecuente desde su discurso hasta sus actos, conozco a muchos. Es solo cuestión de romper y ser realmente rebeldes, contraculturales y libres.

Empecé esta historia justificando mi pasión por la música desde mi niñez. Porque en mis 33 años siempre he tenido que demostrar y probar mi palabra, porque soy mujer y lo que digo está en tela de juicio, porque si hice radio, si tenía pases de cortesía para conciertos, si un profesor destacaba mi trabajo académico, si mis amigos eran tal o cual, siempre, siempre recaía sobre mí la duda de los favores sexuales o un interés sexual escondido por parte de quienes estaban a mí alrededor; o simplemente porque soy mujer y lo que digo, escribo o hablo debe ser verificado. Así transito aún mi vida por el rock y cotidianidad, pero ahora soy menos ingenua y más fuerte.

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ASTRO: Una luz brillante desde el Cono Sur

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Por: Darío Granja | @dxgranja / Fotos: Pablo Donoso

Creadores de un propio universo musical  en donde la única regla es la libertad creativa. A pocos días de desembarcar en Ecuador,  Andrés Nusser, piloto de este viaje sónico llamado Astro, habló con Plan Arteria para comentarnos sobre su visión sobre la música latinoamericana,  el proceso creativo detrás de cada disco y cuál será el nuevo camino que guiará el futuro de una de las bandas más excitantes del cono sur.

Desde su primer trabajo Astro recorrió de forma activa varios puntos de latinoamericana, ¿Cómo se generó este efecto tan repentino de circular por la región?

El primer EP tenía que ver con mucha música que estaba pasando en ese momento, como Empire of the Sun, MGMT y bandas de idioma anglo que gustaban a la gente. Justo ese EP estaba bastante referenciado con ese trabajo. Además venía muy fresco y con mucho contenido nuestro. Resultó que la banda si bien tenía sus fallas en vivo y no tocábamos perfecto, si tenía una energía muy interesante. Entonces el show en vivo era algo muy divertido de ver en ese entonces y sigue siendo ahora. Entonces sucedió que de pronto nos comenzaron a llamar desde México. Fue súper sorpresivo, fueron cosas que no las esperabamos.

También en la época que sacaron su primer EP hubo un boom de la música chilena. Una nueva generación que sorprendió por la frescura de sus propuestas musicales  ¿Cuáles crees que fueron las causas para que suceda este fenómeno de forma conjunta?

Es muy difícil apuntar a una sola causa. Sucedieron muchas cosas al mismo tiempo, por ejemplo que en Chile hay muchas escuelas de música. Otra razón es que Chile ya tiene una generación un poco libre de la dictadura y hay una expresión artística más abierta. También en ese momento del boom de la música chilena a la vez hubo un boom económico en el país, lo que significaba que la gente podía ir a más conciertos. Abrieron más salas de conciertos y los artistas podían financiar su trabajo. Fue como un 360 de cosas que venían pasando. Pero la razón principal es que se generó como una nueva industria. Había muchas bandas y artistas, nuevos sellos, nuevos managers, además del fenómeno de internet. Todo comenzó a cuajar en conjunto. Todo esto agarró un vuelo, se complementó así mismo y resulto en algo bonito. Y aunque Chile es un país donde por ejemplo los tickets para llegar a México o España son muy caros, estos países comenzaron a llevar bandas chilenas.

Hay una relación interesante entre Chile y México. Más allá de que México sea el mercado latinoamericano más importante, algunos artistas chilenos nos han comentado sobre esta conexión.

Sí, me parece que el público mexicano entiende bien de raíz a la música chilena, así como el chileno entiende, quizás no toda la música mexicana, pero si los grandes de la música mexicana como por ejemplo Café Tacvba, que fue una banda que pegó muy fuerte aquí en Chile hace algunos años atrás. Paralelamente Los Tres pegaban muy fuerte en México en esa misma época. Café Tacvba para mi fue una influencia gigante cuando yo tenía 13 o 14 años. A nivel musical yo le debo mucho al disco Re, por decirte algo. Me parece que México definitivamente es un país que influencia a todo el cono sur con su música. También sirve de puente con lo que viene de Estados Unidos. De alguna manera es como un colador, un latinizador de lo que pasa en Estados Unidos y luego lo chorrea al cono sur. Además en Latinoamérica, en término de mercado, creo que México es el único país sustentable. Donde tú puedes girar exclusivamente ahí y vivir bien de la música.

Astro posee un imaginario propio en sus letras. ¿Cómo se construyen las letras de la banda?

Sin manuales, con libertad. Quizás hay alguna idea preconcebida, pero todo nace muy libremente de esa idea. De hecho eso es algo que nos puede jugar a favor o en contra depende del punto de vista que lo mires. Porque hay gente que no entiende nuestras letras y dicen «estos locos están hablando pura huevaa». Pero yo abogo a la libertad creativa, no a la cantidad de hits o de gente que le guste.

andresastroEn algunas entrevistas también mencionas que sacas mucha influencia de las cosas que estas leyendo cuando compones cada disco.

En Chicos de la Luz por ejemplo todo lo que estaba leyendo tenía que ver con crecimiento personal o meditación. Leí casi todos los libros de Osho por ejemplo. Por eso habla tanto de meditación y ese tipo de cosas. En el disco anterior, el homónimo Astro, no tuvo tanto que ver con la lectura sino con la idea de lo que es el sur del Chile. La flora y fauna de esta región. Y en Le Disc de Astrou, nuestro primer Ep, tiene que ver más con los amigos y a imaginarios locos que salían de la relación con ellos. Ahora estamos empezando a componer otro disco, y es loco pero parece como que este disco va a volver a temas de la amistad. Las primeras letras que están saliendo están hablando casi solo de eso.

¿Cómo es el proceso de composición de letras y la música? ¿Qué llega primero?

