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BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carlo Ruiz

BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carlo Ruiz

Revisa cada semana la selección de nuevas bandas que el staff de Plan Arteria y varios colaboradores invitados te recomiendan.

NICK WATERHOUSE | EEUU
Nick Waterhouse es uno de los exponentes del rythm’n blues (el de adeveras, no el que escuchan en las radios comerciales) que tiene una fuerza difícil de explicar. Originario de California, nos entrega su LP debut Time’s all Gone, que es una joya desde su empaque.

ALLEN STONE | EEUU

Otro de los descubrimientos más sorprendentes que he hecho durante el 2012. Uno lo ve, y a primera vista, no se espera mucho de este norteamericano que cuando empieza a cantar lo deja a uno con la boca abierta. ¡Rythm n’ blues del bueno!

LOS WEEDS | México

Gracias al genial sitio La Blogothèque de Francia, me topé con un especial sobre la música de México, en donde encontré a esta banda que me pareció genial. Sigo navegando por la Web tratando de conseguir música de ellos, y se me ha hecho difícil. ¿Alguien, alguna pista?

TIGRES DEL CHAULAFÁN | Ecuador

Esta banda quitena con más de quince años de trayectoria es una de las que ha mantenido en el radar al blues en la escena ecuatoriana. Se vienen con un disco que de la primera escuchada clandestina a la que tuve chance de asistir, va a ser algo importante.

Por: Carlo Ruíz | @escuchaestoEC

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BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carlo Ruiz

BLOG | Los Pescados – Aquellos fabulosos 90’s / El Camello

Aquellos fabulosos 90’s

Por Juan Fernando Andrade

Los primeros versos fueron inspirados por un tema de Charly García llamado Cuchillos, del disco Say No More, editado en 1996. En esa canción, los fans de Charly lo vimos o quisimos verlo mirando a su pasado, cuestionando su vida y la nuestra como si fuesen una sola. Cuchillos comienza así: Hay en este lugar / mucho para dar / no te puedo mentir. Ese lugar, creímos y seguimos creyendo, es él mismo, puertas adentro y con las luces quemadas, cuando todos se han ido y sólo quedan colillas en el cenicero y licor secándose en el piso. Ese lugar, en nuestro caso, sólo puede ser uno: Portoviejo.

Durante varios meses, esta canción fue un apéndice instrumental que solíamos tocar pegado a Carne fresca, una de nuestras canciones favoritas, del EP No Somos Siameses (2009). Hasta ahora lo veo como un epílogo musical y como buen epílogo tenía que ser corto y directo. Si no me equivoco escribimos la letra apenas semanas antes de que Nelson grabara las voces en Guayaquil, en Ermitaño Records, dirigido por Toño y con Carlos Bohórquez, de Mamá Soy Demente, como ingeniero. Sabíamos que era una canción noventera, noventerísima, que había venido de algún sitio de nuestro pasado, una canción que ya conocíamos pero habíamos olvidado por más de diez años.

A diferencia del resto, lo primero que tuvimos fue el título, en honor a esas colecciones de discos que vendían en la tele y prometían “las mejores baladas” de alguna década o “lo más bailable” de otra. Y también, claro, está el guiño a That 70’s Show, que en su momento nos gustó mucho aunque lo hayamos olvidado casi sin esfuerzo. En todo caso, queríamos hablar de los noventas como lo que son, el pasado, pero no un pasado adornado con la niebla de la nostalgia, donde todos los recuerdos, incluso –y sobre todo– los malos brillan sospechosamente. No. Queríamos hablar del pasado que te acompaña, del pasado que eres, del pasado que somos, queríamos hablarte para que sepas que no te hemos olvidado y que jamás lo haremos porque el pasado, ese país extranjero en el que la gente hace las cosas de otro modo, como diría Pascal, es lo único seguro que tenemos en la vida.

