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¿Si les conté que conocí a Kim y Kelley Deal?

BLOG | Bandas Recomendadas / Por Carla Loaiza

Revisa la selección de nuevas bandas que el staff de Plan Arteria y varios colaboradores invitados te recomiendan.

Por: Carlita Loaiza @celf1988

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Of Monster and Men | Islandia

Un indie pop digerible, sin letras complejas y ritmos contagiosos. Of Monster and Men tiene ese común denominador de las bandas que han apostado al indie y al folk, pero su diferencia está marcada por los instrumentos tradicionales de su natal Islandia y la fusión de voces masculinas y femeninas que hacen atractiva su propuesta musical. A su haber tienen un EP llamado ‘Into the woods’, publicado en 2011 y su primer disco ‘My head is an animal’, lanzado en 2012. La canción que los hizo conocidos es ‘Little Talks’ y la más reciente es ‘Dirty Paws’.

THEO VERNEY  | Inglaterra

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Los artistas británicos siempre llaman la atención y Theo Verney no se queda atrás. Este cantante de apenas 22 años nos ofrece una mezcla de sonidos grunge, rock, garaje rock y psicodelia, que vale la pena escucharlo. Theo Verney lanzará su nuevo EP llamado ‘Heavy Sunn’ en este mes, del cual ya se puede escuchar su sencillo ‘Count It Up’

MANEL |España

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Este grupo catalán (originario de Barcelona) tiene tres discos a su haber y una legión de fans en el territorio español que podría extenderse hacia otros lugares donde se aprecien los sonidos del pop moderno, cantado en catalán. El grupo tuvo una exitosa presentación en el Primavera Sound de este año. ‘Teresa Rampell’ o ‘Una banda de rock’ son algunas de sus canciones recomendadas.

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Rossana Comelobos, el primer “grupo de chicas” [y un tipo que toca la batería] de Guayaquil

Rossana Comelobos, el primer “grupo de chicas” [y un tipo que toca la batería] de Guayaquil

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Fotos por Omar Sotomayor [¡lindo afro!]

OK, Rossana Comelobos no fue el primer «grupo de chicas» de mi ciudad [¿han visto el documental de Coctel?], pero fue el primero que yo vi.

El efecto en mí fue inmediato, y continúa. Aquel momento fue una epifanía, como cuando en 24 Hour Party People Dios le dice a Tony que debió haber firmado a The Smiths.

Soy una “fans” conversando con sus ídolos. Soy Pamela Cortés cuando conoció a Xuxa. Aunque no sea una entrevista en vivo sino un chat en facebook [y no estén todos los integrantes del grupo], es igual de valioso para mí.

No estoy llorando, se me metió una basura en el ojo.

¡Hola, chicas! ¡Bacansísimo, por fin!

Jolynn Vallejo: ¡Hola! ¡Abrazos virtuales!

Inés Collado: ¡Qué fue! Puntuales, ¡qué orgullo!

Quiero conocer un poco la historia de la banda. ¿Quién la empezó?

IC: Jolynn. Yo tocaba guitarra eléctrica y estudiaba en el Jefferson y Paola, una compañera mía, le contó a Jolynn que yo tocaba guitarra.

¿Y eso cuándo fue?

IC: 1996, 1997.

JV: Verás, yo creo que fue antes, en 1995, porque yo recién había tenido mi quinceañera, jajaja.

IC: Jajaja

JV: Yo estudiaba en el Jefferson primero, donde conocí a Inés, pero luego me cambié al [colegio] Americano…

IC: Nos conocimos antes.

JV: …y andaba con ganas de tener una banda solo de mujeres. No conocía a mujeres que toquen. Yo ya había tenido una banda que se llamaba Bajo La Ley, con Tito y Santi de Los Nietos, pero era una banda solo de covers. Cuando les presenté un tema que yo había compuesto, se burlaron, dijeron «vale verga«, y que eso no nos iba a dar tocadas. Tito y Santi sí apoyaron, pero el director del grupo, Raúl, me dijo esa huevada y me salí. Fue ahí que le conté a Paola que quería hacer una banda y me dijo de Inés.

Luego la vi a Inés tocar en un show en el Jefferson y fue ¡bacansísimo! Me quedé wow!”, con la bocota abierta, porque full peladas me decían yo sí toco guitarra” y no tocaban nada; en cambio, Inés cogió la guitarra y comenzó a “solear” de una.