Normalmente la música es primero, casi en todos los casos. Pero siendo un poco más específico, la forma de hacer las canciones y de producir ha cambiado bastante en los tres discos. El primer disco es uno de canciones, el segundo es más experimental y el tercero es netamente como de laboratorio, como de estudio. El que estamos preparando ahora, que es un material que grabaremos este año, nuevamente vuelve a rescatar el espíritu del primero. Empieza desde la canción y no desde la producción.

A nivel composición, tu eres la cabeza de Astro. De lo que conozco sé que es un proceso en el cual primero tú experimentas sólo la música para luego llevarla a ensayo con la banda. ¿En esta nueva producción vas a mantener esta forma de trabajar?

La verdad, Chicos de la Luz es el último disco que haremos de esa manera. El próximo está muy divertido porque el plan de grabación será irse a una casa del sur de Chile y encerrarse ahí durante un mes y medio. Lo que yo voy a proveer es solo la canción, osea: los acordes, la melodía, letra y voz.  Luego el resto lo van a aportar los chicos. Va a ser la primera vez que vamos a empezar con más apertura para que cada uno componga la parte que quiera.

¿Cómo sientes este cambio a nivel de composición?

Me motiva muchísimo porque creo que debió haber sucedido antes. Lo que pasa es que todos estábamos bien cómodos con la figura de que yo hiciera todas las cosas desde casa, pero ahora hay más ganas generales de hacer las cosas al revés.

Me imagino que esta nueva forma de componer va a repercutir en los directos de Astro

Por supuesto. De hecho el directo de Astro se ha vuelto cada vez más rockero, las guitarras tienen más distorsión y a la batería de estamos dando más fuerte. A ese nivel Chicos de la luz se volvió un poco el antagonista del espíritu de lo que estábamos haciendo en vivo. Por eso estas ganas de producir el nuevo disco de esta manera. Yo creo que lo que va a pasar es que Astro se va a poner en una onda muchísimo más rockera y enérgica.

Justo que hablamos del tema del directo, hay como varios comentarios positivos sobre los shows de Astro. Para quienes no los hemos visto en vivo, ¿Cómo describirías un concierto de Astro?

Cuando todo está bien y todo alineado, los conciertos de Astro suelen ser una bomba de energía. Eso es lo que proyectamos o lo que sentimos los músicos cuando estamos tocando: es una bomba de energía, entonces también pensamos que eso es lo que siente la gente.

¿Cómo ven el estado actual de la escena musical latinoamericana?

Creo que tiene muchas cosas. Todavía hay mucha gente que redunda en hacer muchas cosas a la antigua, para mencionarte lo negativo primero. Pero luego me parece que realmente dónde se está volviendo entretenido es en la escena más electrónica. Por ejemplo con artistas como Nicolá Cruz, que es ecuatoriano. Es impresionante lo que hace. O Gabriela Jimeno, que es colombiana y tiene un proyecto que se llama Ela Minus, que he tenido la suerte de producir ese proyecto. Entonces ese tipo de propuestas, que son más electrónicas y de una persona, están como muy calientes. Entonces pienso que el futuro de la escena latinoamericana va enfocada hacia allá, en parte. O dúos como Chancha vía Circuito o el trío chilenos Matanza.

Existe una idea fuerte de que muchas bandas de esta generación tienen un discurso demasiado apolítico y que en un momento puede llegar a ser perjudicial en el sentido de no vincularse socialmente con su entorno. ¿Qué opinas sobre eso?

En Chile como que nos han criticado un poco por el nivel de apolíticos. Hay muchas bandas acá que tienen la bandera bien puesta con temas de contingencia social. Me parece increíble que lo tengan. La voz del arte y de la música es muy fuerte como para que no haya nadie usando esos canales para tratar de arreglar el mundo. Nosotros lo hacemos a nuestra manera, si bien nuestros discursos no son políticos, enaltecemos la naturaleza, por ejemplo. Tenemos un discurso ecológico. El último disco es un disco muy centrado en el ser humano. Las letras en un punto hablan de cómo sanarse uno mismo. Entonces creo que Astro si tiene una misión y la refleja en sus letras de ayudar al mundo, pero no necesariamente lo que tiene que ver con el último tema de contingencia social que está sucediendo en el mundo. Por eso de repente esa crítica que nos hacen acá de ser apolítico no es algo que me alegra mucho, porque no es justa.

Para finalizar si me gustaría saber qué tienen pensado para el futuro. Astro está en un punto interesante en su carrera. De aquí que viene.

Creo que no tenemos planes muy ambiciosos -mi manager estoy seguro que si jaja-, pero nosotros como artistas no tanto. Obviamente nos encantaría seguir tocando en festivales y seguir viajando, pero no vamos a cambiar nuestra música para que esto siga sucediendo. La única ambición que tenemos es entender cómo hacer mejor música entre nosotros. Cómo hacernos más amigos de manera musical entre los chicos de la banda. Y también siempre nos preocupamos en como mejorar en aspectos técnicos para que nuestros shows no fallen. Ese es nuestro tipo de preocupación, el poder mejorar nuestra calidad como artistas. El resto va de la mano.

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ESTEMAN: Un antihéroe pop sobrevolando Latinoamérica

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Por: Darío Granja | | @dxgranja

Todo comenzó como un ejercicio artístico de la universidad. De forma repentina se convirtió en un fenómeno viral gracias a un video. Los años pasaron, recorrió la región y grabó canciones con algunos de los exponentes más importantes del pop y rock en nuestro idioma. Ahora, busca en medio del caos, ser una de las voces más auténticas y frescas de América Latina.

En esta entrevista Esteban Matheus Williamson nos revela la identidad de Esteman, aquel antihéroe pop que de forma lúdica y con un puñado de hits busca reformular algunos estándares de la música latina y combatir los estereotipos que gobiernan el universo pop.

En muchas entrevistas has comentado que Esteman es tú álter ego. En ese sentido me encantaría saber ¿Qué diría Esteman sobre quién es Esteban Williamson?