Arrancamos con una especie de feedback, ¿cómo más se puede arrancar una canción sobre los noventas? Después del arpegio distorsionado, lento y pesado, después de los tambores de tribu post-apocalíptica con mutaciones causadas por la radiación, empiezan las voces dobladas –onda Alice in Chains, nos han dicho– a reconocer que un recuerdo parece un video en pausa, congelado eternamente, hasta que vuelves a él y tomas tu lugar (tu lugar en el pasado, no lo olvides). La primera estrofa, Este lugar / es como un recuerdo / vuelve a empezar / cada vez que vengo, se refiere a todos nuestros viajes de regreso a Portoviejo Rock City, a nuestro deseo de cambio y a nuestra resistencia al mismo: muy adentro quisiéramos que ciertas cosas no cambiaran nunca, que la gente escuche rock en la calle y tome cerveza hasta el vómito como si no hubiera mañana. El coro, Dime que no / soy igual que tú / ¿Dime que no? / soy igual que tú, es volver a un concierto en la adolescencia y mezclarse en el mosh y acomodar un golpe entre las costillas, pelear por ser distinto y pelear por ser parte de todo. También es decirte que llevamos el mismo peso a cuestas, sobre los hombros, y que ese peso a ratos es el de un trofeo y a ratos es el de un ataúd.

El final, esa variación que se corta como se cortaron nuestros días en Portoviejo, dice, En otro cuerpo / con otro nombre / en otra historia. O sea que all in all is all we are. O sea que todos somos el mismo hijueputa, ese mismo man hablando la misma huevada, contando un montón de historias que comienzan de la misma manera, “allá en mi pueblo…”

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BLOG | Bandas Recomendadas / Por El Musikologo

Revisa cada semana la selección de nuevas bandas que el staff de Plan Arteria y varios colaboradores invitados te recomiendan.

THE HISTORY OF APPLE PIE | Inglaterra

Herederos de bandas como My Bloody Valentine o Sonic Youth, no es coincidencia que con solo un puñado de singles este quinteto londinense cree revuelo entre la crítica musical. Se trata de una imaginativa conjunción de indie, dream y noise pop conjugando, esta propuesta, en tiempo futuro y re-enarbolando el listón alternativo. El álbum debut se programa para el 28 de enero de 2013; escuchando su promocional “Mallory” nos proyectamos hacia las sorpresas que nos traerá ese álbum debut.
Sitio Web:www.thehistoryofapplepie.com

GABY MORENO | Guatemala

Si todo el pop fuese el puzzle vintage que propone esta guatemalteca, el mundo sería un lugar lleno de bella música por doquier. A los 10 años ya hacia shows importantes en su país, se acercó al blues, jazz, folk y R&B, viajó y se empapó de pentagramas creando su propio estilo mezclando estas influencias. Dueña de una exquisita voz menciona a: Robert Johnson, Louis Armstrong, Nina Simone y Ella Fitzgerald como influencias. Solo tiene una patriótica mancha en su currículo: grabó a dúo con Arjona. Olvídenlo, mejor escúchenla.
Sitio Web: www.gaby-moreno.com

MONSEIUR MO RIO | Alemania

¿Qué es más sugestivo que la cosmopolita presencia de un alemán con acento italiano haciendo una imaginativa música basada en el folk y música tradicional francesa y brasileña en un lo-fi world music? Creemos que casi nada. Haciendo sus producciones en casette, LP y todo medio que tenga a mano, este incansable músico deja ver su influjo multinstrumental y su creatividad rampante. Si su voz no te endulza el oído, los múltiples arreglos de cuerdas y brasses lo prodigarán. Bonne chance.
Sitio Web: www.monsieurmorio.com

Por: El Musikologo

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BLOG | Los Pescados – La Balada de El Colorado / El Camello

La Balada de El Colorado

Por Juan Fernando Andrade

Era la noche de un día duro. Llevábamos ocho o diez horas en el estudio de La increíble sociedad, en Quito, donde nos habíamos propuesto grabar todas las bases del disco en cuarenta y ocho horas, esto quiere decir las baterías completas y guitarras de referencia. Cuando nos tocó grabar esta canción estábamos cansados y un poco hartos de tener que repetir cada cosa mil veces.

