Carlo Celi

Los milagros de Fernando

Los milagros de Fernando

Mientras que toda la comunidad hipster quiteña se rasgaba las vestiduras por perderse a ‘Ed’ Droste -vocalista de Grizzly Bear- tomar unas cervezas artesanales en el Bandidos, ocurría que en la misma ciudad y casi al mismo tiempo, el chileno Fernando Milagros llegaba...

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Los mejores discos del 2016 / Por Carlo Celi

Los mejores discos del 2016 / Por Carlo Celi

3-Mejor-2016

 

Como es costumbre en Plan Arteria, iniciamos un nuevo año presentando la selección de los mejores discos del 2016 según cada uno de nuestros colaboradores.

 LOS MEJORES DISCOS DEL 2016 por Carlo Celi

nickcave5 | NICK CAVE AND THE BAD SEEDS / Skeleton Tree

Es un álbum necesario, hiriente, con todo el peso de la angustia, la tristeza y el desgarrador sentimiento de la partida de un ser querido. Es obvio que la muerte del hijo de Nick Cave, Arthur, luego de caer desde un acantilado, deconstruyó los cimientos de las primeras sesiones de grabación para convertirlos en un profundo llamado de ayuda de su autor hacia sí mismo y la vida.


Leonard4 | LEONARD COHEN / You Want It Darker

El título de este disco se funde perfectamente con lo que Cohen parece que quería expresar. Leonard no se fue de este mundo sin antes dejarnos un poco más de su música, más oscura, más profunda y tan grave como su excepcional tonalidad vocal. Esta obra en su sencillez desnuda el alma para trasladarla a una eterna tarima en medio de un paisaje surreal, sin dejar de lado la ternura que evocan sus melodías y que a ratos hasta parecen inocentes.


stones3 | THE ROLLING STONES / Blue & Lonesome

Así como hasta el último segundo de 2016 la muerte se empeñó en llevarse a cuantos íconos artísticos pudo, los inmortales Stones publicaron su disco número 23, luego de más de una década de su último trabajo. Es un álbum tributo a varios de sus más amados compositores de blues, en versiones que guardan la esencia de este género en su más puro estado pero con el toque Rolling del cual nada puede salir mal. Es un disco encantador para disfrutarlo en todas sus formas. La armónica de Jagger es el ‘quinto Stone’ en este álbum.


bowieblack2 | DAVID BOWIE / Blackstar

El disco por sí solo suena a un duelo premonitorio, tal vez influenciado por la partida de su creador dos días después de su lanzamiento mundial. Pero lo más interesante son sus melodías, sus tonalidades angustiosas y a ratos fantasmagóricas; los cambios de ritmo osados y arriesgados que se funden con letras bien pensadas, no se podía esperar menos de Bowie. Siete canciones apenas lo convierten en un LP, pero son suficientes para transformarlo en una producción eterna.


radiohead1851 | RADIOHEAD / A Moon Shaped Pool

Esta es una producción que trae de vuelta a un Radiohead más orgánico, más real, más banda. Cinco personas tocando con instrumentos reales por encima de la tecnología o los sonidos robóticos. Cada tema del disco mantiene un estilo sonoro que apuntan para el mismo lado. El piano y la guitarra acústica se convierten en una especie de hilo conductor en varias canciones emocionalmente poderosas y musicalmente etéreas. Las letras, siempre un punto alto en cada trabajo de Radiohead, aquí cobran un sentido especial, parecería una obra de ruptura, de amor y de soledad, no sin antes despedirse con un puntual mensaje: “el amor verdadero espera”.

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Las siete cadencias de Bowie: ‘La número cinco te hará llorar’

Las siete cadencias de Bowie: ‘La número cinco te hará llorar’

David Bowie Major Tom

Lo primero que pensé a horas de la muerte de David Bowie fue: ‘Hay siete momentos en los que él me impactó en la vida’. Seguramente hay más, pero quise dejarlo en siete por ser un número vendedor.

No quiero hacer una de esas enumeraciones clásicas de página web contemporánea (‘la número cinco te hará llorar’), me basta con decir que ‘Modern Love’ ocupa ese primer momento en el que escuché al ‘extranjerito’ aquel de cabello súper rubio y pasito ochentero de moda.