IC: ¡Yaaaaa!

¡Posi! ¿Y qué tocaban?

JV: Era un cover… No me acuerdo. ¿Inés, qué era?

IC: Creo que tocamos una canción de Smashing Pumpkins, «The World is a Vampire«.

¿Leí arriba que hacían solos? No me las imagino tocando solos. Se me viene a la cabeza el cartel de NO STAIRWAY TO HEAVEN, de Wayne’s World.

JV: Eran solos chiquitos, no así grandotes. Bien «punkeritos«.

Entonces, Jolynn hizo la banda con Inés. ¿Y las otras?

IC: Paola también conocía a Vicky [Döbler, bajista], se conocían de las clases de alemán.

Pero Paola no tocó con ustedes, ¿no?

JV: No, Paola es solo una man bacán que asomó en la vida, jajaja.  Sigo amiga de ella hasta ahora.

 Ah, ya.

JV: Pues Vicky también vino por Paolita. En el cole llegué y le conte a Fabi [Fabiola Viteri, guitarra; perdón, segunda guitarra] «Loca, ya tengo guitarrista y bajista, solo me falta batería», y la man se puso toda triste y me dijo «ya pues, yo tengo lugar en tu banda». Y me cagué de risa y le dije «loca, ponte pilas: si aprendes a tocar, tocas la guitarra también». En ese entonces, era súper popular eso de primera guitarra y segunda guitarra, entonces le dije para que toque la segunda guitarra. La man, súper afanosa, se puso a aprender con Yiko, el vocalista de Emjayel, que era su pelado en ese entonces.

Inés de ley era primera, ella «soleaba« y todo, y como decían en ese tiempo, «primeaba«, jajaja.

En fin, así fue. Baterista fue otra locura y aunque probamos algunas, nunca conseguimos una que sea mujer… por eso entró Omar [Sotomayor, de Ultratumba].

IC: Tocábamos canciones de Pixies, L7, Lunachicks.

¡Lunachicks! En sexto año, yo quería hacer una banda como las manes. Se iba a llamar Narcochicks. No prosperó porque, básicamente, además del timbre de nuestras casas, nadie sabía tocar nada.

IC: Jaja

JV: ¡Jajaja! Yo las vi en vivo en NY y les dije, “yo tenía una banda con la que tocábamos sus canciones”. Ahí me enteré que la vocalista, aunque gringa, nació en Ecuador: sus papas de coincidencia estaban en Ecuador y ella nació en Quito o algo así.

Bacán, no sabía ese dato. Tiro Mike Judge.

JV: Sip.

Con nosotras fue igual. Inés era la única que sabía algo y, pues, Omar. De ahí, yo cantaba desde pequeña y tocaba piano, pero no sabía nada de guitarra. Vicky cogía clases pero muy lento como para avanzar. Bueno, también aprendí con mi pelado de ese entonces, Daniel Zambrano, vocalista de SK8 en ese tiempo [y luego de Camisa de Fuerza]. Daniel me enseñó a tocar guitarra e Inés y Vicky me enseñaban algo también. O sea, no es que aprendí mucha guitarra que digamos y lo único que sé de batería, me lo enseñó Inés también. Inés es el músico de todo esto: le dejabas un rondador y al mes ya sabía tocarlo bien.

IC: Jaja. Siempre me gustó la música. A los 13 ya tocaba una guitarra de palo que era de mi papá.

Chévere. [Él, Daniel, tenía el primer mohawk que yo vi en la ciudad. Claro, esto fue mucho después de Prema, de Descontrolados].

¿Cómo conocieron a Omar?

JV: A ver, A Omar lo conocí… chuta, ¿dónde habrá sido la primera vez? Por Fabiola, seguro, en alguna fiesta o algo.

Ese man por dónde es que no ha rodado.

¿Ustedes todavía hacen música?

IC: Yo sí. Improviso muchísimo con la guitarra y una batería virtual de fondo.

JV: Pues han habido intentos… ¿Dices juntas, o separadas?

Jolynn, ¿tú no estabas en L.O.B.A.?

JV: Sí, hasta los cinco meses de embarazo. De ahí ya no pude más. Hicimos una gira por todo Ecuador y al último ya no podía…

Inés, tú eras FISTIC, ¿no? Alguna vez escuché tu Myspace.

