Está en el artista la decisión de convertir su trabajo en un negocio, para cuando lo haga, entonces, debe definir de qué forma quiere difundirlo. Justo ahí comienza la controversia sobre si se debe o no dejar que el público descargue su música libremente. En un principio, parecería contradictorio creer que si un artista pretende vivir de su música, permita que ésta pueda ser adquirida gratis. El fondo de esta decisión no radica en un contrasentido, sino más bien en cuáles son las intenciones del artista (en que si quiere o no entrar al sistema del negocio musical), y la forma en que pretende promocionarse.
Hugo Burgos planteó un primer dilema: “liberar la música implica matar al intermediario (disquera)”. Esta independencia que se gana, lleva a una profesionalización de producción pero un consecuente vacío de gestión. Se preguntó, también, cómo se podría preservar el trabajo si no existe un archivo donde, a futuro, se encuentre la obra de artistas que actualmente publican su música sólo en la web. Lo mismo pasa con la obra de épocas anteriores, de las que no se puede encontrar en un mismo registro y con buena calidad.
Para el productor internacional Andrés Dalmastro, vale la pena regalar música sólo a manera de promoción. Resaltó el valor de los distintos tipos de fans que existen, por lo que en cada lugar los seguidores consumen música de manera diferente. Y, con un buen manejo del producto, el artista puede llegar a difundir su trabajo en una escala inimaginable.
“El público demanda de material para consumir todo el tiempo”, dijo Maripaz Murillo. ¿Qué es lo que llama la atención de la música? Según Murillo, “aquello que es exclusivo”. Cuando se trata a la música como un producto, entonces la primera intención debería ser la posicionar al artista como tal. Murillo coincide con Dalmastro en la importancia de estar consciente de las necesidades y exigencias de los fans. Estas demandas surgen de la idea de que los artistas deben ser tener una actitud global, es decir si buscan posicionarse en el mercado internacional deben tomar en cuenta que el público va a ser de todas partes del mundo; un ejemplo es el remix como colaboración con diferentes tipos de artistas. Es más, Gabriel Montufar afirmó que, “siempre que he hecho algo en colaboración, me ha ido mejor que solo”. Esta estrategia de trabajar con más artistas, sirve para que la música se masifique.
La independencia que trataba Hugo Burgos, se refleja en la actitud de los artistas dentro del medio. Para él, la falta de industria es un problema que afecta directamente a los artistas nacionales. Por esta razón, la difusión por Internet tiene un valor tan grande en Ecuador: es su plataforma de difusión.
Si a la web se la maneja como un aliado de promoción, entonces el artista debe tomar muy en serio a quienes contacta. Para Gabriel Montúfar, la mejor manera de mostrar su trabajo es por medio de los contactos que ha ido adquiriendo con los años. Resaltó la importancia de manejar una base de datos actualizada.
Respondiendo a ¿qué se puede hacer en un medio tan cerrado como el ecuatoriano?, los expositores coincidieron en que vale la pena juntarse con otros artistas, para lograr exponerse desde varias perspectivas. Andrés Dalmastro dijo que, “la música es un producto que se vende después de hacer shows”. Y Nicola Cruz rescató la necesidad de la parte física como una forma de crear una relación directa con el público. “El Internet sirve para sacar estadísticas”, pero para Cruz la verdadera reacción de la gente se la determina con presentaciones en vivo. Para el ingeniero de sonido, Pierluigi Barberis, el producto que se promociona en un concierto es el que más rédito genera, ya que con esa exposición la banda/artista adquiere seguidores. Maripaz Murillo agregó que el público se encarga de investigar y los artistas deben tener qué ofrecer. Entonces, Internet sí funciona como la herramienta de apoyo.
De este foro se pueden sacar varias conclusiones, a pesar de que ninguno de los invitados precisó su posición sobre si se debe o no liberar la música. Existe la necesidad inmediata de crear un registro de toda aquella música que se distribuye exclusivamente en la web. Hugo Burgos propuso plantear disqueras distintas a las tradicionales; las estrategias que el artista independiente debe utilizar giran en torno a su decisión de negociar o no su trabajo musical; Andrés Dalmastro resaltó el valor de trabajar en equipo, donde cada quien actúa de acuerdo a su rol, el cual va de acuerdo con la estrategia que se escogió como grupo de trabajo; tanto Nicola Cruz como Maripaz Murillo y Pierluigi Barberis, coincidieron en que un artista emergente debe ser original y creativo; finalmente, sin que se haya dado la fórmula del éxito, Gabriel Montufar explicó que los artistas deben ser lo suficientemente humildes como para trabajar duro y desde cero. El talento es algo que tiene que evolucionar de acuerdo al desarrollo del artista. Montufar recomendó a los músicos emergentes a que empiecen por “pay your dues”.
Ana María López Jijón