El plan era tocarla una vez, como para calentar, y luego dos o tres veces más hasta encontrarla. Aunque la primera vuelta era de ensayo, Daniel Pasquel y Toño Cepeda decidieron grabarla y aplastaron los botones de rigor en el control room. Al final de esa toma se hizo un silencio como de asombro. Nelson y yo nos miramos, seguros de lo que habíamos hecho (más que seguros, la palabra sería tranquilos: tranquilos por lo que habíamos hecho), mientras Daniel y Toño nos observaban desde el otro lado del vidrio, con esa sensación del one take wonder.

Fuimos al control room y la escuchamos: los cuatro viendo los monitores de las computadoras como si en esas frecuencias se pudiera leer el feeling de la canción. En ese momento me gustó tanto que sugerí dejarla como tema instrumental para siempre. Sentí –todavía siento lo mismo cada vez que la escucho– que en esa tocada, en esa forma de darle a los tambores y a la guitarra, estaba todo lo que queríamos decir: somos una banda que no toca mucho pero lucha por sobrevivir, no nos llevamos tan bien como antes pero quizá por eso tocamos mejor que antes y todo lo que queremos es hacer un buen disco, un buen disco de rock, para luego irnos a la casa tranquilos y cada-uno-cada-uno.

Contradiciendo al instinto –peligrosísima costumbre de los músicos cuando están en estudio–, volvimos a la sala y la tocamos de nuevo. Fue una mera formalidad. La primera toma era infinitamente superior.

Si no me equivoco, esta es la canción que menos arreglos tiene, la menos post-producida. La compusimos durante un ensayo en Guayaquil y yo diría que desde el primer momento fue lo que es, nada más, nada menos. Es, por ejemplo, mi canción favorita del disco. El arpegio de la guitarra me gusta tanto que decidí acompañarlo de la manera más sencilla posible para poder escucharlo mejor. Me han dicho que la batería, en las estrofas, tiene una onda Velvet Underground, pero la verdad es que me enganché con la melodía y sólo me hice a un lado para dejarla pasar.

En el coro (un coro sin letra, es decir, un coro que cada uno se inventa) sucede algo parecido: el río se desborda y se convierte en un torrente que avanza en una sola dirección, tal vez hacia una cascada. La guitarra revienta, dicen que a lo Zeppelin, y la batería sigue ese camino, como un tronco moviéndose en el caudal. Siempre veo el coro como el momento en cámara lenta dentro de una película de boxeo. El personaje principal, que tiene la cara rasgada y los párpados hinchados a tal punto que ya sólo distingue flashazos lejanos y sus propios guantes, logra lanzar el golpe de gracia a su oponente. El coro es el puño que revienta los pómulos, las gotas de sangre y sudor detenidas en el aliento espeso del cuadrilátero, el cabello mojado hacia un lado y hacia el otro, y el cuerpo rebotando en la lona hasta quedar inmóvil.

Como de costumbre, lo último que hicimos fue escribir la letra. Nelson y yo nos pusimos a comparar momentos traumáticos de relaciones sentimentales y a partir de ellos salieron los versos. Todo lo que pasa en la letra también nos pasó a nosotros, todo es autobiográfico de alguna manera y mejor no entrar en detalles para proteger a los inocentes, aún cuando no los haya. Dicen que para escribir una buena canción de amor hay que perderle el miedo al ridículo y en ese sentido ésta es una canción sin vergüenza. Cuando no sepas qué escribir, escribe la verdad, digo yo.

Hace unos meses, durante una visita a Lima, iba en el carro de un amigo escritor escuchando el disco a todo volumen. Cuando llegó esta canción le dije que para mí era la mejor y él, no del todo convencido, me dijo que por lo menos había algo innegable. Cantó: Pasé mi música a tu computador / y nunca te vi escucharla / Nunca pude oír lo que suena en tu cabeza / fue un desastre natural. Y acto seguido dijo: a todos los que nos gusta la música nos ha pasado esto con alguna flaca, huevón. Y puso la canción de nuevo, desde el principio.