Diría que es una persona muy perfeccionista y extremadamente sensible, algo que creo que se ve en las canciones. Que soy terco, muy obsesivo y adicto al trabajo, afortunadamente la música es algo que me ayuda a sacar esa parte racional y llevarla a través del arte en general. Y definitivamente diría que Esteban está influenciado por Esteman, y que Esteman está influenciado por Esteban.

Vienes a Ecuador a presentar tu segundo disco Caótica Belleza. De acuerdo a tus notas de prensa, este disco lo dedicas a Latinoamérica ¿Cómo fue tu acercamiento a la música latinoamericana para esta producción?

Fue un proceso muy bonito que viene desde Primer Acto, aunque en ese disco no estaba tan claro esta influencia, pero fue este trabajo el que nos llevó a viajar a festivales en México, Argentina y sobretodo a diferentes lugares de Colombia. Fue la música la que me dió ese acercamiento a diferentes culturas, al tema de compartir con otros cantantes de diferentes lugares de Latinoamérica y a untarme mucho más de géneros latinoamericanos que siempre me han llamado la atención pero que yo como músico no lo había experimentado. Por darte un ejemplo me influenció mucho el hacer música con Andrea Echeverri de Aterciopelados, que es una banda que a mi modo de ver logró integrar muy bien los ritmos y los sonidos propios de Latinoamérica con una propuesta rock. O también ver a Café Tacvba. Ese tipo de bandas me comenzaron a llamar mucho la atención y comencé a ser mucho más consciente de eso. Digamos que aunque sea un artista pop, estoy haciendo un pop alternativo que busca romper barreras, fórmulas establecidas, romper ese camino de lo calculado y de lo que es debido. Eso también me dejó Latinoamérica. Nosotros como latinoamericanos somos así, somos caóticos y fue esa caótica belleza lo que me hizo escribir el disco. Y no solamente hablando de la caótica belleza latinoamericana como esa identidad, sino también de una caótica belleza que a mi me define como artista, ya que soy un artista que nunca me ha gustado casarme con un solo género o influencia sino que me gusta deambular entre el negro y el blanco. Me gusta ser muy camaleónico.

esteman1En tus letras y declaraciones manifiestas una posición muy clara sobre la idea de ser un cantante pop masculino que está por fuera de los estándares prefabricados que en muchos casos maneja la industria musical. Si me gustaría que nos compartas un poco más sobre esta idea.

Digamos que ese siempre ha sido un tema importante para mi porque desde niño nunca me ha gustado seguir ese estándar. Siempre he sido el flaco que me ven en todos los videos y me encanta bailar libremente en diferentes canciones. Me impresiona que cantantes así sean muy pocos comunes en Latinoamérica. Entonces si es algo que me gusta resaltar. Y lo digo en mis canciones. No tengo la pinta de macho cabrón y nunca me interesará tenerla. Incluso dentro del mundo alternativo pasa, que siempre caemos en que los hombres tienen que ponerse a levantar chicas y demás. Obviamente yo juego con eso también pero lo hago desde un personaje, como lo hace Miguel Bosé, Adanowsky, Miranda o los mismos Babasónicos.

Sientes que esta idea de ser un cantante de pop atípico ha generado un efecto positivo en el público.

Si y mucho. Los que son muy seguidores de Esteman les gusta precisamente esa parte, porque hay canciones que hablan de aceptarse como uno es. Creo que es muy necesario porque vivimos todo el día mirando la televisión colombiana, la cual es terrible. Por ejemplo las telenovelas manejan un estereotipo de belleza que siempre es el mismo, los mismos videos de reggaeton son así. Incluso antiguamente en la industria de la música siempre se hablaba que cuando un cantante llegaba a cierto punto debía de verse y hacer algo de una forma específica. Creo que hoy en día las cosas han cambiado mucho, pero sin embargo en Latinoamérica o en el caso de Colombia estamos muy atrasados. Entonces no es que me quiera abanderar de ese tema, pero es una cuestión que me gusta aprovecharla, porque hay mucho para hablar al respecto y hay que hacerlo constantemente porque la televisión y muchos medios lo esconden, entonces está bien como sacarlo sin volverlo algo ridículo, sino hacerlo algo muy natural y espontáneo.

Pensaba que para muchas personas eres un artistas que tiene una postura bastante alternativa para ser pop, y quizás muy pop para ser alternativa. Quizás para mucha gente puede ser muy contradictorio esto.

Me ha pasado, esta pregunta me la han hecho porque la gente mismo lo siente. Hay canciones mías que en realidad son muy pegajosas, pero es porque me nacen de esa forma, no tengo más como explicarlo, es como que me fluye como artistas. Soy muy minucioso con las melodías, siempre voy a tratar de sacarle el máximo provecho a una melodía para que se me quede en la cabeza. Encuentro esa dinámica de pasar de un verso a un pre-coro que luego explote con el coro. Entonces ese carácter pop está clarísimos. Pero también me gusta tomar esa idea y desbaratarlo de alguna forma. A la final eso se ve en los show que hacemos. Yo tengo un grupo que me encanta que es Talking Heads, que me ha ayudado a integrarme con mi banda en el sentido que son grupos que por una parte son digeribles pero a la vez hay todo un concepto y una puesta de escena detrás. Admiro mucho la idea de juntar una propuesta escénica en particular, un personaje teatral con una gran voz. Eso me llama mucho la atención.

Por el éxito que tuvo ‘No te metas a mi Facebook’ me imagino que muchas personas simplemente te encasillan como aquel tipo del video viral. ¿Cómo fue superar ese fenómeno tan fuerte?