IC: Sí, hice algunas canciones con la computadora. Ahora improviso con la guitarra eléctrica y un amplificador. Estoy pensando en crear canciones y presentarme en algún lugar.

Esta es una canción que hicimos con Jolynn: http://youtu.be/quSCCBxq1Yc

Sería bacán.

JV: Deberías. Hay pocas “manes” como tú en ese sentido.

A mí como no me da, solo hago mixtapes [dizque].

Detesto esta pregunta, pero bueno: ¿hay algo que extrañan de esa época, de los años en los que ustedes tocaban? Había menos tecnología, por ejemplo.

IC: Tocar en tarima.

JV: Mmm… la inocencia. O sea, la inocencia de que no te das cuenta de que hay gente que tiene otros trips u otras agendas. Yo era muy inocente y acolitaba a cualquiera y creo que luego, en algunos aspectos, fui demasiado buena gente, como que no me daba cuenta que no todo el mundo quiere acolitar: si habían unos cuantos por ahí que sí quieren verte la cara…

¿Cómo te querían ver la cara?

JV: Uuuuy, no sé; eso es largo y no sé pues, no tan relevante al tema. Es más relevante a proyectos posteriores que tuve, solo que de la misma época.

¿Me parece que luego tocaste en Hoy Faneska?

JV: Jajaja, sí. En Hoy Faneska aprendí mucho.

Lo de que me vean la cara me refería a una disquera que tuve que se llamaba Desarme. ¡Uy, en Desarme aprendí más! ¡Jaja! Fue bacansísimo porque, al comienzo, todo se me dio; hubo mucho acolite. Pero ya pues, pasó la piratería y todo se fue a la verga. Era súper duro ver los discos que lancé en lugares piratas de la Marín [un barrio popular], en Quito.

¿Le metiste harta plata a Desarme?

JV: Sí, ese fue mi peor error. Nunca tuve una sola clase de negocios donde te dicen que lo primero que haces es no invertir tu propia plata, pero es lo que yo hice. Desarme se acabó luego de lanzar el segundo disco de CURARE, en 2005. Me quedé con una deuda de 12 lucas que, aunque no creas, sigo pagando. Es tenaz. Ya me faltan $2.300, más o menos.

Mierda. ¿Y a quién pagas eso?

JV: Al Bank of America, LOL. Lo de los intereses no es chiste; por eso es interminable, como la deuda externa del Ecuador.

¡Tenía tantas ganas de seguir haciendo cosas por la música ecuatoriana! Creo que nadie comprendía eso, tampoco. Pensaban que yo era una fan ultra loca, o algo así. El complejo del músico ecuatoriano -no todos-es tan tonto que no podían creer que alguien realmente se interesara por su música. Es como que le buscaban la quinta pata al gato.

¿Te topaste con muchas miradas raras?

JV: De ley, más que todo en Quito, donde no me conocían y decían esta guayaca loca, jajaja.

A la final, no me afectaba mucho, pero en retrospectiva creo que tal vez eso hizo que algunas personas no creyeron, en un principio, que lo que ofrecía era real.

Mira, hay algo súper importante de Guayaquil que yo no he oído en ningún otro lugar y yo soy media viajada, verás, jajaja. En Guayaquil, cuando Inés y yo éramos peladitas, me acuerdo que nos íbamos a los parques de Sauces [una ciudadela guayaquileña de clase media] a tocar. Alguien llevaba su guitarra de palo y dale, ¿qué sugieres?”, o lo que sea, pero muy rápido. De repente, ya la gente no tocaba covers: ya nos pasábamos tocando las canciones de los demás. Por ejemplo, Daniel tocaba “Lola”, de Ultratumba, y Oscar [Sotomayor, hermano de Omar, también de Ultratumba] tocaba alguna de Los K-K y Omar alguna de Beso Negro.

Yo recuerdo que la escena de Sauces era bien unida.

JV: O sea, a lo que me voy es: no era solo unión, era una huevada de que no había dónde tocar, entonces, si alguien componía algo, lo tocabas al grupo, y si al grupo le gustaba, se lo aprendían, y así rotaban las canciones. De repente, Fabi venía, ¿has oído la nueva canción de Paolo [Thoret, de Vírgenes Violadoras]?”, y me la enseñaba.  O sea, ni siquiera era el man el que me la enseñaba y de repente, la oías por primera vez en el parque y era ¡del putas!