 LA BALADA DE EL COLORADO

Soy invisible porque no me ves
Me transformé en ti

Puse mi ropa en otro lugar
Ahora el clóset es tuyo
Esta es tu casa
Pon tu foto en la pared
Mi boca está cerrada
Ven

Pasé mi música a tu computador
Y nunca te vi escucharla
Nunca pude oír
Lo que suena en tu cabeza
Fue un desastre natural

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BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carlo Ruiz

BLOG | Bandas Recomendadas / Por Isabel Cartagena

Revisa cada semana la selección de nuevas bandas que el staff de Plan Arteria y varios colaboradores invitados te recomiendan.

BLOOD ORANGE | EEUU/Inglaterra
 
Devonté Hynes es Blood Orange, literalmente, porque el grupo es sólo él. Antes tocaba en Test Icicles y Lightspeed Champion y ahora se viste como un extra de White Men Can’t Jump y hace videos filmados en VHS.

“Forget It”

BLEACHED | EEUU
En vez de ver todo el día The Backyardigans, mi ñaña y yo deberíamos estar tocando como las hermanas Clavin. Ellas fueron parte de Mika Miko que se disolvió hace un par de años, no sé por qué.

“Searching Through The Past”

LOS APUESTOS | Ecuador

Esto es como la selección de fútbol de Colombia de inicios de los 90. Esa es mi definición de Los Apuestos porque su bio de Facebook es larguísima y la leí hasta la tercera línea. En fin, el grupo debutó este año y el 12 de enero van a tocar con GP en Guayaquil.

“Canalla”

Por: María Isabel Cartagena | @maluqui

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BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carlo Ruiz

BLOG | Los Pescados – El amor se va / El Camello

El amor se va

Por Juan Fernando Andrade

Lo recuerdo como si fuera ayer. Estábamos en Guayaquil ensayando en un cuarto del barrio Los Ceibos. Por esos días Nelson peleó con una novia después de años de relación y no podía hablar de otra cosa. Yo dormía en su casa y tenía que aguantarlo, como pana y, obvio, como Pescado. Se había convertido en un ser monotemático y anémico, que trataba de hacer chistes aquí y allá para amortiguar el bajón. Una tarde conectó la guitarra, se puso frente al micrófono y empezó a cantar esta canción de la nada, como si la hubiese tenido guardada, reservada para ese momento.

Musicalmente hablando, no hay mucho más que decir. Yo hice lo que siempre hago, tocar para la rola, para poder escucharla mejor y seguir su camino y sus avisos de curva. Lo primero que se me vino a la cabeza fue un beat country, onda Jhonny Cash pero sobre todo onda Perrosky, esa pequeña gran banda chilena a la que tanto hemos coveriado y plagiado descaradamente. Así resolvimos la primera estrofa y el resto es lo que yo llamo, citando a los Sex Pistols, “la gran estafa del rock and roll”. Buscamos todas las variaciones posibles para una misma melodía y las aplicamos una tras otra de la manera más divertida en que pudimos.

En rigor podríamos decir que la canción es loud-quiet-loud y emparentarla un poco con la filosofía y el método Pixies para salvar la categoría, pero la verdad está más cerca de un tema que serviría de maravilla para abrir o cerrar un espectáculo del buen Tom Jones en Las Vegas (sólo él podría hacerle justicia a un final tan lamparoso). Si todo esto les suena como una broma es porque se trataba de eso, hacer una canción-cágate-de-risa-un-chane con poderes terapéuticos o, si lo prefieren, una sanación bailable. La tocamos en vivo muy poco después de componerla y causó el efecto Sal de Andrews: lista al instante para actuar al instante.