Pues yo creo que para mucha gente yo seguiré siendo el tipo de ‘No te metas a mi Facebook’ porque no han conocido más de mi música. Realmente esa canción nació con la misma idea y el mismo objetivo que salieron muchas otras canciones de ese momento. Lo que pasa es que era una canción que tenía ese doble filo. En mi cabeza era cómo “voy a hacer una parodia, me voy a burlar, voy a tomar a Esteman, que es mi antihéroe del pop para convertirlo en objeto de burla y burlarme de este tema”. Era puro sarcasmo. A mi no me importa que nadie se meta a mi Facebook y nunca me ha importado. De hecho lo que me preocupa mucho más es cómo hoy en día las generaciones cambiaron la forma de comunicarse. De pasar de algo tan real a algo que está completamente subido en una nube. Es una parodia de las nuevas generaciones, así de sencillo, ni siquiera es sobre Facebook. Lo que pasa claramente es que no deja de ser una sátira y es super pegajosa. Comprendo que haya gente que no lo entienda, nadie ha dicho que el sarcasmo es siempre claro. El buen sarcasmo es el que confunde un poco a la gente. Hay gente que definitivamente o no le interesa o no le gusto, y lo respeto. Pero para mi no dejó de ser una canción más que formaba parte de un repertorio que lo estaba construyendo en ese momento. Y también pasaba que en ese momento yo no hacía música que hablaba sobre mi, porque me daba miedo a nivel artístico. Ese fue un proceso que yo tuve que hacer. Esteman nació como un personaje desde que yo estudiaba arte en la Universidad de Los Andes en Bogotá y era una cosa que estaba atada a un proyecto de arte, música y performance. Así nacieron cuatro canciones de un demo. Todas tenían mucho humor y letras arriesgadas. Pero ‘No te metas a mi Facebook’ se comió todo. Fue como una bola de nieve gigante que creció. En ese momento yo estaba empezando. Pero después decidí ser muy fiel a lo que soy como artista y la misma música me lo fue demostrando. Yo empecé hablando desde lo colectivo y a medida que fue pasando el tiempo me fui quitando las diferentes capas de la cebolla hasta hablar de mi mismo y sacar esa parte que tengo, que soy muy sensible y muy romántico. Antes que ‘No te metas a mi Facebook’ ya existían muchas canciones que me han dado a conocer como: ‘Aquí estoy yo’, que canto junto a Andrea Echeverri o ‘Adelante’ que cuenta con la colaboración de Carla Morrison. Todas esas canciones ya existían, pero no hacían parte de lo que yo quería sacar en ese momento. Estaban guardadas en el baúl y todo fue saliendo poco a poco. Fue un proceso muy sincero de dejarme llevar a nivel artístico y no forzar las cosas.

esteman2Me gusta la imagen de un antihéroe del pop. ¿Qué piensa este héroe atípico sobre los vicios de una industria musical?

Es un asunto del cual me gusta hablar porque yo creo que para la gente que conoce la industria de la música no es secreto que tiene cosas muy dañadas y que están mal. Y yo trato de hablar sobre ello. El tema de cómo funciona la radio, que toca pagar para que a uno lo suenen o de lo que estábamos hablando, la idea de que algunas disqueras o empresarios exigen que un cantante se comporte de una forma para que se adapte a las necesidades del mercado. Pero la realidad es que vivimos en un mundo donde vemos que cuando una rompe esos esquemas a veces las cosas se dan mucho más. Porque la gente ya no traga un entero, la gente está un poco cansada de lo que siempre le ha vendido la televisión. Obviamente no todo el mundo. Seguimos viviendo en países que consumen lo que se venda en la novela. Pero llegó el internet y rompió un poco eso, rompió fronteras y la gente puede ver artistas que son humanos. Hoy en día estamos viendo como artistas pueden perfectamente llegar a grandes públicos siendo ellos mismos, con su físico y como son, dejando esa idea de que debo de vender la idea del Latín Macho romántico que siempre tiene que decir lo correcto. Pero es algo que lo estoy cuestionando constantemente. Afortunadamente he hecho muchos amigos en la música que piensan igual y uno encuentra ese escudo, esa unión entre los artistas que creemos en esto.

Vienes de una escuela que combina mucho una propuesta estética con lo musical, me imagino que eso se manifestará en tus conciertos en Ecuador…

Si, se va a manifestar la propuesta artística. Con mi banda tenemos un show preparado que es muy particular. Al inicio del show aparecemos todos bailando con unas máscaras. Hay un tema que está unido a las luces. En general es como un viaje a través de diferentes épocas y diferentes sentimientos. Hay canciones que son íntimas, otras que son de desamor, otras muy teatrales y otras muy sociales. A mi siempre me ha gustado la actuación. En general todos participan mucho moviéndose. Hay baile. La verdad no me queda más que decir que vayan al show en vivo. Creo que lo que más define a un artista es su concierto en vivo definitivamente.

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GUARDARRAYA: La identidad y la importancia de ser

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Por: Darío Granja | @dxgranja / Foto: Andrés Burbano

Un lunes en la noche. Un día relativamente tranquilo en la ciudad de Quito. Hay algo de niebla, el frío abraza la ciudad, en las calles poca gente camina y mientras muchos regresan a sus casas y se preparan para descansar, en una casa de Guápulo, un barrio donde habitan algunos miembros de Guardarraya, Álvaro Bermeo (voz) y Franco Aguirre (bajo) se preparan para un ensayo. Un encuentro más para seguir definiendo el camino de las canciones que formarán parte de su nuevo y esperado disco.

Luego de casi 15 años juntos, el instinto de tocar y reunirse sigue presente. Al igual que su música, una propuesta honesta y anisada que navega de forma libre por el rock, los sonidos latinoamericanos y la melancolía del pasillo, sus declaraciones también poseen un enorme grado de autenticidad. No hay necesidad de plantear discursos o promesas futuras, lo fundamental es seguir haciendo música.

A pocas semanas de que se realice El Carpazo, festival que Guardarraya encabeza y que simbólicamente representa el cierre de un ciclo marcado por su producción Quitarán di ahí, Álvaro y Franco nos responden algunas preguntas sobre el estado actual de la banda.

¿En qué estado se encuentra el nuevo disco de Guardarraya?