Es la canción más popular de Bowie, por más de que se rasguen las vestiduras los ultrafanáticos; así como ‘Creep’ siempre será la más famosa de Radiohead o ‘Another brick in the Wall part 2’ la de Pink Floyd. Y claro, Bowie lo hizo todo, hasta tener una de esas ‘cheesy songs’ ultra pop.

Ah, casi lo olvido, yo era un niño de cinco años y la melodía me hacía delirar de la alegría; cuando busco un referente de baile ochentero no puedo pensar más que en aquellas imágenes del video. ‘Modern Love’ es canción obligatoria de todo ‘playlist’ arcaico de radio ecuatoriana que se respete.

Pasaron los años y MTV se volvió un canal ‘gratis’ en el espectro televisivo nacional. En plena adolescencia mía asoma David luego de tantos años y se pone a cantar ‘Little Wonder’, en un video de la genial Floria Sigismondi (la misma que le hizo a Marilyn Manson ‘The Beautiful People’).

Recuerdo claramente que Bowie decía en una entrevista “es música ‘jungle’, algo que escuché en las discos europeas, bla, bla, bla…”. ¿Qué cosita? ¿Jungle, qué diablos es eso y por qué me fascina tanto? Mientras todos hacían grunge, post grunge o brit pop, este tipo sale con ‘jungle’. Maldito genio, me hice fan instantáneamente.

Recuerdo otro día, ya había salido casi de la adolescencia, cuando mi hermana mayor me regala un disco ‘quemado’ por ella misma (costumbre hoy en día casi extinta), ahí dentro se encontraba ‘Space Oddity’. La escuché y me volví a enamorar del británico aquel de cabello perfecto. Esa guitarra acústica y la voz, que parecía despedirse melancólica y solemnemente, hicieron que no deje de repetir el tema por días, fue la primera vez que lo escuché a conciencia, pero debo confesar que la parte del saxo nunca me cuadró mucho, igual no me importó. Aquella ‘rareza espacial’ para mí es una de las mejores cosas que se han escrito a finales de los 60’.

Una noche, hace muchos años, me di cuenta de que ‘Under Pressure’ también la cantaba Bowie. El tema es de Queen pero la colaboración del ‘Duque blanco’ siempre me da escalofríos. Sobre todo ese coro final que es indescriptible, donde se escucha la parte en la que, por tomar aire, se retrasa una milésima de segundo del compás. “Cause love’s such an old-fashioned word… and…”

Soy fan de Arcade Fire y sucede que casualmente una tarde me entero, gracias a mi amigo Roberto Ramírez Paredes (el tipo más fan de Bowie que conozco y que le gusta que lo nombren por los dos apellidos), que en la canción ‘Reflektor’, de la banda canadiense antes mencionada, hay una pequeña colaboración del fallecido héroe de esta crónica. “Thought you were praying to the resurrector. Turns out it was just a reflector”. Ese tema nunca más me sonó igual, siempre espero aquella estrofa impaciente y emocionado.

En 2013 se publica ‘The Next Day’, un disco que -luego de una década de creer que Bowie nunca más iba a grabar álbumes de estudio- nos sorprendió a todos. La canción, que lleva el mismo nombre del CD, tan solo me envuelve en una especie de ganas de bailar y mover la cabeza mientras en el videoclip veo a un Bowie que emula a Jesucristo y su ‘ascensión’ a los cielos, terminando con la frase “thank you everybody”.

Finalmente ‘Blackstar’, su última producción de estudio, puso a circular en las redes sociales ‘Lazarus’, el video donde nadie se dio cuenta de que el ícono musical se estaba despidiendo. Todos estábamos embelesados de ver y escuchar algo nuevo del ‘camaleón’ y, en nuestra ‘borrachera auditiva’, no percibimos el adiós que se materializaría tres días después.

Claro, letra e imágenes luego tomaron sentido, un sentido macabro, artístico y hermoso, propios de una leyenda que no supo hacer otra cosa de su vida que un extendido performance, hasta después de su muerte.

Hoy, me acabo de enterar de que Bowie lanzará progresivamente en el futuro cinco canciones nuevas, la primera en 2017. El tipo sabe que aún no puede irse de este mundo, no del todo.

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