Como siempre digo: aquí sé es indie a la fuerza, no por convicción.

¿Eran ustedes las únicas mujeres en todo esto?

IC: Parece.

JV: O sea, yo creo que sí. Con la excepción de Roxana, la pelada -ahora esposa- de Jairo [no sé quiénes son].

Me tenía que ir a escondidas porque mi mamá odiaba que vaya a Sauces.

¿Dónde vivías?

JV: En la nueva Kennedy, que ni era la gran cosa, pero mi mamá tenía mucho miedo a la chupadera, la droga, etcétera.

Cuando tocaban, ¿no les gritaban el ya clásico «¡mucha ropa!»?

JV: Sí, en algún concierto sí, y me «cabrié», LOL. La gente, por lo general, súper bacán: como que se quedaban fríos y ya no se burlaban. Yo tengo el video del Saustock [«Sauces» más «Woodstock»; un festival de la ciudadela] donde sale en audio algo sobre mis calzones, ¡y yo grité en el micrófono que tenía una licra bajo la falda y que no me iban a ver nada! ¡Jajaja! ¡Licra! ¡Qué nota!

¡Una licra! ¿No era fucsia? El típico color de las licras.

¿Por qué nunca grabaron audio?

IC: Porque no tuvimos la oportunidad.

JV: Por la ignorancia, no sabíamos. O sea, te lo pongo de esta manera: si mi hija a los 15 años tiene las huevas de componer algo y tocarlo, es más que seguro que yo le grabo lo que sea, pero en ese entonces, mis papás odiaban que yo toque. Creo que a Vicky tampoco la apoyaban mucho, no me acuerdo. Inés, tus papás eran más «acolitadores», ¿no?

IC: Sí, siempre me han apoyado.

JV: Pero en fin, nadie entendía lo que estaba pasando, y porsupuesto, si hubiera entendido, hubiera hecho lo imposible por grabar. Ahora, miro hacia atrás y digo «wow!»; o sea, no éramos la mejor banda del mundo, ni tampoco sabíamos lo que hacíamos, ¡pero que intento más bacán!

Exacto. Para mí, eso lo resume todo. Siempre han sido un referente personal por la actitud de «nos vale, vamos a salir y tocar».

Olvidé preguntarles algo: ¿por qué se llamaban Rossana Comelobos?

IC: Fabiola escribió una canción que se llamaba así.

JV: Cierto, esa nunca la llegamos a tocar tampoco -habían dos temas más que no se lograron tocar en vivo: «Elías», que lo escribió Vicky y yo le puse guitarra, y otro que Vicky le hizo a Inés cuando se fue a Londres al que le pusimos “Plaza Dañín”-. La racionalidad de ese nombre era que Fabiola quería que seamos mujeres que nos comiéramos a los lobos, en lugar de ser la Caperucita que es asustada y comida por el lobo. Eso era lo que decía. Si ella estuviera en esta conversación, podría explicar mejor.

[No es que Fabiola esté muerta, solo que no la pudimos contactar. Jolynn cree que está en Argentina. Vicky vive en Alemania, así que estuvo complicado que se conecte con nosotros. Y a Omar no le dije, pero le agradezco mucho por las fotos que acompañan esta entrada. Otro día te voy a dejar tus discos de Buzzcocks y Black Flag.

Si quieren ver más fotos de RCL, visiten el facebook tributo que hice en 2011. Además, acabo de subir el video del que habla arriba Jolynn].

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Swing Original Monks | La Santa Fanesca

Swing Original Monks | La Santa Fanesca

qualy-santa-fanescaLa Santa Fanesca es una gozada. Te mantiene prendido todo el tiempo, te lleva por caminos lo suficientemente profanos como para desear más y más, e ir por un poco más.

Pero no todo es baile. Y me van a decir aguafiestas, por, eso lo dejo para después.

Lo bueno: Casi todo. Es un disco al que es difícil encontrarle un clímax, porque  está tirando hacia arriba todo el tiempo, te pone a bailar, y a bailar bien, a sudar con ganas y a dejarlo todo en una zapateada de esas que se recuerdan por años, especialmente cuando la fiesta escasea. Entonces si, podemos decir que el disco es un orgasmo largo, convulso, divertido y satisfactorio.

