Por: Darío Granja | @dxgranja / Foto: Andrés Burbano
Un lunes en la noche. Un día relativamente tranquilo en la ciudad de Quito. Hay algo de niebla, el frío abraza la ciudad, en las calles poca gente camina y mientras muchos regresan a sus casas y se preparan para descansar, en una casa de Guápulo, un barrio donde habitan algunos miembros de Guardarraya, Álvaro Bermeo (voz) y Franco Aguirre (bajo) se preparan para un ensayo. Un encuentro más para seguir definiendo el camino de las canciones que formarán parte de su nuevo y esperado disco.
Luego de casi 15 años juntos, el instinto de tocar y reunirse sigue presente. Al igual que su música, una propuesta honesta y anisada que navega de forma libre por el rock, los sonidos latinoamericanos y la melancolía del pasillo, sus declaraciones también poseen un enorme grado de autenticidad. No hay necesidad de plantear discursos o promesas futuras, lo fundamental es seguir haciendo música.
A pocas semanas de que se realice El Carpazo, festival que Guardarraya encabeza y que simbólicamente representa el cierre de un ciclo marcado por su producción Quitarán di ahí, Álvaro y Franco nos responden algunas preguntas sobre el estado actual de la banda.
¿En qué estado se encuentra el nuevo disco de Guardarraya?
Álvaro: Para la última semana de este mes o la primera de abril tenemos previsto meternos a una casa que conseguimos en Cayambe para grabar en vivo lo que será la maqueta base. En referencia a esa maqueta se irá grabando el disco. Cacho que ese proceso, con la masterizada, la impresión y todo el trabajo que hay ahí, creería que estaría listo en dos o tres meses. Capaz antes, la verdad no soy el más ducho en esa materia. Hasta aquí hemos estado ensayando, haciendo arreglos, ese tipo de cosas. Tenemos hasta el momento unos 15 temas de los cuales mínimo van a ir unos 10 o 12.
Franco: El gusto por juntarnos a tocar sigue presente. Sigue el placer de hacer canciones, las cuales están siendo cuestionadas y analizadas con mucho detalle. Se está trabajando bien. Siento una consolidación en todo el trabajo y va a llegar en el tiempo que va a llegar. La gente va recibir aquello en lo que cree.
Ya han tocado en vivo algunas de las nuevas canciones.
A: Algunas, pero casi nada. Chuchaqui ya la hemos tocado en vivo. En Sesiones al Parque grabamos dos nuevos temas que estarán en el disco que se llaman: La Diabla y Samba Surreal.
En lo que respecta a las nuevas canciones, ¿Qué cambios se podrían encontrar en comparación con los temas antiguos?
A: En esencia es lo mismo. Yo cacho que dentro de lo que se vive ahora, hay un impulso de que siempre tienen que haber cosas nuevas. Pero creo que acá lo nuevo son los temas justamente. Nosotros hemos tocado ya por mucho tiempo y haciendo una analogía pendeja somos como un equipo de fútbol que ya juega mucho tiempo juntos, entonces ya sabes cómo corren, cómo se mueven los otros y eso si te da cierta característica, cierta consolidación del sonido. Pero en esencia creo que lo divertido del nuevo disco son los nuevos temas y cómo los estamos ejecutando. Si quieres una novedad es que hay un teclado con el Felipe Andino, algunas cosas con la máquina que hace el Jason, pero son los temas de Guardarraya tocados por nosotros ahora en este tiempo.
Pensaba en el sonido característico de Guardarraya, ¿sienten que su música refleja algo muy propio de donde viven?
A: Eso es algo que mucha gente me lo dice y que a mi me da mucho orgullo. Obviamente no es algo que nosotros buscamos. Creo que tiene que ver con que somos personas libres que hemos tenido la suerte y la capacidad de ser. Yo no necesito parecer quiteño, solo necesito ser, porque yo soy quiteño. No todos pueden o les interesa hacer eso. Vivimos en una sociedad acomplejada que siempre lo chévere o lo que se aprecia es parecerse, o tratar de imitar lo más que se pueda a los referentes de afuera. En nuestro caso somos de acá, valoramos lo que somos y hacemos música. Alguna vez conversaba con alguien que me hizo una entrevista y después escribía: “Guardarraya en la búsqueda de una nueva identidad”. Nosotros no estamos en ninguna búsqueda, nosotros estamos tocando y siendo. Y obviamente como somos quiteños. como vivimos en estos aires, en estas esquinas, eso se refleja.
En el cartel de El Carpazo, Guardarraya es una de las bandas locales más antiguas, hasta cierto punto es una de las agrupaciones sobrevivientes de una generación que cada vez cuenta con menos bandas activas. ¿Qué opinan sobre esto?