Álvaro: Para la última semana de este mes o la primera de abril tenemos previsto meternos a una casa que conseguimos en Cayambe para grabar en vivo lo que será la maqueta base. En referencia a esa maqueta se irá grabando el disco. Cacho que ese proceso, con la masterizada, la impresión y todo el trabajo que hay ahí, creería que estaría listo en dos o tres meses. Capaz antes, la verdad no soy el más ducho en esa materia. Hasta aquí hemos estado ensayando, haciendo arreglos, ese tipo de cosas. Tenemos hasta el momento unos 15 temas de los cuales mínimo van a ir unos 10 o 12.

Franco: El gusto por juntarnos a tocar sigue presente. Sigue el placer de hacer canciones, las cuales están siendo cuestionadas y analizadas con mucho detalle. Se está trabajando bien. Siento una consolidación en todo el trabajo y va a llegar en el tiempo que va a llegar. La gente va recibir aquello en lo que cree.

Ya han tocado en vivo algunas de las nuevas canciones.

A: Algunas, pero casi nada. Chuchaqui ya la hemos tocado en vivo. En Sesiones al Parque grabamos dos nuevos temas que estarán en el disco que se llaman: La Diabla y Samba Surreal.

En lo que respecta a las nuevas canciones, ¿Qué cambios se podrían encontrar en comparación con los temas antiguos?

A: En esencia es lo mismo. Yo cacho que dentro de lo que se vive ahora, hay un impulso de que siempre tienen que haber cosas nuevas. Pero creo que acá lo nuevo son los temas justamente. Nosotros hemos tocado ya por mucho tiempo y haciendo una analogía pendeja somos como un equipo de fútbol que ya juega mucho tiempo juntos, entonces ya sabes cómo corren, cómo se mueven los otros y eso si te da cierta característica, cierta consolidación del sonido. Pero en esencia creo que lo divertido del nuevo disco son los nuevos temas y cómo los estamos ejecutando. Si quieres una novedad es que hay un teclado con el Felipe Andino, algunas cosas con la máquina que hace el Jason, pero son los temas de Guardarraya tocados por nosotros ahora en este tiempo.

Guardarraya2Pensaba en el sonido característico de Guardarraya, ¿sienten que su música refleja algo muy propio de donde viven?

A: Eso es algo que mucha gente me lo dice y que a mi me da mucho orgullo. Obviamente no es algo que nosotros buscamos. Creo que tiene que ver con que somos personas libres que hemos tenido la suerte y la capacidad de ser. Yo no necesito parecer quiteño, solo necesito ser, porque yo soy quiteño. No todos pueden o les interesa hacer eso. Vivimos en una sociedad acomplejada que siempre lo chévere o lo que se aprecia es parecerse, o tratar de imitar lo más que se pueda a los referentes de afuera. En nuestro caso somos de acá, valoramos lo que somos y hacemos música. Alguna vez conversaba con alguien que me hizo una entrevista y después escribía: “Guardarraya en la búsqueda de una nueva identidad”. Nosotros no estamos en ninguna búsqueda, nosotros estamos tocando y siendo. Y obviamente como somos quiteños. como vivimos en estos aires, en estas esquinas, eso se refleja.

En el cartel de El Carpazo, Guardarraya es una de las bandas locales más antiguas, hasta cierto punto es una de las agrupaciones sobrevivientes de una generación que cada vez cuenta con menos bandas activas. ¿Qué opinan sobre esto?

A: En una banda hay muchas cosas que desde afuera no se ven. Es difícil cuando pasa el tiempo. Eso de envejecer haciendo música es complicado porque algunos ya se casan, las personas cambian. A veces en la relación de pareja eso es difícil y aquí se multiplica por cinco o seis. Por eso razones para que una banda no siga tocando, aunque su música siga vigente, pueden haber muchas. En el caso de Guardarraya creo que el éxito es que siempre el propósito final y fundamental ha sido tocar. De ahí han llegado muchas más cosas y hemos tratado de ordenar todo eso que pasa. Pero en esencia ha sido el gusto de reunirse a tocar, y no solo el gusto, sino la necesidad. Y por eso seguimos aquí. Capaz alguien podría pensar: “ya están viejos”; “deberían abrirse” jaja, pero eso es materia de otro costal.

Por los años que llevan, el público de Guardarraya puede ser de bastante diverso. ¿Cómo sienten esa idea de tener un público tan amplio y que atraviesa generaciones?

F: El sentido de atravesar generaciones, para mi es raro, es una cosa extraña. Hace pocos días he cumplido 46 años y la verdad debo decir que me hubiera gustado empezar más rápido y con más coraje la música. Quizás hubieran pasado las cosas más rápido, yo que sé. Paso cuando paso, las cosas siguen pasando y no dejo de maravillarme. Pero a la vez creo que lo que hace que esta música guste como gusta es que somos tipos sencillos y de la calle. Lo que ves es lo que hay. Si buscamos cosas profundas creo que hay que remitirse a los temas por si mismos, me parece que en la obra tenemos la fortuna de poder comunicar mucho de lo que sentimos por nuestro oficio de trabajo juntos.  Yo en este punto digo: “otro día para tocar, ¡vamos ahí!”. Es hermoso. Hay cosas que pegan, otras que pasan, rasgones que dañan, cicatrices que quedan. Ahí está, y dices: “bueno todavía puedo tocar, ¡que bacán!”

Se sienten afortunados de seguir activos durante de tanto tiempo.

A: Sin duda, es una razón para vivir fundamental.

¿Cómo ven a la nueva generación de bandas  locales, por ejemplo las bandas que tocarán en esta edición de El Carpazo?