Más cosas buenas… Voces logradas con timbres frescos,  letras que van del mantra caribeño al nacionalismo inteligente, suficientemente bien armadas,  y ligeras a la vez. Punto a favor. Y claro, harto flow del bien jalado en el rapeadito masculino. Agrada.

La instrumentación es caliente, llena, y bastante rockera para un disco tan dance. Los arreglos son diversos, delicados y colocados en los momentos justos. Los vocales se complementan y llevan la estructura de las canciones impecablemente, lo que es novedad  en la música nacional, que justamente se caracteriza por esa carencia vocal y melódica que ya es casi endémica. Aunque eso parece estar cambiando de a pocos.

No se si hay un tema sobre el que gira el asunto, diría que es «Grita Pregonero», pero no me consta. Podemos acordar que hay un equilibrio que mantiene el disco bastante más que a flote.

Un trabajo  ambicioso que va por toda la festividad habida y por haber, Bomba, Marimba, Cumbia, Dancefloor y Rocksito, de hecho, a uno le hace sentirse alienado e ignorante y con deseos de aprender sobre todos esos ritmos latinos, nunca bien ponderados (por uno al menos),  curiosidad  que es un verdadero logro en mi caso, que he tendido a llevar mis gustos  siempre a otros mares más grises y fríos.

Lo malo: que a pesar de todas sus virtudes, le falta algo de personalidad y convicción para ganarles la partida a ciertos referentes demasiado presentes en este trabajo, como Calle 13 o Bomba Estereo. Lo siento, pero estas influencias se dejan sentir demasiado fuerte y eso desvirtúa un poquito a esta bien fundamentado y barroca  construcción sonora. Quizá su único punto de perdida. A veces uno se pregunta si este tipo de influencias son las que van a generar bandas que remplazen al anacrónico y dominante ska andino… Si es así, tal vez no sea tan malo, si tienen la misma calidad de los Monks, hasta sería de agradecer. Pero ya es necesario despegar y armarse discursos propios de una forma un poco más categórica.

Por mi lado,  lo malo, es haberme perdido el desarrollo de esta banda… Solo les he podido ver cancheros, buenos y sabiendo lo que hacen. Quisiera haberles visto evolucionar y crecer, asumo que hubiera bailado y farreado bastante más. Solo no fue.

Nada más que decir, de un disco que me ha dado ganas de poner ya en un par de pachangas caseras.

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¿Si les conté que conocí a Kim y Kelley Deal?

Daniel Merchán Pástor se dejó crecer la barba.

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Ahora sí, esto parece un blog. Díganme, ¿quién que tenga un blog escribe seguido? Bueno, aquí está una “charla” con Daniel Merchán Pástor, un pana desde hace 10 años. Ha corrido harta agua bajo el río: ya no hace punk [aunque él dice que sí], no se ha vuelto a comprar una afeitadora y se casó. Ah, y ahora es solista, que de eso es lo que vamos a hablar.

Merchandise, qué fue; creo que la última vez que chateamos fue por Messenger. ¿En qué andas? Estoy medio perdida. Ahora, mi vida básicamente se centra en ver El pollito pío en loop infinito.

Daniel Merchán Pástor: Estoy promocionando mi primer EP que se llama Lo siento soy daltónico, entre otras cosas.

Ya, ¿y desde cuando eres solista? ¿Qué pasó con ALF, SOBRASYCENIZAS, Los Smokings?

DMP: Siempre he tenido temas compuestos que sonaban mejor con una guitarra y voz, o tal vez con otros instrumentos acústicos. Ahora lanzo este EP que recopila temas que he grabado desde 2006 hasta ahora.

ALF y SYC fueron bandas que amé mientras duraron. No sé qué están haciendo el resto de Los Smokings, yo sigo trabajando porque quiero mantener el ritmo. No puedo dejar de tocar, componer y hacer música.

Te has dejado crecer la barba, vives en Olón y tocas una guitarra acústica: ¿ya no haces punk, no?

DMP: El punk rock siempre está en mi corazón, aunque ahora disfrute de hacer ensambles minimalistas. Sigo haciendo punk, pero de otra manera: mi punk ahora tiene letras suaves y ya no uso distorsiones, pero creo que igual hago punk, aunque no suene a eso. Es una cuestión mental, más que de estilo musical.