La letra, tan simple como es, se transforma en una especie de mantra despechado que aún con el puñal clavado en las venas decide despedir el pasado y gritar en pleno exorcismo, librándose del demonio. Lo curioso, o bueno, ni tanto, es que la canción funciona mucho mejor o mucho más claramente en las mujeres. Ellas, sabias, la cantan a grito pelado, la sudan, improvisan coreografías que en otros tiempos nos hubiesen avergonzado y ahora nos redimen. Los hombres, en cambio, se hacen a un lado, a lo mucho saltan un poco como disimulando un ataque de epilepsia, pero no están para ponerse un tema como este en la boca. Mejor así. Ya lo dijo Kurt Cobain: las mujeres son el futuro del rock.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que escribimos esta canción, pero sé otras cosas. Sé que Nelson volvió con aquella novia y que ella averiguó de inmediato el origen del tema y que se sintió halagada y que meses después terminaron ya definitivamente y el amor se terminó de ir. Sé que ésta canción le trajo otros amores. Sé que nos gusta tocarla hacia el final de la noche. Sé que para varios amigos y colegas rockeros ésta es la prueba irrefutable de que Los Pescados se vendieron. Sé que me gusta pensar en ella como la sobrina nieta de El amor acaba, de José José, en versión comprimida pero con todas las proteínas necesarias, como la comida de las astronautas. Sé que discutimos horas de horas porque yo –y creo que también Toño– quería que la letra consistiera de una sola frase y Nelson quería agregarle Dónde va el amor / Dónde está el amor. Supongo que de verdad quería saberlo.

EL AMOR SE VA

El amor seva
Dónde va el amor
Dónde está el amor
El amor se va

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BLOG | Bandas Recomendadas / Por Lalo Hidalgo

BLOG | Bandas Recomendadas / Por Lalo Hidalgo

Revisa cada semana la selección de nuevas bandas que el staff de Plan Arteria y varios colaboradores invitados te recomiendan.

PABLO MALAURIE | Argentina

Hace unos meses viajé en bus desde Guayaquil hasta Buenos Aires, parecía un joven salido del pueblo a la gran ciudad, quedé asombrado con los cosmopolita que resultó ser, me dio hospedaje un buen amigo ecuatoriano en Recoleta, como suele ser de costumbre entre algunas personas, el intercambiar USB’s con música favorita de cada uno. Al menos así llego la música de Pablo Malaurie a mi acervo musical.

MUTE | Ecuador

mUte, es una dúo electrónico, a lo que suelo llamar música electrónica en vivo (live act). Estuvieron un tiempo ausentes de la escena guayaquileña. Lanzando sus side projects y produciendo música, que es lo que más les gusta hacer.

PEGASVS | España

Desde la primera vez que los escuché, sin mentirles repetí sus canciones toda una tarde, dejándome llevar por sus melodías.

Por: Lalo Hidalgo | @lalonomellamo

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BLOG | Los Pescados – Treinta años después / El Camello

Treinta años después

Por Juan Fernando Andrade

Días antes de enviar el disco a imprenta, ya con el master en las manos o mejor dicho en el disco duro, les mandé un mail a Nelson y a Toño sugiriéndoles que sacáramos esta canción de la lista final, les dije que para mí no estaba al nivel de las demás y que lanzar un álbum con nueve temas en vez de diez no era el fin del mundo ni mucho menos. Toño me dijo que el tema estaba en su top tres y Nelson me dijo no hables huevadas o eso fue lo que en verdad quiso decirme. El asunto es que fracasé miserablemente.

Hasta ahora, esta canción me pesa (cada vez menos, es cierto). Recuerdo que cuando nos enviaron la primera prueba del disco, masterizado a la carrera en Nueva York, lo metí de una al iPod y salí a pedalear para escucharlo completo, cumpliendo con lo que llaman el test drive. Y me encantó. Pero este tema me dejó a medias, hay algo ahí que para mí todavía no cuaja del todo y creo saber por qué. Esta canción es nuestro pequeño Frankenstein, fue armada con retazos de otros cuerpos vivos que jamás pudieron valerse por sí mismos y eso, intuyo, me obliga a desconfiar. Lo que me gusta, lo que creo nos salió bien o no tan mal, es que logramos una canción circular, un tema cuya estructura funciona cuando a la vuelta de casi cuatro minutos vuelve a su punto de partida y completa los 360 grados: intro-estrofa-coro-variación-coro-estrofa-intro.