A: En una banda hay muchas cosas que desde afuera no se ven. Es difícil cuando pasa el tiempo. Eso de envejecer haciendo música es complicado porque algunos ya se casan, las personas cambian. A veces en la relación de pareja eso es difícil y aquí se multiplica por cinco o seis. Por eso razones para que una banda no siga tocando, aunque su música siga vigente, pueden haber muchas. En el caso de Guardarraya creo que el éxito es que siempre el propósito final y fundamental ha sido tocar. De ahí han llegado muchas más cosas y hemos tratado de ordenar todo eso que pasa. Pero en esencia ha sido el gusto de reunirse a tocar, y no solo el gusto, sino la necesidad. Y por eso seguimos aquí. Capaz alguien podría pensar: “ya están viejos”; “deberían abrirse” jaja, pero eso es materia de otro costal.
Por los años que llevan, el público de Guardarraya puede ser de bastante diverso. ¿Cómo sienten esa idea de tener un público tan amplio y que atraviesa generaciones?
F: El sentido de atravesar generaciones, para mi es raro, es una cosa extraña. Hace pocos días he cumplido 46 años y la verdad debo decir que me hubiera gustado empezar más rápido y con más coraje la música. Quizás hubieran pasado las cosas más rápido, yo que sé. Paso cuando paso, las cosas siguen pasando y no dejo de maravillarme. Pero a la vez creo que lo que hace que esta música guste como gusta es que somos tipos sencillos y de la calle. Lo que ves es lo que hay. Si buscamos cosas profundas creo que hay que remitirse a los temas por si mismos, me parece que en la obra tenemos la fortuna de poder comunicar mucho de lo que sentimos por nuestro oficio de trabajo juntos. Yo en este punto digo: “otro día para tocar, ¡vamos ahí!”. Es hermoso. Hay cosas que pegan, otras que pasan, rasgones que dañan, cicatrices que quedan. Ahí está, y dices: “bueno todavía puedo tocar, ¡que bacán!”
Se sienten afortunados de seguir activos durante de tanto tiempo.
A: Sin duda, es una razón para vivir fundamental.
¿Cómo ven a la nueva generación de bandas locales, por ejemplo las bandas que tocarán en esta edición de El Carpazo?
A: No he escuchado a todos, pero creo que hay una nueva explosión como la que hubo hace diez años. Actualmente vivimos una explosión de buena música. Ya se volvió por suerte común que sean bandas que vienen con propuesta, eso que ahora parece normal hace muy poco no era normal. Siempre digo esto. Cuando era niño y adolescente la buena banda era la banda que tocaba igualito a alguien, sean Doors o Beatles, y eso dice mucho de lo que somos los ecuatorianos. Yo veo con mucha alegría y disfruto mucho ver la creatividad y el talento que hay. Ahora también es totalmente diferentes, tienes radios que ya ponen música de acá, tienes universidades que tienen producción musical, leyes, hay una serie de actores que han cambiado y ahora es otro escenario.
¿Cómo ha sido tu relación con la música ecuatoriana? ¿Qué artistas te marcaron?
A: Creo que te podría dar nombres como Julio Jaramillo, Sensaciones de Juan Esteban Cordero y Mileto. Cosas de acá que me marcaron y rompieron la cabeza.
¿Qué es algo pendiente que les gustaría hacer con Guardarraya?
F: Me atrevo a decir que la mayoría de las bandas del Ecuador que cada cierto tiempo y con gran esfuerzo pueden publicar un trabajo discográfico, siempre en esa obra que sale hay cosas que se dejan afuera. Entonces abrigas ese deseo de que estén para el próximo disco. Eso genera como un tema de vida, una razón para vivir. Sabemos que hay temas que incluso son más antiguos. Eso es un dinámica atemporal, muy especial, no se como explicarlo pero quería decir eso…
Tienen muchos temas pendientes, que no están registrados.
F: El universo de la banda puede ser muy basto.
A: Es tan basto que angustiosamente podría asegurar que hay temas olvidados. Que es angustioso, pero “ahí vamos” como diría Jay Balvin jajaja.
Para finalizar, me gustaría saber algún momento o hecho especial que Guardarraya les ha dado en su vida.
A: A mi me encanta mucho el viajar con la banda. En Cuenca hay episodios divinos, también en Quito. No tengo algo en especial, pero en general lo especial pasa cada vez que nos reunimos.
F: Yo estaba pensando en que creo que lo más notable de todo es que pese a que en el país no hay un mercado musical, sientes la reacción de la gente, el cariño y eso es una cuestión que te deja impresionado. Ese cariño es un choque eléctrico. Eso que la gente meta en sus vidas esta música realmente comprueba el punto de que la música de un país es parte de la identidad, de la idea de nación, de esa idea de lo que es ser y por contraste lo que es no ser, con quien no estás en este mundo. Creo que eso le gusta a la gente, eso nos está haciendo sentir con su confianza, porque creen en lo que la banda dice, lo que la banda canta, como suena…