A: No he escuchado a todos, pero creo que hay una nueva explosión como la que hubo hace diez años. Actualmente vivimos una explosión de buena música. Ya se volvió por suerte común que sean bandas que vienen con propuesta, eso que ahora parece normal hace muy poco no era normal. Siempre digo esto. Cuando era niño y adolescente la buena banda era la banda que tocaba igualito a alguien, sean Doors o Beatles, y eso dice mucho de lo que somos los ecuatorianos.  Yo veo con mucha alegría y disfruto mucho ver la creatividad y el talento que hay. Ahora también es totalmente diferentes, tienes radios que ya ponen música de acá, tienes universidades que tienen producción musical, leyes, hay una serie de actores que han cambiado y ahora es otro escenario.

¿Cómo ha sido tu relación con la música ecuatoriana? ¿Qué artistas te marcaron?

A: Creo que te podría dar nombres como Julio Jaramillo, Sensaciones de Juan Esteban Cordero y Mileto. Cosas de acá que me marcaron y rompieron la cabeza.

¿Qué es algo pendiente que les gustaría hacer con Guardarraya?

F: Me atrevo a decir que la mayoría de las bandas del Ecuador que cada cierto tiempo y con gran esfuerzo pueden publicar un trabajo discográfico, siempre en esa obra que sale hay cosas que se dejan afuera. Entonces abrigas ese deseo de que estén para el próximo disco. Eso genera como un tema de vida, una razón para vivir. Sabemos que hay temas que incluso son más antiguos. Eso es un dinámica atemporal, muy especial, no se como explicarlo pero quería decir eso…

Tienen muchos temas pendientes, que no están registrados.

F: El universo de la banda puede ser muy basto.
A: Es tan basto que angustiosamente podría asegurar que hay temas olvidados. Que es angustioso, pero “ahí vamos” como diría Jay Balvin jajaja.

Para finalizar, me gustaría saber algún momento o hecho especial que Guardarraya les ha dado en su vida.

A: A mi me encanta mucho el viajar con la banda. En Cuenca hay episodios divinos, también en Quito. No tengo algo en especial, pero en general lo especial pasa cada vez que nos reunimos.
F: Yo estaba pensando en que creo que lo más notable de todo es que pese a que en el país no hay un mercado musical, sientes la reacción de la gente, el cariño y eso es una cuestión que te deja impresionado. Ese cariño es un choque eléctrico. Eso que la gente meta en sus vidas esta música realmente comprueba el punto de que la música de un país es parte de la identidad, de la idea de nación, de esa idea de lo que es ser y por contraste lo que es no ser, con quien no estás en este mundo. Creo que eso le gusta a la gente, eso nos está haciendo sentir con su confianza, porque creen en lo que la banda dice, lo que la banda canta, como suena…

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El rock no te paga con rock si eres mujer

La higiene es importante para Tonicamo

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Por: Carlo Celi / Foto: Tonicamo

Al principio no entendí su discurso de higiene, anos sucios, sexo y la misión del vocalista de que su bajista “no podía irse sin culear esa noche”. Fue algo repetitivo en una banda que en el lanzamiento de su álbum debut, ‘Mario López’ (el jueves 10 de diciembre), supo entregar canciones divertidas, bailables y algo inacabadas.

El potencial está ahí, ellos lo tienen. El ‘beat’ disco de la batería de Tonicamo da para mover inevitablemente la cabeza y el cuerpo, agrada y es fácil dejarse llevar, lamentablemente a la quinta canción todo suena muy parecido, no los culpo, ya me ha pasado con otras bandas en su género que tienen la buena intención de explotar el recurso disco pero del que se debe tener mucho cuidado para no sobresaturarlo.

Entre sus interpretaciones apareció de repente una que me llamó la atención, según ellos era un shoegaze, y sí sonaba a eso, buena canción, la que más me gustó aunque hubo ciertas desafinaciones superadas por la atmósfera agradable de una melodía melancólica y bien construida. Lamentablemente el desatinado comentario de uno de sus integrantes al tratar de hacer una de sus fáciles bromas rompió un poco el encanto del agradable tema. “Esta canción es un shoegaze aunque para algunos capaz sería un ‘shu gays’”.

Y aquí es cuando debo reflexionar en algo, la banda refiere a su estilo como un ‘pop gay’, no sé si alguno de sus integrantes sea homosexual, más bien parecían un grupo de heterosexuales con un discurso que intentaba hacerlos ver ‘cool’. Deberían pulirlo un poco porque a ratos se escuchaban como un guión de David Reinoso (el de ‘Vivos’) o una comedia básica de un chamo adolescente de primero de bachillerato.

Parecería que ahora una banda debe venir acompañada de una temática repetitiva, una frase gancho o un ‘loop’ semihumorístico… ¿qué onda con la higiene Tonicamo? Más música, menos referencias anales, esas déjenlas a las campañas del Ministerio de Salud.

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El rock no te paga con rock si eres mujer

Música vegana para todo paladar

Morrissey en Quito

Morrissey deleitó a un público que recibió más de lo que esperaba.

Por: Carlo Celi

A eso de las 19:30 caí al Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, había gente afuera escogiendo al mejor postor entre los ‘revendedores oficiales’ (sí, oficiales), que pululaban alrededor del recinto donde el gran Moz, -así le dicen de cariño- se presentaría una hora y media después.

También caí en la necesidad de la reventa, un señor me ofreció tres localidades Golden de 125 dólares por la suma de 200, una ganga (a 66 cada una para los que tienen discalculia). Y es que la crisis también me afecta y no estaba en mi presupuesto este show, además la producción del evento no permitió pases de prensa, según ellos porque “así lo pidió el artista” y tampoco fui uno de los beneficiados en conseguir una entrada de cortesía que, por cierto, alguien intentó ‘generosamente’ venderme.

Con mi boleto en mano y luego de comerme una Big Mac en la franquicia de comida rápida de en frente, entré al teatro. Fila H silla 45 marcaba el ticket que enseñé a los señores que revisaban con un aparatito si es que no era falso el boleto, por un segundo sufrí, siempre hay riesgos al comprar a los revendedores.