Tendría que decir que también me gusta el tema “crisis de los treinta”. Escribimos la letra entre Guayaquil y Quito, a medida que la canción iba encontrándose con dificultad, y entre esos meses ambos cumplimos los treinta, pasamos al tercer piso, y de alguna manera dejamos de ser jóvenes para siempre (uno se da cuenta porque ya no aguanta los chuchaquis con la misma entereza). Cuando yo tenía quince, un tipo de treinta me parecía un anciano, un papá o algo peor, y ahora esto… treinta y uno y contando, qué desgracia. De ahí viene esa esperanza desesperada de la primera estrofa. Mirando para atrás / siento que no estoy tan mal / he ganado cicatrices / he perdido apuestas / Soy otro / treinta años después / soy el mismo / todo lo que es.

Esa última línea, “todo lo que es”, sería muy probablemente lo mejor de la canción y quizás hasta la rescate del olvido. La frase se usa mucho en Manabí y significa lo mismo individuo que universo. Por ejemplo, “todo lo que es” un ceviche de cangrejo se refiere inicialmente a la exquisitez mencionada, pero también a todo lo que implica, todo lo que conlleva (la pesca, el asesinato, el agua hirviendo) y todo lo que filosóficamente puede surgir (el sabor que antecede a una revelación profética) tras devorar un crustáceo bien curtido. De la misma manera, todo lo que es el yo, o sea todo lo que soy, habla de un momento en el presente, casi que habla de una foto, pero también de todos los momentos en la vida de un sujeto cualquiera, de todo el alineamiento cósmico que debió suceder para llegar a esa foto en particular. Es decir que estamos frente a una frase total y sin límites de interpretación. Todo lo que es es todo.

Y ya que estamos en estas, me gusta algo más. Cuando la canción se raya y se hace la bacán con su onda country-punk, Nelson canta lo siguiente: Bajo por tu garganta / de afuera hacia adentro / Puedo verte el alma / encerrado en tus huesos. Allí estamos hablando de tu licor favorito, de tu fiel compañero en el absurdo y en el abstracto, estamos hablando como lo haría el trago que lleva tantos años contando contigo, destruyéndote con cariño, arrugándote el hígado, llenándote de valor cuando hace falta y dirigiendo con el rigor del desastre una serie de cagadas desafortunadas. Nadie te conoce mejor que tu vicio. No lo olvides.

El resto, francamente, podría omitirse. Queda, a mí parecer, la intro, sin duda uno de los trabajos mejor logrados de Nelson en modalidad slide guitar, que ganó harto al grabarse con un dobro y hasta puede escucharse tranquilamente sin que exista la necesidad de continuar hacia la canción completa. Y queda también toda la buena intención de tocar los toms en la estrofa como Ringo en Polythene Pam. Usamos dos floor toms y, en contra de todos los esfuerzos que hizo Daniel Pasquel (Can Can, Marley Muerto) por impedirlo en su calidad de ingeniero de sonido, desafinamos uno a propósito porque dónde se ha visto que uno toque con todo afinado. No, pez.

Y vamos terminando y me alegro de haber escrito más, bastante más de lo que creía poder escribir sobre este polémico y capaz incomprendido track. Sí, eso es. Hay algo que no comprendo y que jamás comprenderé porque varia gente me ha dicho que es la mejor canción del disco. Está bueno eso. Nosotros la escribimos y la compusimos y la grabamos pero eso no quiere decir que sea nuestra. Es más, hasta la fecha no la hemos tocado en vivo (probablemente por mi culpa). Las canciones no tienen dueño, son de quien las quiera, de quien las necesite. Las canciones son de quien escucha en ellas algo que los demás ignoramos por completo.

TREINTA AÑOS DESPUÉS

mirando para atrás
siento que no estoy tan mal
he ganado cicatrices
he perdido apuestas
soy otro
treinta años después
soy el mismo
todo lo que es

bajo por tu garganta
de afuera hacia adentro
puedo verte el alma
encerrado en tus huesos

yo sé la salida
no es el rencor
no tengo familia
puedo comprar algo mejor

prefiero dar la vida
y no pedir perdón
si la sangre se avecina
mueres tú
quedo yo

bajo por tu garganta
de afuera hacia adentro
puedo verte el alma
encerrado en tus huesos

mirando para atrás
siento que no estoy tan mal
he ganado cicatrices
he perdido apuestas
soy otro
treinta años después
soy el mismo
todo lo que es

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