Mi barba creció en estos últimos años, no sé por qué tanto. Ahora que vivo en Olón cerca del mar y paso mi tiempo entre Guayaquil y Quito, tiene chance de crecer más.

¿No te la vas a rasurar nunca más? ¿Qué, te da poderes especiales?

DMP: Si la corto, no puedo tocar porque mis poderes especiales están en los pelos rubios de mi barba, especialmente cuando se tostan con el sol de Olón. Me gusta la barba: sin ella, parezco un niño de 12 y regresaría a la pubertad. Alguna vez no me quisieron dejar entrar a mi propio concierto porque me quité la barba y no me reconocieron. El guardia del venue pensó que era un menor de edad intentando entrar a mi camerino.

De una, la barba es lo máximo. Excepto tipo ZZ Top.

DMP: Quisiera llegar al nivel de ZZ Top en lo musical y en la barba.

Bueno. Cuéntame, ¿de qué va tu EP? ¿Qué es eso de “ensambles minimalistas”? ¿Y qué, eres daltónico? Conozco un buen oftalmólogo, el man me operó las ventanas [y yo era recontra ciega].

DMP: El EP tiene temas que fueron grabados en diferentes años, en diferentes estudios, bajo diferentes parámetros y diferentes estados emocionales. Son ensambles acústicos en su mayoría, aunque puedes escuchar guitarras eléctricas, baterías y otros instrumentos, pero en ambientes de paz. Acá no hay chance para las guitarras distorsionadas, solos extensos, baterías fuertes o beats de pop contagiosos; solo guitarras y voz. Por lo menos este EP es así.

LSD se llamó una muestra que hice con pinturas que tenía guardadas desde hace rato. Soy daltónico y no diferencio muchos colores, -no me importa tampoco-, así que decidí mostrarla. Utilicé el mismo nombre para el EP porque me gustó. Por algún tiempo, médicos trataron de convencerme que no era daltónico, pero sí soy, jajaja. De todas maneras, no me importa mucho, no es nada diferente a tener dinero o no. Solo lo tienes y eres, y ya.

Supongo que no es nada malo, mientras no te choques a lo Mr. Magoo.

Lo siento soy daltónico = LSD; ¡mensaje subliminal! Jaja.

DMP: El LSD está bien, es mejor que otras drogas que he probado. Como soy daltónico, veo colores muy fuertes. Nada más que eso.

Me dices que haces música acústica, en “ambientes de paz”. ¿Con qué grupos tocas aquí en Guayaquil, y en qué escenarios? En los conciertos a los que suelo ir, no hay mucha paz que digamos.

¿Hay escena para lo tuyo aquí? ¿O todo te vale “gaver” y tú eres tu propia escena?

DMP: Que recuerde, como acto solista no he tocado con ninguna banda o artista. Todos los shows que he hecho han sido en escenarios pequeños como bares, pubs, fiestas, teatros pequeños. Quizás otros más grandes en auditorios, coliseos. Igual, donde se pueda montar, bienvenido.

La mayoría de shows en Guayaquil son de música para saltar o bailar. No hay recitales, actos acústicos o ensambles que no involucren rock o fiesta. Pero sé de músicos que hacen presentaciones acústicas esporádicamente, como Alex Eugenio, que me gusta lo que hace.

No hay escena para lo que hago acá, pero no me preocupa. No es cuestión de pertenecer a una escena, aunque si la hubiera, fuese increíble. Es cuestión de tocar donde sea, hacer escena o hacer que mucha gente te escuche. La única escena que he conocido en la ciudad de Guayaquil fue una muy grande de punk hace años.

No me siento dentro de ninguna escena. Si me invitan, puedo tocar en eventos de metal, salsa o música electro. Me da igual, no le tengo miedo a ningún tipo de público.

¿Y lo de Diamante? ¿Qué haces con eso?

DMP: Diamante es una productora que hace muchas cosas para artistas musicales, nacionales a internacionales. Soy director y junto a otros colaboradores hacemos fiestas, conciertos, lanzamientos, exposiciones, charlas, capacitaciones, encuentros, festivales, reuniones, redes, venta, distribución, representación, booking, manejo de imagen, management y lo que se nos ocurra para lograr lo que nos gusta.

Vivir a y de la música. Creo que siempre quisiste eso, ¿no?