Una chica me acercó con su linterna hacia las butacas señaladas en el vacío sector izquierdo de la platea, lo mismo pasaba con el área derecha, solo el centro y VIP estaban casi llenos.

Espera

Faltaban como 20 minutos y James Dean me recibió en un telón gigante donde se proyectaban múltiples imágenes y extractos de películas y conciertos en vivo, por una fuente cercana supe que el show comenzaría a las 21:00 en punto.

Y así fue, el telón se subió y una imagen de Bruce Lee se reflejaba en la pantalla, mientras una voz como de soprano llenaba el recinto, enseguida Morrissey y sus cinco músicos se adelantaron al escenario y se hicieron un saludo reverencial al puro estilo japonés.

El público no se lo creía, ahí estaba su ‘dios’, uno de los responsables de ese sonido británico que luego se convertiría en múltiples estilos y tendencias musicales como el brit pop y hasta el actual indie, pero no vamos a hablar de géneros porque los puristas son peor que el mismo Moz cuando habla de veganismo.

The Smiths ‘abrieron’ la noche con ‘I’m so sorry’, la impoluta voz de Moz retumbaba en el teatro, aquel estilo vocal que parece sacado de algún monasterio o abadía medieval caló profundo en un público entregado al cantante originario de Mánchester.

Como la mayoría de artistas que llegan a un país donde el idioma no es su fuerte, Morrissey también se excusó: “Hola Quito. Mi español no es muy bueno pero estoy contento de estar aquí”.

En escena

Ni bien comenzó el espectáculo, unas imágenes de abuso policial a civiles asomaron en la pantalla mientras Moz hacía gala de sus conocidos ademanes con el cable del ‘micro’ y sus poses de divo deleitaban a un público que quería devorarse el show entre lágrimas, idolatría y expectación.

La estrella inglesa procedió a repartir saludos y dar la mano, haciendo que su ‘divinidad’ se vuelva humana y palpable. Tocarlo era la motivación de los que se ubicaron hacia el frente del teatro dejando las butacas a un lado; al inicio los guardias quisieron impedirlo pero al final fue inútil, el poder de las masas triunfó sobre la autoridad.

Entre canciones de The Smiths y material solista se desenvolvió el show, pero uno de aquellos momentos de clímax se dio en el clásico ‘How soon is now?’, del cual se escuchó por primera vez un gong detrás del baterista, momento cumbre al que se sumaron unos tambores épicos.

Y bueno, como a la mitad del concierto llegó el instante que muchos temían, Moz se dirigió a todos y exclamó: “Esta canción posiblemente divida a las personas aquí presentes”. ‘Meat is murder’ estuvo acompañada de unas crudísimas y desgarradoras imágenes de animales sacrificados para el consumo humano.

Varios -incluyéndome- tan solo agachamos la cabeza para evitar la proyección visual, no sin disfrutar del gran tema interpretado en ese momento, la canción fue una de las mejores de la noche donde la banda del británico sacó a relucir lo más sobresaliente de su desempeño instrumental, terminando en un una conjunción de fuertes sonidos y guitarras poderosas.

Moz, mientras tanto, yacía arrodillado, como pidiendo perdón a todas aquellas ‘víctimas’ de los antojos carnívoros humanos, al final una imagen con la frase “¿Cuál es tu excusa ahora? La carne es asesinato” quedó flotando sobre la pantalla. Por un momento dudé en volver a comerme una fritada, no me duró mucho, horas después volví a caer en la tentación de la carne vacuna.

Una más y no te veremos más

Después de 19 temazos, Morrissey realizó su primera y única parada de la noche, inmediatamente llegó el ‘encore’ y Moz apareció con otra camisa, una que se veía más barata que la que usó durante todo el show.

Ni bien comenzó la canción, un arriesgado fan logró subirse al escenario pero fue inmediatamente interceptado por uno de los ‘guaruras’ de Moz, sin embargo ‘su eminencia musical’ no pudo dejar de esparcir misericordia y se acercó al atribulado seguidor para extenderle su brazo y cumplirle el sueño de sentir al divo en carne y hueso. Enseguida el malencarado guardia lo devolvió hacia los infiernos de la muchedumbre desbocada.

Como salido de una propaganda gubernamental, el excéntrico cantante exclamó: “Now I know that all you need is Ecuador”, (ahora sé que todo lo que necesitas es Ecuador) ante el desconcierto y la euforia de algunos, inmediatamente una imagen de un montaje de la reina de Inglaterra mostrando el dedo medio al público se dejó ver y calmó las dudas de muchos de los que creyeron que por un momento se encontraban en una sabatina, de todos modos rieron ante la afrenta a la autoridad, el odio de Moz hacia la realeza es conocido, yo lo tomé como una burla también hacia nuestra ‘realeza’.

Y antes de huir, la leyenda viviente del rock británico se despojó de su barata camisa en una suerte de striptease improvisado y la lanzó hacia los asistentes, que en la euforia por hacerse con la prenda de vestir casi ni se dio cuenta que el venerado cantante había abandonado el escenario a grandes zancadas.

La banda despidió la noche con una poderosa furia interpretativa y también abandonó el escenario. Así concluyeron casi 100 minutos de excelencia musical en un lluvioso sábado capitalino.

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El rock no te paga con rock si eres mujer

Entrevista: Denver. El peligroso pop del fin del mundo

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En el 2010 un disco dominó los oídos de miles de hispanohablantes con una propuesta adictiva, insospechada y peligrosamente pop. Con sutiles sintetizadores que edulcoraban todo el ambiente, beats potentes y dos voces, una femenina y la otra masculina, que casi de forma lúdica nos narraban historias de adolescentes en etapa de descubrimiento y euforia. El astuto título del álbum era: Música, Gramática, Gimnasia. El nombre de la banda: Dënver.

Después de cinco años del lanzamiento de este disco que definiría la carrera musical de los chilenos Milton Mahan y Mariana Montenegro, han pasado muchos eventos: giras por toda Iberoamérica, un intento de separación, proyectos paralelos y dos nuevas producciones, Fuera de Campo (2013) y Sangre Cita (2015).