DMP: Sí, gracias a la vida puedo vivir de la industria musical y todo lo que la rodea: tocar, hacer discos, vender shows, trabajar para y con otros artistas, presentar programas de TV, programas de radio, ser promotor, director de una productora, de una escuela de música… Siempre quise eso. Ahora quiero más.

¿Qué más quieres?

DMP: Quiero tener un bar, quiero terminar de grabar en estudio dos discos pendientes, quiero terminar la gira nacional sin más pausas y empezar una internacional, quiero tener una línea de ropa, quiero otro skate y hacer skimboard sin romperme el brazo, quiero ir a ver a The Offspring en Lima y que me inviten a tocar en el after, quiero vivir en Davos. Quiero hacer más cosas divertidas.

¿Casarte fue divertido?

DMP: Sí, mucho. Mi esposa es mi mejor amiga. Jode como toda mujer, pero me apoya y ayuda mucho en lo que hago. Casarte debería de ser muy divertido, al menos lo es para mí.

Los hombres también joden.

[Hay más de Daniel en su Blogspot y YouTube].

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Rocola Bacalao | Gases Nobles & Metales Pesados

Rocola Bacalao | Gases Nobles & Metales Pesados

quali-rocolaEngancha desde el principio y tiene  pocos puntos débiles. Bien compuesto,  vientos impecables, arreglos justos y equilibrados, algo raro en  una banda tan grande y energética.

Quizá su disco anterior recibió mucha más cobertura mediática, Rolling Stone incluida, pero si tuviera que elegir un disco de la Rocola  para llevarme a algún viaje largo y solitario, sería: “Gases Nobles & Metales Pesados”. Nombre volátil, químico y algo escatológico, que por su desarrollo, el orden de los temas y sus letras que conectan perfectamente con la historia personal de cualquier nacido post 1975 pre 1990 baja suavecito de inicio a fin en una acogedora trampa que siempre será bienvenida.

Parece que la Rocola Bacalao está pasando de ser una banda de himnos de mosh pit y festival local,  a una de himnos personales, de buenas canciones. La experiencia acumulada en directo, Europa incluida y en discos producidos como dios manda, está rindiendo sus dividendos.  Hay canciones  hechas y derechas como “Indigerible”, que mezcla lo mejor de la música urbana ecuatoriana de los 80 hasta ahora. Un raro “tema compendio” que es imposible de localizar en un momento histórico especifico,  sin duda, el mejor del disco por largo. También  buenos guiños a temas referenciales de la sonidoteca mental hispana, como “Guayaquil City”.

Disco hispano-sonoro más que ecuatoriano, lo que se agradece por la variedad y coherencia, sin embargo, esa virtud multireferencial es la que nos lleva a sus peores momentos, en que la banda se  pone demasiado complaciente con su público de kermesse, ejemplo, “Cita en el averno” o cuando sus influencias son demasiado obvias y aburridas. Aparte de esos pequeños puntos bajos, y del claro hecho que la voz líder a pesar de su personalidad, es capaz de cansar con más facilidad de la necesaria, es un disco que se defiende en casi cualquier liga.

Siendo sincero, he gozado mucho a la Rocola en vivo, casi nunca en disco, pero Metales… me encantó, excepto un par de temas que definitivamente están construidos en la lógica “usemos los localismos y démosle duro y rápido para generar un buen mosh”. Lógica legitima que no comparto, pero que no me impide reconocer que aquí hay disco.

La mezcla de Sacha Triujeque (Cerati, Kinky, Control Machete) nos invita a subir el volumen indiscriminadamente, lo que es un tanto raro al inicio, hasta acostumbrarse y el equilibrio a momentos es tan grande, que agobia. Despues uno empieza a acomodarse a esta mezcla/masterización llena de dinámica, dejando los detalles al alcance de la oreja. Bien. Gracias.

Desde la producción de Miguel Sevilla hasta la  masterización por Tom Baker (Ray Charles, Beastie Boys, Deftones) este disco es un acierto.

Rocola Bacalao son:
Iván “Shadito” Mendieta – guitarra, voz
Fernando Vasquez – bajo
José “el Pollo” Terán – batería
Santiago “el Zucko” Rosero – percusión latina
Miguel Sevilla – teclados, saxo tenor
José Fabara – trombón
Galo Pozo – trompeta
Hernán “el Mono” Vélez – trombone
Hugo Ordoñez – saxo alto

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