A una semana de su primera presentación en Ecuador, conversamos con Milton sobre la escena musical independiente latinoamericana, las bandas chilenas que debemos de tomar en cuenta, el estado actual de Dënver y la evolución de su sonido.

Musicalmente, su actual y cuarta producción “Sangre Cita” cuenta con una evolución en el sonido de Dënver, presentando nuevos elementos musicales mucho más expuestos hacia el baile. ¿Cuáles fueron los principales motivos para que se de este cambio a nivel musical?

Milton: Creo que no concibo la música sin una evolución disco a disco, canción a canción. Todo es parte de la misma búsqueda que nos llevó a iniciar esta carrera. Componer y producir es siempre recorrer un camino conocido o desviarse para buscar nuevos caminos, ahí uno va buscando un balance. Creo que el Fuera de Campo nos permitió cerrar una etapa que nos abrió la senda a lo que iba a ser Sangre Cita. Cambiamos nuestros bancos de sonidos, buscamos en sonoridades que antes precisamente habíamos esquivado para ver qué pasaba con la composición e iban apareciendo cosas inesperadas pero muy interesantes para nosotros.

En el 2013 Denvër superó una crisis, que desembocó momentáneamente en una separación. Un problema que muchas bandas pueden sufrir en un determinado momento. ¿Cómo sobrellevaron estos impases? y ¿En qué afectó este hecho el proceso compositivo de la banda?

M: Por ahí quizás se haya filtrado en alguna letra esa ruptura, parte de nuestra composición ha sido siempre exponernos en algún grado, creo que no sabemos hacer canciones sin involucrarnos en cierto nivel, o no nos interesa no hacerlo. Más que eso no sé si afectó y lo sobrellevamos dialogando y asumiendo que las crisis son parte de procesos creativos.

En los últimos años, la escena musical chilena ha presentado un florecimiento llamativo que le ha permitido exportar sus bandas a toda Iberoamérica. ¿Cuáles crees que son los motivos para que Chile presente tantas propuestas sólidas y aclamadas en esta última década?

M: Aunque suene a cliché vivimos en el fin del mundo, creo que parte de ese aislamiento geográfico del que uno inevitablemente se siente parte, ya sea a nivel consciente o subconsciente, ha creado en esta generación una necesidad de pertenecer a algún lado, de salir de este aislamiento, de cruzar esa cordillera para ver qué es lo que hay afuera. Creo que eso le da mucha hambre a los músicos de acá y hace que encaminen sus proyectos, a pesar de la independencia, hacia niveles más cercanos a un pop de masas. Aún así esta explosión es aparente, en nuestro país aún no hay estructuras para hacer música masiva, todo se sigue haciendo muy a pulso, las bandas que están recién comenzando tienen los mismos problemas que habían hace 10 o 15 años, existen muchos prejuicios sobre cómo hacer música y sobre qué es el pop, todavía hay quienes no validan un proyecto si no tienes un bajo una guitarra y una batería.

¿Qué bandas chilenas actuales nos recomiendas?

M: Playa Gótica, Marineros, Mamacita, Juan Pablo Espinosa.

Con «Música, gramática, gimnasia» Dënver comenzó a girar por toda Hispanoamérica. De eso ya ha pasado cinco años. En todo este tiempo, ¿cómo has visto la evolución de la escena musical latinoamericana?

M: La música en Hispanoamérica es maravillosa. Es muy inquieta, de muchísimas texturas y sonoridades, con un montón de influencias. Es evidente que no existen las estructuras que tiene el mundo anglo pero eso para mi lo transforma en algo más marginal y lo marginal siempre es mucho más interesante que lo que dicta una norma. Da más espacio para experimentar, para crear una fantasía. Los últimos años sobre todo Centroamérica se ha posicionado con proyectos muy potentes, que traen todo ese sabor de la música del caribe que a nosotros tan lejano nos parece. Yo creo que sobre todo Latinoamérica se debería ir posicionando mucho en los próximos años por lo que nos ha tocado ver.

En estos tiempos de agitación política y crisis económica en Latinoamérica muchos músicos tienden a tomar un posicionamiento político en sus discursos y canciones. ¿Cuál es su postura sobre esto?

M: Nuestra imaginario siempre ha ido en una búsqueda más introspectiva. Canciones que tienen que ver con los dormitorios, o con los monstruos de salir a experimentar el mundo. A pesar de que todos somos agentes políticos, algunos pasivos otros activos, yo, que dedico prácticamente todo mi tiempo a hacer música, entraría en la línea de los pasivos. Mi revolución es interna, no tengo la energía ni las herramientas para cambiar este sistema político, para mí a la tierra no le quedan muchos años. La música política es parte de un negocio también, y con eso no quiero decir que no sea necesaria, cada uno sabe que necesita oír para salir de la alienación del mundo moderno. Aún así hay canciones que podrían ser más sociales en Dënver, pero que hemos cuidado de no caer en la propaganda política, tal es el caso de Mejor más allá, en que tratamos de narrar parte del asesinato del conscripto Pedro Soto Tapia, un caso muy bullado que nos tocó ver cuando éramos unos colegiales en nuestra ciudad, o podría citarte también Concentración de Campos, que buscaba la idea de cómo se puede sobrellevar una amistad en un escenario tan violento como un Campo de Concentración.

Finalmente, ¿Qué es lo que tienen preparado para su primer show en Ecuador?

M: Queremos llevar una fiesta a Ecuador, a pesar de que acabamos de sacar Sangre Cita y tenemos muchas ganas de tocarlo sabemos que querrán oír canciones más antiguas de nuestro repertorio y sin duda van a estar. Trataremos de no dejar nada en el tintero sobre todo porque es nuestra primera visita allá y tenemos muchas expectativas.

Por: Darío Granja | @darioxgranja

 

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